domingo, 2 de mayo de 2010

La empresa Zanon, vista por los obreros.

Raúl Godoy:
"Bajo gestión obrera o no, la máquina es la máquina y a veces te "caga a baile" como en cualquier fábrica"

Lo encontramos en la línea. El ruido casi ensordecedor de la fábrica, el mate y las interrupciones propias que genera el trabajo, fueron el marco de un diálogo que no tiene desperdicios. Desde setiembre de 2009 Raúl Godoy, uno de los referentes históricos de la lucha de Zanón, dejó su cargo en el sindicato ceramista y volvió al trabajo en la línea de producción. En realidad todos los dirigentes, vencido su mandato en el SOECN (Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén), volvieron a sus antiguos puestos de trabajo. Se pudo cumplir de esta forma esa parte del estatuto del sindicato que dice que todos los dirigentes tienen que volver a trabajar. Se pudo cumplir con algo que debiera ser normal y natural: los dirigentes obreros no mutan en empresarios ricos, vuelven a su puesto de trabajo para continuar la lucha.


Por Flor Negra y Rodolfo Grinberg

"Algunos se jugaron unos asados, que perdieron y todavía están pagando."

¿Qué sentiste después de tanto tiempo, al volver a la máquina?

Es una alegría estar de nuevo aquí junto a los compañeros. Algunos se jugaron unos asados, que perdieron y todavía están pagando. Pensaban que no íbamos a volver. Otros, algunos de los viejos sobre todo, nos dicen que es un desperdicio que estemos en la línea, que con todo lo que hay para hacer, estaría muy bueno que estemos afuera liberados de tareas.
Para todos la discusión es la misma: por un lado es un problema de método y por otro de acumulación. Nosotros volvemos a la línea a militar. Se trata de hacer una nueva masa crítica desde la línea. Por más que uno tenga la mejor relación con los compañeros, no es lo mismo estar al lado de la máquina que estar desde afuera.
En lo personal estoy con un poco más de cansancio pero con mucha alegría. Una alegría doble de poder encontrarse con el mismo compañerismo de siempre. Nos pone bien estar acá adentro porque de alguna manera es renovar la fuerza. Es tomar de nuevo impulso. Es demostrarle a algunos compañeros que en esto no hay chamuyo: que milita el que está liberado, que también desde la máquina se puede militar. Hay que hacer un poco más de esfuerzo, pero vale la pena ¡Está muy bueno!

¿Te costó volver al ritmo de "fábrica"?

El primer día el desafío fue tratar de no quedarme dormido. Puse el despertador a la 5.00. Porque para nosotros el laburo se hace doble por la militancia. Es un esfuerzo más. Uno sale de acá. Quiere saber que pasó. Pasa por prensa y difusión. Estar al tanto de los conflictos. Leer. Y el cansancio se acumula. No es lo mismo militar liberado de tareas que siguiendo el ritmo de la máquina. Bajo gestión obrera o no, la máquina es la máquina y a veces te caga a baile como en cualquier fábrica. Pasa que acá no tenés la presión, te lo tomás de otra manera.

¿Cómo fue la discusión acerca del retorno a trabajar en la planta?

En las asambleas, a pesar de que hay una tendencia más conservadora, a decir: "si lo están haciendo bien quédense", pudimos discutir con los compañeros que la rotación es una necesidad. Más allá de que se estén haciendo bien o mal las cosas, hace falta rotación de dirigentes, hace falta el surgimiento de nuevos compañeros, de nuevos cuadros. Fue un aliciente para que se renovara con más fuerza las rotaciones dentro de la misma cooperativa. En lo que hace a la administración, en ventas. Todos lugares que no son la línea. Lógicamente sindicato y cooperativa son dos cosas independientes.

¿Qué opinan los más nuevos, los más jóvenes?

