YEMEN
Miles de opositores al régimen de Yemen
exigen la caída del presidente Saleh
El presidente reitera su ofrecimiento de traspasar el poder a "manos seguras".-
Saná 25/03/2011
Una gran protesta convocada por los manifestantes contrarios al presidente Ali Abdalá Saleh recorre este mediodía las calles de la capital de Yemen, Saná, para exigir su salida inmediata del Gobierno. En paralelo, el presidente ha liderado una gran concentración para exhibir su fuerza en las cercanías del palacio presidencial, con lo que el riesgo de enfrentamientos entre los dos bandos es muy alto. De hecho, el Ejército ha realizado los primeros disparos al aire para dispersar a los dos grupos de manifestantes.
En una nueva arenga a sus fieles, Saleh ha dicho estar dispuesto a entregar el poder pero solo a "manos seguras", según ha informado la televisión estatal. "Estamos en contra de disparar una sola bala y cuando hacemos concesiones es para garantizar que no hay un baño de sangre. Nos mantendremos firmes y les haremos frente con todo el poder que tenemos", ha advertido, en una referencia directa a sus detractores, entre los que figuran algunos ex altos cargos del Ejército.
Precisamente el militar de mayor rango entre los desertores del régimen, el general Alí Mohsen, quien el lunes pasado anunció su salida del Ejército para respaldar a los grupos prorreforma, se habría reunido durante las últimas 48 horas con el presidente para pactar una transición ordenada, según ha informado este viernes un ayudante de Saleh. "Mohsen ha aclarado por qué hizo lo que hizo, y ha reclamado [al presidente] garantías de que no le ocurrirá nada", ha explicado Ahmed al-Sufi, secretario del presidente. Ayer, el diario The Wall Street Journal informó de que Saleh y Mohsen estaban ultimando un acuerdo que culminaría con la renuncia de ambos y la creación de un gobierno de transición de carácter estrictamente civil.
Mohsen, visto como el segundo hombre con más poder en Yemen, aseguró ayer a Reuters que no alberga ninguna ambición de convertirse en presidente. De hecho, muchos yemeníes ven a Mohsen como parte del sistema caduco y corrupto que quieren enterrar con sus protestas.
Viernes de la Despedida
Los miles de jóvenes acampados desde hace seis semanas en la plaza de la Universidad de Saná han bautizado la jornada de hoy como el Viernes de la Despedida, confiando en que la protesta movilice a cientos de miles de simpatizantes y fuerce la caída del régimen.
En una protesta similar que tuvo lugar el pasado viernes se registraron 52 muertos, muchos de ellos víctimas de los disparos de francotiradores afines al régimen. Ayer, un nuevo incidente elevó el riesgo de guerra civil en Yemen. Militares alineados con la oposición se enfrentaron a fuerzas del régimen en Mukalla, al sureste del país, con un saldo de tres heridos. Naciones Unidas ha contabilizado al menos cuarenta muertos en los últimos días de escaramuzas entre miembros de grupos tribales pro y antigubernamentales en la provincia de Al Jawf, al norte del país.
Las promesas de reforma planteadas hasta el momento por el veterano presidente han caído en saco roto. Los cabecillas de la llamada Coalición Cívica para una Revolución Pacífica han rechazado la oferta de Saleh de convocar elecciones presidenciales para enero de 2012, en vez de en septiembre de 2013, cuando concluye su mandato. La oposición quiere cambios inmediatos en el país, y ha reclamado la formación de un consejo transitorio integrado por personas ajenas al régimen que debería redactar una nueva Constitución en seis meses y después convocar elecciones.
"El Gobierno no puede abrirse paso a tiros para salir de esta crisis", ha advertido en un comunicado Philip Luther, director de la oficina de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y el norte de África. "Uniformados o vestidos de civiles, las fuerzas de seguridad deben de parar inmediatamente de emplear munición contra los manifestantes pacíficos y desarmados".
"No al caos, sí a la seguridad"
Fieles a Saleh se han desplegado desde primera hora en el centro de Saná en claro desafío a los manifestantes que han tomado las calles al término de las oraciones de mediodía. Algunos van en moto con carteles con el rostro de Saleh impreso, ondenado banderas y escuchando himnos patrióticos. "No al caos, sí a la seguridad y la estabilidad", rezan algunas de sus pancartas.
