domingo, 24 de octubre de 2010

Poder judicial y reforma.

Las reformas necesarias en el Poder Judicial

Porque me gusta contar lo que no debiera olvidarse, nombrar a los que no se nombran con la frecuencia debida y explicar los motivos de tanta violencia y tanto odio, necesito un Poder Judicial INDEPENDIENTE.

Por Hugo César Renés



EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA, LOS AGRADECIMIENTOS SUELEN SER MUY PELIGROSOS

Si bien tenemos los argentinos en los códigos y en las leyes una legislación mucho más humana que en épocas de Hammurabi, debemos reconocer que como quienes las deben interpretar y aplicar han sido coactados y/u obligados por el Poder Ejecutivo a politizar sus fallos a través de una impunidad ideológica, en innumerables oportunidades están aplicando la ley de la prepotencia, que es mucho peor que la ley de la selva, porque agreden casi sistemáticamente los derechos y obligaciones de los ciudadanos.

Dicho en términos jurídicos, están lastimando el Derecho Natural de la Humanidad.

La reforma que propongo seguramente va a poner en juego todos los intereses, todas las voluntades y, forzosamente, obligará a los partidos políticos a la obligación de pronunciarse, indicando al electorado las distintas propuestas que han de sostener sus candidatos al respecto.

Personalmente soy de la opinión que, como el Poder Legislativo, el Poder Judicial debe reformarse para concedérsele la verdadera autonomía que debe tener y quitarle la dependencia en que hoy se encuentra con relación a los otros poderes de la Nación.

A teles efectos, los magistrados debieran ser designados por la Suprema Corte, con potestad exclusiva para ello y con acuerdo del Senado; a su cargo (de la Suprema Corte de Justicia) debiera estar también la iniciativa del presupuesto de gastos de la administración de justicia y la designación de su personal subalterno.

Correlativamente, el juicio político de los magistrados judiciales debiera ser función exclusiva de la Corte, de manera que el mismo Tribunal que los designa sea quién deba juzgarlos y removerlos si así fuere menester. Solo los miembros de la Corte Suprema de Justicia debieran ser juzgados por el Congreso. A ese juicio deberá llegarse por denuncia particular o fiscal, o por resolución de las Cámaras, fundándose en prevaricato, falta de preparación, mal concepto moral del magistrado, y/o falta de dedicación al trabajo.

Pienso que solo en las circunstancias propuestas la independencia del Poder Judicial sería casi completa, tanto en su designación, como en su juzgamiento y remoción.

Creo mis amigos que se debe prestigiar al Poder Judicial, rodeándolo del máximo posible de independencia, para evitar que las designaciones o remociones tengan que hacerse a base de empeños políticos o “influencias”, debiendo entonces arrastrar los magistrados su investidura por las antesalas gubernativas.

¡Involúcrese en la idea a favor o en contra, pero ¡involúcrese!!!, porque la QUEJA no EVITA, ni el LAMENTO soluciona… debemos actuar e intentar, SOLIDARIAMENTE, solucionar el problema RACIONAL y COMPROMETIDAMENTE con nuestro VOTO, porque la actual escasez de ideas está facilitando la uniformidad del pensamiento y esa uniformidad de pensamiento esta anestesiando a nuestra sociedad, disminuyendo la calidad del diálogo institucional, el apego a la ley y facilitando la tergiversación de las fatalidades incrustadas en nuestra historia (memoria).

Piense que con su actitud usted puede representar la voluntad de muchos CIUDADANOS que hoy están impedidos de exigir JUSTICIA y de elegir, y de ser elegidos..., hecho este que debiera herir la inteligencia y el sentido común de los argentinos. Que sea así, es una prueba más de la existencia de un pensamiento único.

PLANIFICAR NO ES SOLO PENSAR EN EL FUTURO ES, FUNDAMENTALMENTE, PENSAR EN LAS CONSECUENCIAS FUTURAS DE LAS DECISIONES PRESENTES.

En azul y blanco, Hugo César Renés

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