Hay muchos pibes que han entrado en la gestión obrera que nos conocían simplemente de estar adelante, ahora nos conocen como compañeros de laburo. ¡Y está buenísimo que nos conozcamos así y acá en el mano a mano. Contándoles esa historia y contándoles que no somos los primeros, ni los únicos, ni vamos a ser los últimos. Que el movimiento obrero se renueva y que hay camadas. Que hay una subjetividad que tenemos que ir reconstruyendo nuevamente.

¿Pensaste en Tosco y su ejemplo?

La imagen de Tosco y los 30.000 siempre sobrevuela acá. Poder tomar parte de su ejemplo y parte de sus banderas, aún con las diferencias, con las críticas, con las distintas visiones que hay. En lo profundo creo que estamos transitando el camino que marcaron los Tosco, los Salamanca, toda esa camada de compañeros setentistas y de tantos que dieron la vida. Nosotros nos sentimos levantando las banderas que hacer falta levantar.
Gramsci dice que parte de ser dirigente es ir preparando a las futuras generaciones que te vayan a suplantar. Desde ese punto de vista la nueva comisión del sindicato Ceramista, es un orgullo muy grande. Yo era el único compañero militante acá cuando recuperamos el sindicato. Yo milito en el PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) hace muchos años y la mayoría de los compañeros son independientes. Pero en ese forjarnos juntos, con mucho respeto, con mucha discusión y demás se han ido forjando unas camadas impresionantes. Es uno de los orgullos más grandes que tengo.
Hay muchos compañeros independientes que han abrazado las ideas del clasismo, algunos se han incorporado al partido y muchos se han quedado en forma independiente y está buenísimo compartir discusiones críticas y todo eso.
"Una de las alegrías que tengo en la vida es que mis hijas no lo hayan tomado a mal, que no hayan visto esto como algo que les ha quitado el padre"
¿Cómo vivió tu familia este retorno a la fábrica?

Yo tengo dos hijas de mi primer matrimonio. Gisela y la más chica, Natalia. Tienen 21 y 19 años. Ellas padecieron y después fueron parte de esta lucha desde que estaban en la escuela primaria. Iban a la escuela 190 del barrio San Lorenzo. Ellas también recibieron amenazas de muerte: cuando me amenazaban a mí, a veces ellas atendían el teléfono. Sufrieron que nos reventaran la casa en un par de oportunidades. Que la vaciaran durante los ataques mafiosos. Sufrieron que el viejo estaba procesado, o el viejo tardaba días en volver porque nos atrincherábamos acá en la fábrica.
La más chica cuando estaba en la escuela, me afanaba los volantes de la mochila, los llevaba a la escuela y los repartía. En una de esas me llamó la maestra y me dijo: "Yo quería hablar con ud. para saber si tiene algún problema. Para darles una mano" Yo no sabía bien por qué lo decía, si bien lo nuestro era público. Me dijo entonces: "No, porque Natalia me trajo un volante y me explicó cómo estaba la situación" y empezaron a armar toda una colecta en la escuela para traer después a la fábrica.Natalia fue abanderada y no pude estar porque teníamos una asamblea acá y le pedí a un compañero que me reemplazara. Ella después empezó a militar y hoy sigue militando.

¿Y Gisela?

La más grande está viviendo en La Plata con su novio. Ellos vinieron a visitar la fábrica, uno siente quizás, sensaciones contradictorias, pero ella asumió parte de esta lucha, la hizo propia y hoy pasear por la fábrica, presentándole a su compañero de vida esto, está bueno.
Una de las alegrías que tengo en la vida es que ellas no lo hayan tomado a mal, que no hayan visto esto como algo que les ha quitado el padre, sino al revés: como algo que han recibido como propio y que hoy comparten una militancia y un proyecto de vida y que celebren la expropiación y que celebren hoy pasar por la fábrica como parte de una conquista de una lucha. En ese sentido creo que es una alegría doble.
¿Y hoy?

