Ante las autoridades policiales de la ciudad de Qena se presentó un egipcio para denunciar a una cigüeña, a la cual consideró como espía: La policía se hizo presente en el lugar e inmediatamente detuvieron al animal, bajo el cargo de sospecha de espionaje.
Según el denunciante: “vio al ave en las cercanías de su casa y observó que llevaba un dispositivo sospechoso”.
Los agentes policiales clasificaron al aparato como supuesto objeto de espionaje.
Pero, luego, para tranquilidad de todos los involucrados, se supo que: “el dispositivo fue colocado por estudiosos franceses para seguir las rutas migratorias de dichas aves”.
Todo fue una ‘falsa alarma’.
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