La madre de Candela, Carola Labrador, había recibido una llamada extorsiva 48 horas antes de que la nena fuera encontrada.
Un hombre con acento habla con la madre y le asegura que de no entregar un dinero, no vería a su hija “nunca más”. Habría una carta a colación de ésta amenaza.
“Hola, señora que busca a la nena. Jamás la vas a encontrar. Te lo aseguro yo, no la vas a ver nunca más, devolvé la guita”, dijo el hombre en la breve comunicación.
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