FESTIVAL A DOS AÑOS DEL ASESINATO DE FLORENCIA LA CHINA CUELLAR
Fotos solidarias: Laura Salomé Canteros
(APL) “Nadie debería pagar con la muerte ningún error como pasó con la China y las otras chicas. Y encima tenemos que soportar que nos criminalicen los medios de comunicación y hablen desde la mala fe o la ignorancia, sin analizar qué cosa están diciendo, pero nada dicen de la represión que sufrimos ni de las familias que quedaron destrozadas. Está bueno resistir juntos, acá, en una lucha que debe seguir y decir basta a tanta tortura, muerte e impunidad”. Así habló María Pueblo, compañera de Florencia Cuellar, ayer en Plaza Once, en el acto- festival realizado al cumplirse 2 años del asesinato de La China en la ex U-3 de Ezeiza, ahora Complejo Penitenciario Federal Nº IV, el 23 de diciembre de 2012.
Como denunciáramos en reiteradas ocasiones, en un periodo que va de 2009 a 2012 fueron víctimas de muertes violentas en esa cárcel de mujeres María Laura Acosta, Cecilia Hidalgo, Yanina Hernández Painnefil, Silvia Nicodemo, Romina Leota, Vanesa García Ordoñez, Ema Alé, Noelia Randone y Florencia Cuellar. Ninguno de los crímenes fue esclarecido y mucho menos existió un atisbo de sanción a los responsables, aún hoy la versión penitenciaria refiere a “suicidios”.
El festival de Once estuvo plagado de banderas anarquistas, Correpi, La Mella, Federación Juvenil Comunista, consignas como “En democracia o dictadura el estado nos mata y nos tortura” o “Basta de sociedad carcelaria” y un agite que se inició con música y letra del, siempre presente, cantautor Abelardo Martín. Luego, los asistentes bailaron y corearon las canciones de la banda feminista “Las Conchudas” y así, el dolor se mezcló con la rebeldía y la denuncia. Así, las letras machacosas de cumbias comerciales y machistas se transformaron en cuestionamiento colorido al capitalismo y al patriarcado.
En diálogo con la APL, Cari, quien también estuvo detenida con La China destacó que: “Ella fue toda solidaridad con las compañeras. Nos conocimos antes de estar presas y siempre fue divertida, vital, llena de luz. Por esa actitud cuestionadora el servicio penitenciario la tiró a los chanchos, por eso la mataron. ¿Cómo puede ser que te entreguen a tu hija en una bolsa negra, sin autopsia, diciendo que se suicidó? Recuerdo que a mí me mandaron a los tubos porque cuando llegué de una transitoria me destruyeron las galletitas y las milanesas que había traído para compartir con mi hijo en la visita. Y cuando dije “ah”, me agarraron entre nueve a los golpes, estuve varios días en ese cuartucho, cagada de frío. Esa es la realidad que vivimos en las cárceles: humillación y muerte. Por eso creo que tenemos que acompañar a Alfredo y resistir, por todas las que quedan adentro”.
Asimismo, sumaron sus palabras al encuentro Gaby de Moreno, Carina Bongiovi, María Medrano de Yo no fui, Isabel de Limando Rejas, Cristian Cuevas de La Mella, Emiliano de “La Fede”, Tamara Antitodo y Débora, sobreviviente de Cromañón, quien remarcó la responsabilida estatal en la masacre de 2004 y en los crímenes tras las rejas. Entre los presentes, se hallaban militantes de Hijos Zona Oeste, Olla Popular de Ángel Gallardo, Liga Argentina por los Derechos del Hombre y de la Coordinadora Antirrepresiva del Oeste, entre otros.
Informe sobre cárceles de mala muerte
Un reciente Informe sobre muertes en cárceles federales, elaborado por la Procuración Penitenciaria de la Nación, estableció los motivos de cada uno de los 25 fallecimientos, 9 por causas violentas, en el ámbito del Servicio Penitenciario Federal (SPF), ocurridos en el primer semestre de 2014. También da cuenta estadística del período de Enero 2009/ Junio 1014, en el mismo tópico, revelando: 50 decesos por ahorcamientos, 26 por heridas de arma blanca, 129 por diversas enfermedades y 15 en contexto de incendio.
Como hemos reiterado, en una cárcel nadie debería morir. Sin embargo, contrariando de los discursos oficiales, el derecho a la vida, la integridad y la salud, entre muchos otros, se violaron sistemáticamente tras los muros para pobres, a lo largo de toda la década, como no había sucedido en gobiernos constitucionales posdictadura cívico-militar. Cierto es que esta política de devastación de presos y cautivas se desplegó en todos los distritos del país.
Abajo los muros de las prisiones
En un espacio “custodiado” por decenas de policías uniformados y de civil, se hallaban familiares anónimos cuyxs hijxs y hermanxs también fueron represaliados por la política estatal. Por su parte, la presencia de familias con sus pequeños hijos que aplaudían entusiasmados por los grupos, también fue un dato de la hora.