Saleh, que lleva 30 años en el cargo, supervisó la unificación del norte y el sur de Yemen en 1990 y salió victorioso de una guerra civil cuatro años después, no ha dado muestras de querer abandonar el poder. Saleh no abandonó el tono desafiante en un nuevo discurso ante la cúpula militar este jueves, ofreciendo simplemente una amnistía a los militares insurrectos que se arrepintieran.
El presidente de Yemen se declara dispuesto a ceder el poder pacíficamente
Saleh ofrece una amnistía a los militares que han tomado partido por la oposición
24/03/2011
El presidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh, se ha declarado dispuesto a la transferencia pacífica del poder, pero ha acusado a la oposición de estar en contra. En una intervención ante altos mandos militares difundida por la televisión estatal, Saleh también ha ofrecido una amnistía a aquellos uniformados que han tomado partido por el movimiento que pide su salida del poder. Horas antes, un nuevo enfrentamiento entre soldados partidarios y contrarios a Saleh subrayó la urgencia de encontrar una salida política a la crisis que ha puesto Yemen al borde de la guerra civil.
"Por lo que más quieran, acepten el diálogo político y el poder puede transferirse de forma pacífica a través de las instituciones constitucionales", ha asegurado Saleh sin especificar más. Pero esa invitación a una solución negociada contrastaba con su subsiguiente acusación a los opositores de "haber trazado un plan para atacar bases militares" y "tener sitiadas las sedes del Banco Central en Maareb y Saada", donde ha dicho "quieren llevarse los depósitos". "Esta es la oposición pacífica y que quiere el cambio", ha añadido despectivo.
"La marea política en Yemen se ha vuelto decisivamente en contra del presidente Ali Abdalá Saleh", concluye un informe del International Crisis Group. Este centro de análisis político asegura que "sus elecciones son limitadas: puede enfrentarse a su propio Ejército o negociar una transferencia del poder rápida y digna".
Ambas posibilidades seguían abiertas ante el Viernes de la Despedida convocado por la oposición. Saleh concretó el miércoles su oferta de convocar elecciones presidenciales para enero de 2012, en vez de en septiembre de 2013 cuando concluye su mandato. Pero los miles de jóvenes acampados en la plaza de la Universidad de Saná exigen su salida inmediata. Y cada día cuentan con más apoyos. El jueves se ha sumado el líder de la tribu Baqil, la segunda en peso político, pero la más numerosa tras la Hashed a la que pertenece el presidente y cuyos notables respaldan la protesta.
Durante una conferencia de prensa, los cabecillas de la llamada Coalición Cívica para una Revolución Pacífica pidieron la formación de un consejo transitorio de nueve personalidades "que no estén implicadas en la corrupción del viejo régimen". Este grupo debería redactar una nueva constitución en el plazo máximo de seis meses, como paso previo a la convocatoria de elecciones. Los jóvenes, que forman la espina dorsal de la protesta, también exigen el desmantelamiento de las agencias de seguridad.
Los grupos pro reforma esperan movilizar este viernes a decenas de miles de simpatizantes para respaldar sus demandas. Pero el presidente tampoco permanece de brazos cruzados, además de reforzar su seguridad, también ha convocado a sus partidarios a congregarse en las cercanías del palacio presidencial, lo que ha hecho que el bloque cívico cancele sus planes de marchar hasta allí. Con los ánimos a flor de piel, el riesgo de enfrentamientos es alto.
Algunos analistas temen que el gesto de Saleh signifique que va no a ceder el poder de forma pacífica. Sin embargo, otros opinan que está tratando de blindar su salida para poder seguir en el país y evitar ser llevado a los tribunales. La propuesta del bloque cívico no menciona qué será de Saleh una vez que deje el poder.
Mientras tanto, tropas de la Guardia Republicana, que dirige Ahmed, el hijo del presidente, y una unidad del Ejército regular alineada con la oposición, volvieron a enfrentarse en Mukalla, al sureste del país. El incidente, el segundo que se produce esta semana, se saldó con tres heridos. Aunque hasta ahora se ha tratado de choques aislados y atribuibles nada más que a los implicados, existe el riesgo de que una chispa pueda provocar el incendio. La agencia de noticias de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, IRIN, ha informado de la muerte de "al menos 40 personas" en los últimos días en escaramuzas entre miembros de grupos tribales pro y anti gubernamentales en la provincia de Al Jawf, al norte del país.
