Cristina habla, mientras la subversion prepara la guerra civil.

La realidad que el discurso oficial no llega a ocultar

Por JUAN SALINAS BOHIL

La Presidente, pese al frío de la zona, se encuentra en su cálido refugio del sur donde tiene su morada y es aceptada cada vez que las brasas de la realidad se avivan a más no poder. Por ejemplo, otro sindicalista ha sido puesto en prisión por un magistrado del quecasi 40 millones de argentinos tienen exacta noción de cuál es el motivo por el que no debería pisar nunca más un tribunal salvo como imputado en una causa. Lo saben todos menos la clase dirigente y los gremialistas que salieron a cortar calles y rutas exigiendo la liberación del compañero preso. Y lo lograron. Lo fenomenal del caso es que los muchachos no sabían el porqué de la detención y mucho sospechamos que el juez estrella tampoco. Eso sí, se armó un revuelo fuera de lo común que, a fuerza de ser sinceros y si vamos a manejarnos con la verdad, a nadie interesa, salvo que la promocionada conmoción sirva para cambiar el plan económico y bajar la inflación, aumentar la seguridad, poner coto al narcotráfico, mejorar el estado de la educación y la salud, cambiar al Canciller, establecer el juicio por jurados, anular la obligatoriedad del voto obligatorio, suprimir el scoring, las bicisendas y los cambios de sentidos de las calles en esta ciudad, radarizar el espacio aéreo, eyectar la Gendarmería a las fronteras, bajar el IVA al 9% e Ingresos Brutos a la mitad, anular el impuesto al cheque, subir el monto del impuesto a la riqueza, instrumentar un símil del servicio militar obligatorio para varones y mujeres, duplicar los sueldos de las Fuerzas de Seguridad, anular el dos por uno de las condenas, establecer prisión efectiva para los usurpadores, dejar de financiar a los sectores gubernamentales autodenominados de "Derechos Humanos", restringir la inmigración hasta tanto se establezcan nuevos parámetros de admisión, etc. Si alguno de estos ítems se favoreciera con la discusión, entonces es posible que a la sociedad le interese la disputa. Mientras tanto, como el promocionado desfile de candidatos políticos por radio y televisión, se la ve como una cuestión extraña y lejana a sus intereses. La corporación judicial no es distinta a las demás. Muerde, defiende sus conquistas y ataca como la mejor. Si así no fuera asistiríamos a un hecho sobrenatural. Su "independencia" es cartón pintado para la mejor película de ciencia ficción porque como hemos dicho, gobierna conjuntamente con los demás poderes. Y así debe ser porque todos caminan juntos para el mismo lado. Incluso cuando el país se encamina al precipicio. De otro modo piénsese en la Corte del último gobierno militar oponiéndose a la recuperación de nuestras Islas Malvinas; la de Alfonsín sublevándose por el juicio a las Juntas Militares o el divorcio vincular, o la actual indignándose por la no penalización del uso de estupefacientes para consumo personal. Y es en este juego entre los Poderes que sorprende la decisión de la Unión Industrial de criticar la incorporación a la Magistratura laboral de jueces cercanos a la CGT. Piaron tarde los empresarios porque no pueden desconocer que en ese ámbito cada gremio tiene su juez, de la misma forma que en otros fueros los jueces tiene bien agarrados de las solapas a muchos funcionarios: les va en ellos su supervivencia en el cargo. Tenemos la salida y vuelta a prisión del odóntólogo Barreda, la excavación por Jorge Julio López, las insignificancias de Timerman puestas como verdades universales y por último la efímera prisión de un gremialista opositor al kirchnerismo que es a la vez capo de las 62 Organizaciones peronistas. Todo en menos de dos semanas y por el mismo abono de cable sin pagos extras. Pero aún queda la discusión si Gran Hermano 27 y Tinelli podrán superar tamaña programación porque la realidad es en Argentina muchísima mejor que la ficción. El gobierno se encuentra débil. Y sus máximas lumbreras parecen no darse cuenta. ¿O sí? Mientras los jubilados sigan dándole hemoglobina gratis todo seguirá igual, ¿pero por cuánto tiempo? En Argentina se arriba al poder y después se ve. Los recién llegados pueden ser de izquierda, derecha, centro, arriba, abajo, al costado o de todas las direcciones al mismo tiempo, desmitificando los famosos "equipos técnicos" que dicen tener para cuando arriben a la administración del Estado. Basta con ver sus historiales. En su declive, que intenta disimular con fastidiosa verborragia pública chavista hasta dos veces diarias, la Casa Rosada viene retrocediendo desde la derogación de la Resolución 125 que retrotrajo las retenciones al nivel del 35 por ciento. Así, paso a paso, fue aceptando posiciones planteadas por la opinión pública y la oposición, aunque ésta todavía no se haya dado cuenta. Entre las últimas medidas urgidas de apuro figuran la asignación universal por hijo, la creación de un ministerio de la Seguridad, el veto a la ley que otorgaba el 82 % a los jubilados y un aumento de haberes en su lugar, la incorporación de trabajadores ferroviarios tercerizados después de los violentos hechos sucedidos en Constitución, la aceptación de la baja de la imputabilidad de los menores y últimamente, después de ocho años de descontrol, el pedido de que las protestas se realicen sin cortes de calles y rutas. El discurso oficial de la vida en el País de las Maravillas es entretenedor, pero hay que estar atentos a hechos como el envío de gendarmes a la provincia de Buenos Aires en una clara y encubierta intervención sin la participación del Congreso y con la tácita aceptación de su gobernador. Además, la instalación del narcotráfico, cronometrados asaltos a bancos y blindados, secuestros, asesinatos de policías con sustracción de sus armas reglamentarias, robo de municiones y armas de guerra en los cuarteles, y extrañas desapariciones de helicópteros, son hechos nunca aclarados y que la sociedad ya ha vivido con intensidad décadas atrás. Quizás un abordaje tan violento como el que le ocurrió al ex carapintada Aldo Rico podría haber sido la frutilla del postre de una situación que viene deteriorándose desde hace meses. Habrá que ver si febrero viene más impetuoso que enero y menos tumultuoso que marzo.