Así, resultó llamativo que la luz se cortara solo en el sector de la Plaza Miserere donde se realizaba el festival por La China y las compañeras. Claramente, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que encabeza Mauricio Macri, quiso entorpecer y desalentar la participación en este reclamo popular. No le fue posible. Sin luz pero llenas de ganas, las bandas continuaron hasta las 3 de la madruga con su solidaridad incesante en una jornada que desplegaba la evocación y la militancia anticarcelaria con Odio Zpunksivo, Mierdos Punk, Frankestein Rock, Astilleros, Delirius Trement y Anarkumbia Tirapiedras.
A la hora de las palabras, Alfredo Cuellar – padre de La China, de cinco hijos más y bastión de la rebeldía- agradeció a los presentes y sostuvo: “me siento acompañado, la presencia de todos ustedes me da la inyección de energía para continuar esta lucha y no bajar los brazos: ¡Abajo los muros de las prisiones, compañeros!”.
El festival de Once estuvo plagado de banderas anarquistas, Correpi, La Mella, Federación Juvenil Comunista, consignas como “En democracia o dictadura el estado nos mata y nos tortura” o “Basta de sociedad carcelaria” y un agite que se inició con música y letra del, siempre presente, cantautor Abelardo Martín. Luego, los asistentes bailaron y corearon las canciones de la banda feminista “Las Conchudas” y así, el dolor se mezcló con la rebeldía y la denuncia. Así, las letras machacosas de cumbias comerciales y machistas se transformaron en cuestionamiento colorido al capitalismo y al patriarcado.
En diálogo con la APL, Cari, quien también estuvo detenida con La China destacó que: “Ella fue toda solidaridad con las compañeras. Nos conocimos antes de estar presas y siempre fue divertida, vital, llena de luz. Por esa actitud cuestionadora el servicio penitenciario la tiró a los chanchos, por eso la mataron. ¿Cómo puede ser que te entreguen a tu hija en una bolsa negra, sin autopsia, diciendo que se suicidó? Recuerdo que a mí me mandaron a los tubos porque cuando llegué de una transitoria me destruyeron las galletitas y las milanesas que había traído para compartir con mi hijo en la visita. Y cuando dije “ah”, me agarraron entre nueve a los golpes, estuve varios días en ese cuartucho, cagada de frío. Esa es la realidad que vivimos en las cárceles: humillación y muerte. Por eso creo que tenemos que acompañar a Alfredo y resistir, por todas las que quedan adentro”.
Asimismo, sumaron sus palabras al encuentro Gaby de Moreno, Carina Bongiovi, María Medrano de Yo no fui, Isabel de Limando Rejas, Cristian Cuevas de La Mella, Emiliano de “La Fede”, Tamara Antitodo y Débora, sobreviviente de Cromañón, quien remarcó la responsabilida estatal en la masacre de 2004 y en los crímenes tras las rejas. Entre los presentes, se hallaban militantes de Hijos Zona Oeste, Olla Popular de Ángel Gallardo, Liga Argentina por los Derechos del Hombre y de la Coordinadora Antirrepresiva del Oeste, entre otros.
Informe sobre cárceles de mala muerte
Un reciente Informe sobre muertes en cárceles federales, elaborado por la Procuración Penitenciaria de la Nación, estableció los motivos de cada uno de los 25 fallecimientos, 9 por causas violentas, en el ámbito del Servicio Penitenciario Federal (SPF), ocurridos en el primer semestre de 2014. También da cuenta estadística del período de Enero 2009/ Junio 1014, en el mismo tópico, revelando: 50 decesos por ahorcamientos, 26 por heridas de arma blanca, 129 por diversas enfermedades y 15 en contexto de incendio.
Como hemos reiterado, en una cárcel nadie debería morir. Sin embargo, contrariando de los discursos oficiales, el derecho a la vida, la integridad y la salud, entre muchos otros, se violaron sistemáticamente tras los muros para pobres, a lo largo de toda la década, como no había sucedido en gobiernos constitucionales posdictadura cívico-militar. Cierto es que esta política de devastación de presos y cautivas se desplegó en todos los distritos del país.
Abajo los muros de las prisiones
En un espacio “custodiado” por decenas de policías uniformados y de civil, se hallaban familiares anónimos cuyxs hijxs y hermanxs también fueron represaliados por la política estatal. Por su parte, la presencia de familias con sus pequeños hijos que aplaudían entusiasmados por los grupos, también fue un dato de la hora.
Así, resultó llamativo que la luz se cortara solo en el sector de la Plaza Miserere donde se realizaba el festival por La China y las compañeras. Claramente, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que encabeza Mauricio Macri, quiso entorpecer y desalentar la participación en este reclamo popular. No le fue posible. Sin luz pero llenas de ganas, las bandas continuaron hasta las 3 de la madruga con su solidaridad incesante en una jornada que desplegaba la evocación y la militancia anticarcelaria con Odio Zpunksivo, Mierdos Punk, Frankestein Rock, Astilleros, Delirius Trement y Anarkumbia Tirapiedras.
A la hora de las palabras, Alfredo Cuellar – padre de La China, de cinco hijos más y bastión de la rebeldía- agradeció a los presentes y sostuvo: “me siento acompañado, la presencia de todos ustedes me da la inyección de energía para continuar esta lucha y no bajar los brazos: ¡Abajo los muros de las prisiones, compañeros!”.
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