jueves, 9 de febrero de 2012

“Negrerización de la Argentina por parte de la Presidente“


Mientras el kirchnerismo vuelve a sacar a flote el caso Malvinas (por enésima vez), tema fundamental para cualquier distracción política desde hace tiempos inmemoriales, se anuncia un “importantísimo discurso” que dará la recién rebanada Presidente, la pequeñísima Cristina “scarneck” Fernández de Kirchner. Entretanto, se invita a todo el arco opositor por motivos ocultos sin ocultar: es un tema aceptado por todos y en el que probablemente sea el único punto en donde todos concuerdan sin tirarse de las mechas; también servirá, claro, para usar en algún futuro spot para mostrar que hasta la oposición la apoya y la aplaude (seguramente en la re-re-re-elección del 2019); y porque al dar un discurso de (baratos) tintes pacíficos, llamar a la oposición era dar el ejemplo (del que se acordó recién ahora).
Mientras la locutora habitual abre el discurso con el ¨Presidenta de 40 millones de argentinos¨ (se olvidó de los millones de inmigrantes ilegales) con un tono digno de showman de lucha libre, Cristina se coloca tras el púlpito tratando de expresar seriedad con la dura careta que usa para los monólogos, hecha con piel de indigentes no censados en el 2010. Al final, el anuncio importantísimo pasó por firmar un decreto (sí, otro más) para desclasificar el Informe Rattenbach, informe que ya se conseguía en una vieja revista y hasta la vendían en internet a $150. Pero vanaglorió el haber abierto un registro con todos los secretos ya sabidos, y recién disponibles oficialmente a partir de 30 días (si no quiere esperar, cómprelo y enterese de las obviedades ahora). También instruyó a Tomada (léase “lo obligó a hacer lo que ella quería, como a Boudou“) a que plantara una denuncia en la ONU por la “militarización del Atlántico Sur por parte de Inglaterra“. Lo que no se enteró es que los isleños podían hacer una denuncia igual por “negrerización de la Argentina por parte de la Presidente“, y la ONU no puede negar esas realidades.
Pero entre las líneas del discurso, Cristina sentó las bases de lo que es la maestría de la ironía (título que seguramente sí podría colgar de su pared, no como el de abogada, que se lo debe haber comido López Murphy). O tal vez no se tratase de ironía, sino de olvido selectivo, lo que podría indicar que la operación falsa del falso cáncer podría haberle afectado 2 neuronas, incapacitándola al 50% de su potencialidad de intelecto (debe ser por eso que se rodea de tantos “intelectuales entre comillas”).  Mientras decía “se van a cumplir 180 años exactos de la usurpación y el desalojo de los argentinos de nuestras Islas Malvinas deberíamos comenzar a considerar también esta fecha“, parece olvidar que justificó las usurpaciones de extranjeros de terrenos argentinos (como el Indoamericano, sin contar las innumerables y crecientes villas), basándose en que la gente necesita vivienda. Me pregunto si los kelpers pueden usar esa misma justificación, o si ellos no pueden por no haberla votado y por no cobrar planes clientelistas.
La magistral “si no les alcanza la historia hasta la zoología parece darnos la razón: en Río Gallegos, cuando construimos parte de la costanera, se hizo una construcción de avistaje de pájaros. Allí se pueden ver todos los pájaros que vienen en vuelo migratorios de Malvinas vienen por territorio“, demuestra que podemos tomar hasta Alaska si tenemos en cuenta la migración de muchas de las aves que pasan por territorio. Y también mandamos droga a todos los otros continentes, por lo que si no les alcanza con la historia o la zoología, también podemos usar el pretexto judicial y conquistar el mundo entero. No menos magistral es la “Es regional y es global porque también se están depredando nuestros recursos naturales, pesca y petróleo, sin ningún tipo de control ambiental que puede provocar, tal cual lo ha dicho nuestro Canciller ante el Parlamento, un verdadero caos ecológico en cualquier momento“, sabiendo que tiene el Caso Famatina de explotación mineral a cielo abierto (donde el pueblo corta y se queja, y el kirchnerismo aprueba) y que ella mismo firmó de puño y letra el veto a la Ley de Protección de Glaciares (aprobada en el Congreso). De ese tipo de vetos parece olvidarse Lubertino, acusadora serial de vetadores seriales. La señal parece ser que la depredación y el caos ecológico es permisible si lo hacen los Kirchner; sino, es denunciable, repudiable y aplaudible por los monitos de turno.
