jueves, 29 de mayo de 2014

Alejandro Granados, el estado de anomia y sus protegidos.

Hoy anduve por el Juzgado de Paz de Florencio Varela, regenteado por un delincuente que responde a la mafia gobernante.
El tema que me llevó, es que el distrito se convirtió en una autopista de los parlantes.
Malvivientes y marginales, colocan un parlante con equipo de amplificación en un vehiculo que de ninguna manera está habilitado para circular, y con esta instalación precaria, salen a atronar el espacio con la promulgación de la venta de sus articulos.
El sonido se escucha perfectamente a diez cuadras, lo que torna aturdidor en las cercanías.
Esta actividad ilegítima es ejercida a la luz del día y ante la vista de quienes deberían impedirlo.
Está claro que en el concepto narcokirchnerista, la Ley solo es algo para vulnerar.
Ni el municipio ni la Provincia, ESTANDO OBLIGADOS A HACERLO, lo impiden.
Alejandro Granados, el último actor cómico a cargo de la seguridad, muestra patrulleros, habla pavadas y lanza números, pero mientras tanto, los delincuentes circulan alegremente por todo el conurbano, violando la Ley, perjudicando a los comerciantes honestos y a los vecinos a la vista de todos.
Al regresar a mi casa fuí recibido por un delincuente con patente de corso que tiene licencia mafiosa de la comisaria tercera de Florencio Varela para delinquir.
                                 
WUR-232 es el dominio colocado en el vehículo con el que se cometen delitos en forma ostentosa y diaria.
El paso de uno solo de estos vehículos, (en una oportunidad pasaron diecinueve), lleva horas, porque lo hacen a paso de hombre y zigzageando.
Mientras, en una sociedad en la que cualquiera hace lo que quiere, cuando se le ocurre y como se le ocurre, Granados sigue mostrando patrulleros y tirando cifras.
A pocos metros de allí, un negocio es clausurado por falta de habilitación.
Paradojas de la mafia inmunda que se adueñó del poder.

Los vamos a juzgar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario