En el oeste de Serbia hoy, el consejo local emitió una advertencia de salud pública: “un vampiro estaba en libertad”.

El anuncio oficial se produjo después de que un antiguo molino en ruinas, se derrumbara y era justamente  el hogar del vampiro más famoso del país.

Sava Savanovic, el vampiro,  se cree que vivió en la cabaña en el río Rogacica en la aldea de Zarozje en el municipio de Bajina Basta.

Se dice que bebía la sangre de alguien que llegó a su molino de grano.

El alcalde local, Miodrag Vujetic, admitió: “La gente está preocupada, todo el mundo conoce la leyenda de este vampiro y los lugareños creen que tras quedarse sin hogar, el vampiro está en busca de otro. Todos estamos asustados”.

Agregó que: “todo está  muy bien para las personas que no viven en el área y se ríen de sus temores, pero nadie en la región tiene  la menor duda de que los vampiros existen”.

Y confirmó que: “el ayuntamiento aconsejó  a todos los habitantes del pueblo a poner ajo en sus puertas y ventanas para protegerse de los vampiros, ya que es bien sabido que no pueden soportar el olor”.

“También les recordamos  poner una cruz santa en todas las habitaciones de la casa”.

Otros casos de vampiros famosos de Serbia son los de Peter Plogojowitz y Paole Arnold.

Plogojowitz, un campesino, se dice que murió a la edad de 62 años en 1785, pero al parecer regresó de la tumba para pedir a su hijo que lo alimente.

Cuando su hijo se negó, Plogojowitz brutalmente lo asesinó.

Más tarde, los aldeanos decidieron exhumar el cuerpo del hijo para buscar signos de vampirismo y se sorprendieron al encontrar al parecer un cadáver fresco con nueva piel y uñas.

Dijeron que ‘la sangre se podía ver por la boca’.

Se procedió a revisar el cuerpo a través del corazón,  que estaba ‘completamente nuevo’ y  la sangre fluía a través de los oídos y la boca.

Finalmente, el cuerpo fue quemado.

Otro caso, se dijo de Paole, un soldado convertido en granjero, fue atacado por un vampiro y mató a una docena de personas en el siglo 18.

Ambos casos se hicieron famosos por las autoridades austriacas, que en ese momento controlaban Serbia, y quienes parecen confirmar que, efectivamente, los vampiros existen.