Según informó el diario RT: ‘Cuando finalizaba la jornada, volvía al que era su lugar, la red de alcantarillas, donde sobrevivió con apenas varias mantas, termos y un saco para dormir’.
Por las elevadas multas que se aplicaban en Pekín cuando una pareja tenía más de un hijo único, motivaron a Wang que terminara por arruinarse y tuviese que aprender a sobrevivir para mantener la familia que tiene a su cargo así como para poder darles educación.
En total, 20 años de sacrificio que parecen haber visto su recompensa cuando las autoridades de la zona se percataron de la situación y ofrecieron a Wang un alojamiento temporal después de sellar la alcantarilla en la que vivía.
Como él, numerosas personas en China, país que recolecta cerca de 2.300 millones de euros por este tipo de multas, se ven afectadas por esta situación.
En el mes de noviembre, el Gobierno de Pekín anunció que ‘a partir de ahora ‘las parejas podrán tener dos hijos si uno de los dos progenitores es hijo único’.
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