Pero también el discurso pasó por su lado humorístico, como con el “que nadie espere de nosotros gestos que estén por afuera de la política y por afuera de la diplomacia, que no se hagan ninguna ilusión acerca de que vamos a hacer esto“, como si tuviera la capacidad de que los chicos escupidores de La Camporita pudiesen bajar aviones, las propagandas de Gvirtz pudieran desmoralizar al ejército enemigo, o que los golpes de la CTA pudiesen hundir acorazados. El único que podía hacer algo era el sindicalista Moyano, haciendo un piquete marítimo con barcos llenos de camiones. Pero ahora está del lado fascista de la historia por intentar que se aumente al trabajador según la inflación real y no la dada por el Gobierno. ¡Pedazo de facho resultó ser! El remate también fue hilarante, con “No nos atraen los juegos de las armas ni las guerras, al contrario“, mientras en la banca aliada al kirchnerismo tienen a Menem (misteriosamente sobreseído por la venta de armas ilegales a Ecuador), y cuando se les ordena a Moreno y D´Elía (entre otros) a salir a golpear a manifestantes civiles en la plaza principal de Argentina.
Y mientras la Presi (actual “dente” y esperemos que futura “diaria”) tiraba besos a todos los excombatientes y cerraba el discurso elevando el honor y el respeto que se les debía tener, fuera de Casa Rosada empieza una discusión con un diputado K, Díaz Bancalari, porque muchos de esos excombatientes convocados quedaron afuera “porque pasaron los de La Cámpora y no nos dejaron pasar porque no entrábamos”. Mientras ellos le increpaban eso al diputado, él decía “Vienen a provocar, son mandados“. Y para aplicar la misma sintonía amor-paz-respeto-honor que destila Cristina, Bancalari le increpa a uno de ellos… el no querer recuperar Las Malvinas. En el tole-tole que se armó, el diputado dejó en claro la política oficialista de la que está hecho el modelo, y cobró sueldo y aguinaldo con aumentos retroactivos para que tenga y guarde en dólares aprobados oficialmente.
Un día después, y para cerrar las ironías universales que parece concentrar el kirchnerismo, un turista francés es asesinado en Plaza Gral. San Martín (lugar importantísimo por lo céntrico y lo turístico) de 2 navajazos por 3 convencidos del modelo kirchnerista, para poder robarle la cámara de fotos que valía como 1000 dosis de paco para tirar día y medio. El turista acuchillado los corrió, sangrando de muerte, más de 40 metros sin encontrar ni un solo policía, para caer luego en su último espacio físico de vida. Testigos civiles vieron la situación, persiguieron al autor del hecho, y lo detuvieron ellos mismos (la policía llegaría 20 minutos después, pese a la cantidad de cámaras que hay en el lugar). Y esos guardias improvisados estaban allí gracias algran modelo K: hacían la cola para sacar la tarjeta SUBE para que no les cobren más del doble el boleto de los transportes (que de todas formas ya anunciaron que también se los iban a aumentar). Los testigos decían que eran menores que dormían desde siempre en la plaza (esos que no hay que discriminar ni criminalizar), por lo que no sólo eran conocidos, sino que saldrían en horas para poder matar de nuevo. Mientras los medios se encargaban de buscar testigos, la policía se los sacaba de las cámaras para interrogarlos, y luego quedaban a la espera de que volviesen a encontrar a otro para repetir el proceso. Porque la poli-policía de Garré tiene la orden de hacer cumplir la ley (la ley del menor esfuerzo). El colofón: el turista estaba sacando fotos al Monumento a los Caídos en Malvinas. Díganme si no encuentran las múltiples capas de ironía de esta historia.
El manto de neblinas nos dibuja Las Malvinas Kirchneristas. No son las mismas neblinas londinenses, sino otras nacionalizadas, hechas para taparlo todo y dibujar sombras chinescas de manos caprichosas. Después nos preguntamos por qué los kelpers no quieren ser argentinos. ¿Quién nos habla aquí de olvido, de renuncia, de perdón? ¡Rompa el manto de neblinas, carajo!
PLPLE

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