domingo, 1 de mayo de 2016

Andrés Carrasco y la dictadura supranacional de Monsanto.


Andrés Carrasco fue un científico argentino de primer nivel, cuyos experimentos en embriones de anfibios revelaron que el glifosato -el herbicida más utilizado en el cultivo de soja transgénica- produce malformaciones, incluso en dosis muy inferiores a las usadas en agricultura.

Falleció joven, al igual que muchos otros disidentes de Monsanto. Curiosamente su curriculum fue eliminado por el Ministerio de Defensa.

Andrés Carrasco nació el 16 de junio de 1946 y falleció el 10 de mayo del 2014 a la edad de 67 años en Buenos Aires, Argentina. Se especializó en biología molecular y en biología embrionaria.

Tras presentar sus descubrimientos sobre la toxicidad del glifosato, fue denigrado, insultado, agredido, amenazado, y sometido al desprestigio público.

"Esperaba una reacción, pero no tan violenta", denunció el científico "fui amenazado, me armaron una campaña de desprestigio y hasta afirmaron que mis investigaciones no existen". En una disertación en la UNC fue concluyente a cerca de las criticas que impulsó Monsanto desde los medios: "Si miento, me perjudico yo. Si Monsanto miente, nos embromamos todos".

Directo, categórico y sin medias tintas. Andrés Carrasco, dirigió el Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires y fue Presidente e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

Así como el Dr. Favaloro, Carrasco tuvo una amplia visión de la realidad. Sostuvo una posición condenatoria sobre la ciencia nacional, cuyos méritos no negaba, pero decía estaban subordinados a intereses de las potencias, más que a problemas del país.

        Ejemplificaba esto con las líneas de investigación desarrolladas por nuestros tres premios Nobel en Medicina, que fueron útiles a las empresas multinacionales productoras de medicamentos, sobre enfermedades que afectan también a nuestro país, pero quizás no sean las prioridades argentinas, y esta critica parece lógica, pues solo meterse en esas líneas de investigación le asegura a un investigador los recursos necesarios para concretar sus investigaciones. Sino quedará limitado a los mínimos recursos que puede darle el país, y "mínimos" significa menos de cinco mil pesos por año para compra de equipo y gastos varios.

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