Hace 7 años que estoy en pareja nuevamente, con otra compañera. Tenemos una bebé ahora. Ella nació en la gestión obrera, se llama Violeta y tiene un año y ocho meses. Son 3 mujeres y está bueno, me gusta. Es verdad que ha sido poco el tiempo compartido con ellas, pero fue compartido a fondo. Ver el resultado de eso hoy me llena de alegría, el que ellas hayan entendido y que sean parte sin ningún tipo de presiones.
"por más cooperativa autónoma que tengamos, en el mercado capitalista no podés sobrevivir mucho tiempo"
¿Cómo ves las perspectivas de lucha a partir de la asunción de la nueva comisión del sindicato?

Cuando en su momento, asumió Alejandro López, al principio fue todo un desafío. Se superó con creces en el resultado. Ahora estas nuevas camadas, ya sin la vieja guardia, están siguiendo el mismo camino. Es un desafío que a nosotros nos pone en un lugar de mayor responsabilidad. Esto lo observamos, lo analizamos cuando entramos a trabajar porque decíamos que nosotros cuando recuperamos la interna y después el sindicato, era para pelear por los derechos de los trabajadores. Teníamos ideas básicas fuertes. Pero después de la gestión obrera en Zanón; el sindicato con la otra gestión obrera en Cerámicas del Sur (donde estamos en plena pelea, vamos a ver como nos va); con el conflicto en Cerámica Stefani, tenemos objetivos superiores. En ese sentido, la vieja guardia ceramista, que hoy estamos trabajando, también estamos acumulando para nuevos proyectos.Hay un debate que tenemos abierto. Estamos discutiendo la necesidad de entrar a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) En el sentido que allí hay masa crítica, que tenemos espacios para poder discutir. Hay mucha militancia estatal y docente acá en Neuquén. La verdad es que es un desperdicio que en el sindicato Ceramista estemos por fuera, aunque coordinamos en la calle, no tener esos espacios en común de plenarios de delegados de base, de asambleas provinciales. Eso es lo que estamos debatiendo para poder ingresar. Me parece que en esto podemos aportar.

¿Y en Zanón?

Siempre dijimos que la expropiación no era la salida, pero era un paso importante. Siempre peleamos la estatización, con toda la polémica, con toda la discusión que eso causaba. Nosotros queríamos la fábrica puesta al servicio de un plan de obras públicas, estatizada y con gestión obrera y que los obreros con nuestra gestión diéramos transparencia a la comunidad. No logramos eso, no nos daba la relación de fuerzas. Fueron 9 años de lucha incansable. Pero logramos como paso importante la expropiación. Esto se valora cuando se han pasado 5 órdenes de desalojo, cuando hemos estado con una situación áspera todo el tiempo. Hay que pelear por un plan de obras públicas y poder vender para eso, porque por más cooperativa autónoma que tengamos, en el mercado capitalista no podés sobrevivir mucho tiempo. Vos peleas contra grupos económicos y la autonomía que tenés es muy pequeña. Tenés que pagar boletas de luz, de gas enormes. Nuestro debate por el ingreso a la CTA tiene que ver con esto, porque o lo hacemos con el conjunto o los ceramistas solos no lo vamos a poder hacer.
Sabemos nuestros límites. Un destacamento de obreros solos, por más combativo que sea... la pelea es mucho mayor. Nosotros somos un grano de arena, importante, pero no de dejamos de ser un grano de arena en medio de una pelea muy grande.
El sindicato ceramista y Zanón en particular, son una trinchera. Ahora uno no quiere vivir en una trinchera toda la vida. La trinchera no es un buen lugar para vivir, es transitorio.
"Si empezamos a gritar todos juntos nos vamos a hacer escuchar."
¿Cómo ves las perspectivas en el movimiento obrero argentino?

