jueves, 17 de marzo de 2016

INCIDENTE ENTRE URUGUAY Y LA ARGENTINA POR EL PESQUERO AMETRALLADO.

INCIDENTE ENTRE URUGUAY Y LA ARGENTINA POR EL PESQUERO AMETRALLADO

El Primer Pesquero ametrallado de Nacionalidad China que fue perseguido por 4 días y escapo a Aguas internacionales y de allí ingreso al Puerto de Montevideo genero un conflicto entre la Argentina y Uruguay

Cinematográfica persecución de la Prefectura Naval Argentina a un pesquero ilegal hasta las playas de Punta del Este, donde ya no pudieron ingresar los guardacostas argentinos. En Montevideo los barcos piratas se abastecen y blanquean las capturas ilegales para su exportación.
El pasado lunes 29 de febrero, el Hua Li 8 fue detectado faenando 800 metros dentro de la ZEE Argentina, a la altura de Comodoro Rivadavia. Ante el intento de ser detenido por el guardacostas Thompson, se dio a la fuga hacia aguas internacionales, no respondiendo ni siquiera a los disparos de advertencia.
Hasta aquí no pasa de ser uno de los muchos casos de pesca furtiva que ocurren en el Mar Argentino. Sin embargo el pasado jueves 3, por la tarde, el potero chino volvió a ingresar al Mar Argentino, esta vez con rumbo a Montevideo, así es que se movilizó al barco Guardacostas Prefecto García hacia la zona y se informó a las autoridades de Uruguay.
Ya el viernes por la mañana, fueron desplazadas dos embarcaciones Guardacostas -Mantilla y Delfín- y un helicóptero con el objetivo de detener al pirata. Apenas a horas de ingresar al Puerto de Montevideo, el buque chino cambió abruptamente de rumbo y se inició una persecución cinematográfica, que duró unas cinco horas, hasta que la Armada Uruguaya enviara un avión naval y advirtiera a las tres naves argentinas que no podían pasar ese límite.
Resulta más que sorprendente que un potero pirata chino pueda guarecerse en el Mar Uruguayo y que naves de la Armada Argentina no sean autorizadas a cumplir con su tarea de apresar al barco criminal.


Versión oriental
De acuerdo a las versiones periodísticas uruguayas, el hecho tuvo matices diferentes: “Una aeronave de la aviación naval de nuestro país advirtió a los dos barcos argentinos y al helicóptero de Prefectura, que no podían pasar ese límite, algo que inmediatamente comprendieron los comandantes de las tres naves, quienes depusieron su actitud”…, señalaron desde TeleDoce.
El tripulante herido se trataba de una persona que fue alcanzada por las esquirlas de balas que fueron disparadas desde los buques de la Armada Argentina con el fin de persuadir a la tripulación del buque pesquero”, agregaron para luego concluir que “la nave ya estaba casi frente a Montevideo cuando reportó el incidente”.
Una realidad que abruma
El Hua Li 8 es parte de una flota de 5 barcos ‘Hua Li’ que operan en el Atlántico Sur, entre otros cientos de barcos piratas de nacionalidad china, coreana, taiwanesa, española o británica (‘Falklands’), lo que tienen en común todas estas banderas, es que muchos de sus buques, utilizan a Montevideo como base logística de reaprovisionamiento y blanqueo de las capturas ilegales.
Un número importante de estos barcos, no sólo ingresan ilegalmente a depredar dentro de la ZEE de los Estados, sino que su tripulación es esclavizada, sobreviven a condiciones extremas de insalubridad, mala alimentación y violencia a bordo.
Desde hace más de una década se registran regularmente todo tipo de denuncias de vejaciones y asesinatos a tripulantes de los pesqueros que frecuentan Uruguay, siendo reproducidas en medios locales. También ocurre cerca de las Malvinas, donde cada año, las víctimas de la trata de personas saltan a las congeladas aguas australes intentando escapar de los maltratos a bordo, muchas veces perdiendo la vida en el intento.
Montevideo, entre Buquebus y los esclavos de los barcos piratas
En este momento, se encuentra repostando junto a los barcos de Buquebus, el Insung 3, un pesquero coreano, que en 2014 fue multado por su propio Gobierno por pescar ilegalmente dentro de la ZEE de la Argentina, junto al Insung 7 que fue enviado a desmantelamiento como castigo por el mismo hecho.
Muchas de estas embarcaciones no solo han infringido leyes internacionales, sino que han sido condenadas en otras latitudes, tal el caso de los Oyang 75 y Oyang 77, embargados por el Gobierno de Nueva Zelanda por sobrepesca, esclavitud y violaciones a tripulantes a bordo; el caso de los Insung o el Playa de Pesmar Dos de España que cuenta con licencia de Malvinas y fue denunciado por maltratos laborales en 2010 como también ocurrió con el Tong Young Nº 808 apresado en aguas de la ZEE Argentina en 2014.
La lista de barcos que realizan pesca furtiva o con licencia ilegítima británica que se abastecen en el Puerto de Montevideo es muy larga y está registrada. Allí se blanquean las capturas ilegales, y se exportan a mercados de Europa y los Estados Unidos a mitad del precio de las capturas reguladas.
El impacto ambiental
El calamar, junto a la merluza de cola o ‘hoki’, la merluza común, la merluza negra, la polaca y el calamar son las principales especies capturadas por la flota furtiva. El calamar es la principal fuente de alimento de la merluza común, también una importante fuente alimenticia para delfines, ballenas, pingüinos y otras especies de los grupos de las aves, mamíferos marinos, cetáceos y peces. Los impactos en toda la cadena alimentaria son terribles, como lo demuestran los pocos estudios disponibles.
Además de la sobreexplotación de las especies existen otros impactos ambientales, siendo el segundo más severo el de la contaminación. Los barcos que se encuentran en la zona no cumplen con ninguna regulación sobre efluentes ni disposición de residuos: todas las descargas de aceites, combustibles, sustancias tóxicas y basura se realizan impunemente, sin siquiera conocerse datos de las dimensiones del daño.
Un conflicto fuera de control
Durante el pico de la temporada de pesca, una ciudad flotante de unos 400 barcos depreda la región, no solo afectando el ecosistema marino, sino también las fuentes de trabajo de la pesca regulada en los aspectos ambientales, laborales y de seguridad, a pesar de sus deficiencias.
La protección de los recursos ícticos para las futuras generaciones debe ser parte de la agenda diplomática con China, Corea del Sur, Taiwan y España, cuyos barcos están depredando el Atlántico Sur, empleando mano de obra esclava y siendo subsidiados por sus Estados. El hecho de que China sea uno de los principales destinos de las exportaciones argentinas, no debe ser justificativo para permitir que unos 150 pesqueros chinos saqueen el Mar Argentino.
El caso de Uruguay es el más condenable, beneficiándose con millones de dólares de la trata de personas, la esclavitud y la depredación del Atlántico Sur, lo que afecta seriamente a las economías pesqueras y al empleo en toda la región, incluso en Uruguay, donde los pescadores locales no pueden competir contra embarcaciones asiáticas y europeas, cuyo combustible es subsidiado, y no cumplen con ninguna reglamentación laboral, ambiental ni de seguridad.
Esta situación es mucho más grave que el resonante conflicto por la instalación de la pastera en Fray Bentos, frente a Gualeguaychú. En caso de no encararse una solución por parte de ambos Gobiernos, terminará estallando un grave conflicto.
Revista Puerto

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