Según relató Miranda Hebble de 22 años, “Estaba agotada por la falta de sueño por el más pequeño de sus hijos, de apenas diez meses”.
La autopsia no fue concluyente, pero los forenses creen que: “el bebé pudo morir ahogado, mientras que el mayor, falleció por agotamiento, hambre o hipotermia”.
La madre estaba con sus dos hijos, y el padre, Christopher Stevens, estaba trabajando cuando ocurrió la desgracia en noviembre de 2008.
Según Miranda: “había preparado el baño como siempre, pero Malaquías, el más pequeño, manchó las paredes de caca y fue a buscar con que limpiarlas. Dejó el tapón puesto en la bañera y a los niños en el agua”.
“Eso es lo último que recuerdo antes de despertar 10 horas después y encontrarlos muertos. Me desmayé con el tapón de la ducha puesto y lleno de agua. Y mis hijos no estaban respirando. Estaban muertos”.
Kate Ellson, letrada de West Australia, dijo a la corte que: “Miranda Hebble no tenía antecedentes de enfermedad mental ni de abuso de drogas y alcohol, aunque sí había tenido problemas de sueño por la inquietud de su hijo menor”.
“La mujer, sin embargo, también había tenido un incidente cuando dejó a su hijo en el coche mientras iba de compras y alguien avisó a la policía al ver al bebé llorando y enrojecido dentro del vehículo caliente”.
El juicio a Miranda Hebble por la muerte de sus dos hijos, continúa en Perth, Australia.
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