La docente, durante el terrible tornado que azotó a Oklahoma, sufrió una grave herida en la pierna, un caño entraba y salía de ella a la altura de su pantorrilla.
Pero Hale protegió con su cuerpo a sus alumnos de primer grado bajo los escombros de la escuela.
Llega un equipo de rescate y encuentra a los niños a salvo, y la mujer que estaba con su pierna herida protegiendo a sus niños, entre los destrozos y las sillas volcadas, y en el momento del auxilio entró en estado de shock.
El Jefe de los servicios de traumatología del principal hospital de Oklahoma declaró código negro a causa del número de personas heridas que estaban atendiendo.
Las lesiones más frecuentes que sufrieron fueron desde cortes y contusiones en heridas abiertas hasta tejidos y piel rasgados con cortes en el riego sanguíneo.
Una escuela primaria, la Plaza Towers, fue totalmente arrasada por el tornado y allí murieron nueve niños, siete de ellos ahogados.
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