Al parecer, la mujer sufrió un paro cardiorrespiratorio, tal vez por una hemorragia interna, pero las peritos aun no se han pronunciado.
Lovell había hecho todos los arreglos necesarios para a dar a luz a su hija Zahra, quien logró sobrevivir, pero el resultado final no fue el esperado y el 23 de enero perdió la vida en el parto.
La activista ya era madre de otra nena de tres años llamada Lulu, y ahora el padre de las dos niñas quedo solo al cuidado de ellas.
Lovell era una gran defensora de los partos hogareño, pues sostenía que las mujeres tenían derecho a dar a luz en su entorno si así lo deseaban.
En este sentido, presionó al gobierno australiano para que las matronas estuvieran regladas, financiadas y tuvieran una protección legal.
Con su muerte, nuevamente se abre el debate si es lo mejor para la madre y el bebé, que el parto se produzca en el hogar.
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