Miles de opositores al régimen de Yemen
exigen la caída del presidente Saleh
El presidente reitera su ofrecimiento de traspasar el poder a "manos seguras".-
Saná 25/03/2011
Una gran protesta convocada por los manifestantes contrarios al presidente Ali Abdalá Saleh recorre este mediodía las calles de la capital de Yemen, Saná, para exigir su salida inmediata del Gobierno. En paralelo, el presidente ha liderado una gran concentración para exhibir su fuerza en las cercanías del palacio presidencial, con lo que el riesgo de enfrentamientos entre los dos bandos es muy alto. De hecho, el Ejército ha realizado los primeros disparos al aire para dispersar a los dos grupos de manifestantes.
En una nueva arenga a sus fieles, Saleh ha dicho estar dispuesto a entregar el poder pero solo a "manos seguras", según ha informado la televisión estatal. "Estamos en contra de disparar una sola bala y cuando hacemos concesiones es para garantizar que no hay un baño de sangre. Nos mantendremos firmes y les haremos frente con todo el poder que tenemos", ha advertido, en una referencia directa a sus detractores, entre los que figuran algunos ex altos cargos del Ejército.
Precisamente el militar de mayor rango entre los desertores del régimen, el general Alí Mohsen, quien el lunes pasado anunció su salida del Ejército para respaldar a los grupos prorreforma, se habría reunido durante las últimas 48 horas con el presidente para pactar una transición ordenada, según ha informado este viernes un ayudante de Saleh. "Mohsen ha aclarado por qué hizo lo que hizo, y ha reclamado [al presidente] garantías de que no le ocurrirá nada", ha explicado Ahmed al-Sufi, secretario del presidente. Ayer, el diario The Wall Street Journal informó de que Saleh y Mohsen estaban ultimando un acuerdo que culminaría con la renuncia de ambos y la creación de un gobierno de transición de carácter estrictamente civil.
Mohsen, visto como el segundo hombre con más poder en Yemen, aseguró ayer a Reuters que no alberga ninguna ambición de convertirse en presidente. De hecho, muchos yemeníes ven a Mohsen como parte del sistema caduco y corrupto que quieren enterrar con sus protestas.
Viernes de la Despedida
Los miles de jóvenes acampados desde hace seis semanas en la plaza de la Universidad de Saná han bautizado la jornada de hoy como el Viernes de la Despedida, confiando en que la protesta movilice a cientos de miles de simpatizantes y fuerce la caída del régimen.
En una protesta similar que tuvo lugar el pasado viernes se registraron 52 muertos, muchos de ellos víctimas de los disparos de francotiradores afines al régimen. Ayer, un nuevo incidente elevó el riesgo de guerra civil en Yemen. Militares alineados con la oposición se enfrentaron a fuerzas del régimen en Mukalla, al sureste del país, con un saldo de tres heridos. Naciones Unidas ha contabilizado al menos cuarenta muertos en los últimos días de escaramuzas entre miembros de grupos tribales pro y antigubernamentales en la provincia de Al Jawf, al norte del país.
Las promesas de reforma planteadas hasta el momento por el veterano presidente han caído en saco roto. Los cabecillas de la llamada Coalición Cívica para una Revolución Pacífica han rechazado la oferta de Saleh de convocar elecciones presidenciales para enero de 2012, en vez de en septiembre de 2013, cuando concluye su mandato. La oposición quiere cambios inmediatos en el país, y ha reclamado la formación de un consejo transitorio integrado por personas ajenas al régimen que debería redactar una nueva Constitución en seis meses y después convocar elecciones.
"El Gobierno no puede abrirse paso a tiros para salir de esta crisis", ha advertido en un comunicado Philip Luther, director de la oficina de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y el norte de África. "Uniformados o vestidos de civiles, las fuerzas de seguridad deben de parar inmediatamente de emplear munición contra los manifestantes pacíficos y desarmados".
"No al caos, sí a la seguridad"
Fieles a Saleh se han desplegado desde primera hora en el centro de Saná en claro desafío a los manifestantes que han tomado las calles al término de las oraciones de mediodía. Algunos van en moto con carteles con el rostro de Saleh impreso, ondenado banderas y escuchando himnos patrióticos. "No al caos, sí a la seguridad y la estabilidad", rezan algunas de sus pancartas.
