Dos turistas fueron tomados por sorpresa en el Rotterdam Zoo cuando un oso polar arrojó una enorme piedra y trisó el vidrio que separa la pileta del animal y el pasillo donde se encontraba la pareja.

El oso nadaba mientras los turistas disfrutaban de la belleza del animal y sorprendió cuando del fondo del estanque levantó una piedra y la dejó caer nuevamente.

Los turista rieron cuando vieron la destreza del oso y comentaron el episodio, cuando el animal repentinamente levantó la piedra una vez más, pero esta vez cuando la soltó, impactó contra el vidrio trisándolo y asustando a los turistas quienes huyeron por temor a que el cristal se rompiera.