El fotógrafo William Hong (Reuters) documentó cómo sobrevive este pequeño, uno de los tantos menores olvidados en las regiones rurales de China.
Zili, vive en la más absoluta pobreza, y sufre una enfermedad mental después de una caída y un golpe en la cabeza.
El niño no fue atendido de forma adecuada y nunca se curó, desde entonces, su manera de expresarse es a través de la agresión.
Su abuelo, quien se encarga de él, lo tiene encadenado a un pie.
Las fotos de Zili en su casa en la provincia china de Zhejiang levantó la polémica y varias asociaciones de protección de la infancia se movilizaron para encontrar una solución humana para este niño y otros que viven en condiciones similares en el país asiático.
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