Saleh, que lleva 30 años en el cargo, supervisó la unificación del norte y el sur de Yemen en 1990 y salió victorioso de una guerra civil cuatro años después, no ha dado muestras de querer abandonar el poder. Saleh no abandonó el tono desafiante en un nuevo discurso ante la cúpula militar este jueves, ofreciendo simplemente una amnistía a los militares insurrectos que se arrepintieran.
El presidente de Yemen se declara dispuesto a ceder el poder pacíficamente
Saleh ofrece una amnistía a los militares que han tomado partido por la oposición
24/03/2011
El presidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh, se ha declarado dispuesto a la transferencia pacífica del poder, pero ha acusado a la oposición de estar en contra. En una intervención ante altos mandos militares difundida por la televisión estatal, Saleh también ha ofrecido una amnistía a aquellos uniformados que han tomado partido por el movimiento que pide su salida del poder. Horas antes, un nuevo enfrentamiento entre soldados partidarios y contrarios a Saleh subrayó la urgencia de encontrar una salida política a la crisis que ha puesto Yemen al borde de la guerra civil.
"Por lo que más quieran, acepten el diálogo político y el poder puede transferirse de forma pacífica a través de las instituciones constitucionales", ha asegurado Saleh sin especificar más. Pero esa invitación a una solución negociada contrastaba con su subsiguiente acusación a los opositores de "haber trazado un plan para atacar bases militares" y "tener sitiadas las sedes del Banco Central en Maareb y Saada", donde ha dicho "quieren llevarse los depósitos". "Esta es la oposición pacífica y que quiere el cambio", ha añadido despectivo.
"La marea política en Yemen se ha vuelto decisivamente en contra del presidente Ali Abdalá Saleh", concluye un informe del International Crisis Group. Este centro de análisis político asegura que "sus elecciones son limitadas: puede enfrentarse a su propio Ejército o negociar una transferencia del poder rápida y digna".
Ambas posibilidades seguían abiertas ante el Viernes de la Despedida convocado por la oposición. Saleh concretó el miércoles su oferta de convocar elecciones presidenciales para enero de 2012, en vez de en septiembre de 2013 cuando concluye su mandato. Pero los miles de jóvenes acampados en la plaza de la Universidad de Saná exigen su salida inmediata. Y cada día cuentan con más apoyos. El jueves se ha sumado el líder de la tribu Baqil, la segunda en peso político, pero la más numerosa tras la Hashed a la que pertenece el presidente y cuyos notables respaldan la protesta.
Durante una conferencia de prensa, los cabecillas de la llamada Coalición Cívica para una Revolución Pacífica pidieron la formación de un consejo transitorio de nueve personalidades "que no estén implicadas en la corrupción del viejo régimen". Este grupo debería redactar una nueva constitución en el plazo máximo de seis meses, como paso previo a la convocatoria de elecciones. Los jóvenes, que forman la espina dorsal de la protesta, también exigen el desmantelamiento de las agencias de seguridad.
Los grupos pro reforma esperan movilizar este viernes a decenas de miles de simpatizantes para respaldar sus demandas. Pero el presidente tampoco permanece de brazos cruzados, además de reforzar su seguridad, también ha convocado a sus partidarios a congregarse en las cercanías del palacio presidencial, lo que ha hecho que el bloque cívico cancele sus planes de marchar hasta allí. Con los ánimos a flor de piel, el riesgo de enfrentamientos es alto.
Algunos analistas temen que el gesto de Saleh signifique que va no a ceder el poder de forma pacífica. Sin embargo, otros opinan que está tratando de blindar su salida para poder seguir en el país y evitar ser llevado a los tribunales. La propuesta del bloque cívico no menciona qué será de Saleh una vez que deje el poder.
Mientras tanto, tropas de la Guardia Republicana, que dirige Ahmed, el hijo del presidente, y una unidad del Ejército regular alineada con la oposición, volvieron a enfrentarse en Mukalla, al sureste del país. El incidente, el segundo que se produce esta semana, se saldó con tres heridos. Aunque hasta ahora se ha tratado de choques aislados y atribuibles nada más que a los implicados, existe el riesgo de que una chispa pueda provocar el incendio. La agencia de noticias de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, IRIN, ha informado de la muerte de "al menos 40 personas" en los últimos días en escaramuzas entre miembros de grupos tribales pro y anti gubernamentales en la provincia de Al Jawf, al norte del país.
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