El 17 de marzo de 2012 en Northampton, Reino Unido,Adam Kightley y Jacqueline Parker asesinaron a golpes a su hijo Jamie Kightley, de 7 semanas.
Jamie Kightley falleció como consecuencia de un fallo respiratorio y un ataque al corazón, después de sufrir un severo daño cerebral, además de 40 fracturas en manos, piernas y muñecas. Los padres del bebé, Adam Kightley y Jacqueline Parker fueron condenados a 7 años de cárcel cada uno.
Originalmente fueron acusados de asesinato, se retiraron los cargos cuando se determinó que era imposible saber quién de los dos había causado daño al niño, porque ambos se estaban ‘escondiendo detrás de una pared de silencio’.
El 17 de marzo de 2012, el niño fue trasladado en ambulancia a las 6:30 de la mañana hasta el hospital de Northampton y fue declarado muerto aproximadamente 30 minutos después. Adam Kightley declaró haberlo encontrado sin respiración y sin pulso y con numerosas heridas por todo el cuerpo.
La pareja admitió haber bebido y fumado cannabis la noche previa a la muerte de Jamie, y que el pequeño había pasado siete horas sin comer el día anterior, pero negaron haberle causado daño alguno al niño.
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