domingo, 10 de junio de 2012

Southport, invadido por pavos reales.




Se pavonean por las  calles de  un pueblo cerca de Southport,  con la cabeza bien alta y su abanico de plumas de cola brilla esplendoroso en la luz del día.
Los gatos y los perros corren a esconderse, los coches tratan de esquivarlos,  los residentes están cerrando las puertas y ventanas,  y aseguran  los cultivos.
Algunos están equipados  con pistolas de agua.
Los pavos reales llegan a  la ciudad, y durante la noche hasta las primeras horas de la mañana, comienza la batalla.
Un residente encontró a  un pavo real durmiendo  en su local. Otro ve  un par de ojos curiosos asomarse desde el techo a través de una claraboya.
En otras  propiedades, los pavos reales picotean las  frutas, los vegetales,  y aplastan  plantas valiosas durante  el paso.
Por no hablar de sus necesidades que se encuentran  en las calzadas, aceras, capós de automóviles y el césped.
La  comunidad rural de Lancashire se convirtió  en un refugio de  los pavos reales, quienes van a la búsqueda de  sus hembras.
Es un grupo de unos 15 pavos reales (que es el nombre colectivo para ambos sexos) y es  la temporada de apareamiento.
Una de las mujeres que vive en el pueblo dijo: “Son absolutamente hermosos, pero son una molestia maldita sea. Ellos hacen  un  ruido horrible, toda la noche”.
“A veces estoy fuera persiguiéndolos   con un plumero o el  bastón de mi marido, pero no parecen asustarse  en absoluto”.
“Hace dos semanas, un ruido  me despertó a las 3:00 de la mañana, bajé las escaleras, agarré una jarra la llené de agua y se las tiré pero se quedaron mirándome. En otra ocasión, escuché el ruido de un choque  salí y vi a un  gran pavo real que había saltado al  invernadero de un vecino y había pasado  a través del cristal”.
“Están por todas partes. Algunos de nosotros tenemos pistolas de agua. Pensamos que sería una forma de asustarlos  sin hacerles daño, pero no funciona bien. En el camino, se sientan y no se mueven. Los coches tienen que parar hasta que decidan levantarse”.
Otra mujer se quejó de que un pavo real le picoteó todo  el auto’.
Algunos suponen que pertenecían a una granja cercana y que fueron abandonados cuando se mudaron los propietarios.

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