Argentina al borde de la guerra con Estados Unidos.

Ayer, Braden o Perón; hoy, Obama o Cristina Por JUAN SALINAS BOHIL

Como se recordará, la semana pasada un avión de la Fuerza Aérea norteamericana que arribó a nuestro país con militares y armamento destinados a ser utilizados para dar un curso a la Policía Federal, fue demorado porque parte de la carga que transportaba no coincidía con lo declarado. En el operativo, piloteado en persona por el canciller argentino y profusamente transmitido en vivo por la televisión, quedó secuestrada una ametralladora cuyo número de serie no correspondía con lo informado por la embajada de los Estados Unidos y partes de otras armas no declaradas, medicamentos vencidos, elementos químicos, y una valija verde que fue abierta por la fuerza por las autoridades argentinas y en cuyo interior había equipos de comunicación y material informático. El incidente se produjo después dos semanas atrás cuando el canciller Timerman acusó a los norteamericanos de adoctrinar a militares latinoamericanos en la tortura y cómo realizar golpes de Estado. Debido al altercado, las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos se encuentran en máxima alerta y se teme una escalada en el conflicto con el nuevo país bolivariano cultor del nuevo modelo "nacional y popular" con fuerte inflación social. La crisis es de tal magnitud que Barack Obama mantiene reuniones diarias con los ex presidentes Bush (padre e hijo), Bill Clinton y James Carter. Por lo que ha trascendido, los dos primeros serían de la opinión de invadir Argentina, mientras que los otros tres presidentes liberales serían de la opinión de buscar un acercamiento con los líderes de las principales fuerzas democráticas pertenecientes a los movimientos sociales, la CTA, FUA y organismos de Derechos Humanos, en busca de un diálogo fraterno que aumente el espíritu de cooperación y amistad entre ambos pueblos. En tanto, la presidente argentina habló en público acerca de defender la soberanía y el secretario de Comercio cerró la importación de numerosos productos; se reparten en los barrios de emergencia ejemplares del libro "Vivir con los nuestro" de Aldo Ferrer y se engalanan los balcones de los edificios públicos y privados de las principales ciudades del país. A su vez, Hebe Pastor, Luis D'Elía y Milagros Salas, han convocado a una manifestación en la Plaza de Mayo para apoyar a la Presidente en defensa de la soberanía, el INDEC y los precios consensuados. Al mismo tiempo decenas de miles de carteles son pegados en las paredes de la ciudad de Buenos Aires y su conurbano con la inscripción: "¿Drogas en aviones?, ¿medicamentos vencidos y alterados? ¡Aquí, jamás! ¡No pasarán!" Escuálida de tropas, la Presidente firmó ayer un decreto de real necesidad y urgencia por el que se libera a todos los militares detenidos por violaciones a los Derechos Humanos en la década del 70 para incorporarlos al servicio activo y pidió ayuda militar a los gobiernos de Cuba y Venezuela que, se supo, admitieron tener problemas para el envío de los efectivos solicitados. Igualmente, Chávez recordó la entrega que con anterioridad hizo de Catherine Fulop y Castro ofreció a Silvio Rodríguez y Hugo Milanés para que recreen a las tropas con sus canciones. Un súbito fervor patriótico ha tomado por asalto las actividades de la Cancillería en donde se escucha día y noche la Marcha de las Malvinas y hasta se habla y piensa en español rioplatense. Todo un logro. Han sido suspendidos los festivales de rock en los que participen cantantes o conjuntos de habla inglesa y prohibidos el Día de San Valentín y Hallowen, y, en una primera etapa, el uso de los vocablos de origen inglés comoscoring, shopping, sale, Windows, PC, aunque los funcionarios de la secretaría del Buen Decir han llegado a la conclusión que son tantas las palabras que se usan en inglés que la medida podría quedar sin efecto. Por último, se supo que un conocido analista político televisivo, fuera de cámara pronunció un antinacional: "Estamo' en el horno". Inmediatamente el Gobierno lo confinó en Punta del Este.