Creo que ha comenzado un renacer del movimiento obrero, pero no del movimiento obrero sólo peleando salarios. Un movimiento obrero que se liga a los estudiantes, a la comunidad, al pueblo pobre. Esto es lo que tiene de profundo este nuevo proceso que hay, en el que está Terrabussi, en el que está el mismo subte. Ya no es como antes, parcial, corporativo, sino que empiezan a tomar las demandas del conjunto. Las demandas democráticas, las demandas de la crisis, lo del golpe en Honduras. Es decir que se plantea una cuestión superior. Para nosotros las perspectivas son alentadoras.Terrabussi es un ejemplo. 2700 obreros haber enfrentado a la patronal norteamericana, al Ministerio de Trabajo, a la burocracia de Daer, a la embajada norteamericana, a todos los funcionarios que quisieron quebrarlos de mil maneras, incluyendo la represión y no sólo haber derrotado eso, sino haber recuperado la organización nuevamente, una interna como la que tienen. Creo que es un paso adelante. Falta, porque esto ha tenido un costo. Todavía hay compañeros que están despedidos y en la calle se pelea así. Esto lo miraron miles de trabajadores y en ese sentido ha sido mucho más amplio, mucho más grande que la lucha de empresas recuperadas. Mostró que se los puede enfrentar. Estamos debatiendo la necesidad de un plenario de trabajadores clasistas. La coordinación a nivel nacional. En esto no bajamos nunca los brazos. Y el tratar de impulsar esto junto a la interna de Kraft es un orgullo y un desafío.

A propósito: ¿Cómo anda la lucha del movimiento de fábricas recuperadas?

El movimiento de fábricas recuperadas está muy atomizado. El gobierno intervino mucho, hay mucha división. El gobierno todos los años hace un encuentro en Chapadmalal, en lugares turísticos donde junta cien, doscientas cooperativas, les promete, les da un café, una torta y los manda otra vez a que se arreglen. Es una situación que no está resuelta. Los compañeros del Bauen tienen una situación dificilísima. Nosotros conseguimos la expropiación el año pasado pero no está solucionada la situación del conjunto. Hay una pelea abierta ahí. Y que se puede renovar si hay nuevas crisis porque va a haber nuevas fábricas ocupadas y recuperadas. Es una pelea que todavía tenemos por dar para que se garanticen las condiciones mínimas de trabajo en cada una de las recuperadas: subsidios no reintegrables, que se garantice el salario, como mínimo de convenio, para todos los trabajadores en cada uno de sus rubros, créditos fáciles, que el estado compre la materia prima. A sabiendas que la pelea por la estatizaciones mucho más dura, estamos peleando por estas cuestiones transitorias. Yo creo que la lucha nos va a volver a unir por momentos. Mantenemos relaciones, pero es atomizado el movimiento.
En un momento tuvieron una relación muy fluida con los delegados y trabajadores del subte. ¿Cómo está esa relación ahora?
En subte hay distintas vertientes, hay distintas visiones. Ahora los compañeros consiguieron un fallo que los deja a mitad de camino del sindicato que querían conseguir. La pelea va a continuar porque los monopolios siguen actuando, porque la lucha de clases no va a parar, porque los embates del gobierno no van a parar. Creo que la lucha nos va a encontrar más adelante unidos nuevamente.
Hay sectores del subte con los cuales seguimos trabajando. Creo que "tocan a uno, tocan a todos" sigue vigente, si tocan a alguien del subte tenemos que estar. Hay que seguir trabajando en esto. La estrategia de la unidad cada vez que hay problemas, cada vez que hay crisis surge. Cada vez que hay situaciones de riesgo nos volvemos a juntar. Yo veo que cuando hay necesidad de la gente, de la base, es un ordenador grande para el conjunto de los agrupamientos. Hay que trabajar. Organización y lucha. Luchas va a haber, pero hay que ir forjando las herramientas políticas que necesitamos los trabajadores. No debemos frenarnos ante el portón de la fábrica. No frenarnos ante el estrecho margen del sindicato, sino empezar a ver que la salida es política también. Hace falta que los trabajadores empecemos a levantar nuestra voz. Si la empezamos a levantar nuestra voz, si empezamos a gritar todos juntos nos vamos a hacer escuchar.

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