lunes, 14 de febrero de 2011

Chavez miente con la construcción de viviendas.

¿Se pueden construir 150.000 viviendas por año con este gobierno?

Editorial

En esta edición de analítica incorporamos dos excelentes análisis sobre la situación y la potencialidad de construcción de viviendas en el país. Estos estudios fueron parte de una reunión de Analitica Premium con los arquitectos Marco Negrón y Alfredo Cilento.

Es importante desmitificar el tema de la vivienda en Venezuela y dejar de hacer promesas irrealizables a corto plazo, sobre todo con un gobierno con más de una década en el poder y donde se ha reducido en forma apreciable la construcción de viviendas por año, a pesar de los elevados ingresos petroleros por el auge de los precios. Para construir viviendas se requiere de tiempo, materiales, organización y tierra urbanizada. Hoy en el país ha habido una contracción en la producción de los principales insumos necesarios para construir, básicamente por las estatizaciones del hierro, la producción de acero y del cemento, además de que los existentes son utilizados, en parte, para la construcción de grandes terraplenes que servirán para la conexión ferrocarrilera entre diversas ciudades y pueblos; eso sin tomar en consideración, por carecer de información fidedigna, de la construcción de diversos búnkeres militares.

Además no hay que olvidar que el cemento debe transportarse a los diversos lugares en los que se planean construcciones y que necesariamente deberán transitar por vías que en muchos casos están en pésimo estado. Si a esto se le suma la disminución de capacidad de las acerías venezolanas así como las deficiencias en el suministro eléctrico y el desmantelamiento de muchas empresas con experiencia constructiva, es difícil suponer que se pueda construir 150.000 viviendas este año y 250.000 el año que viene. A ello se agrega la confiscación o apropiación indiscriminada, sin pago, de terrenos, que limitará fuertemente la construcción de todo tipo de inmueble al desconocerse los derechos de propiedad, como la política de que los “usuarios” de las viviendas no podrán disponer (vender, hipotecar, etc.) de ellas. No es con Bielorrusos, chinos, rusos, uruguayos, argentinos y brasileños que se lograría ese supuesto objetivo, el cual es solo una promesa electorera. Los obreros, los maestros de obras y los ingenieros y también las empresas que van a acometer esas labores son y serán venezolanos. Y si es cierto que aquí hay mucha experiencia no es satanizando a los que han construido que se lograra superar el máximo histórico de viviendas que se construyeron durante la era democrática o mal llamada IV Republica. Aún en el caso de Cuba quienes construye la mayor parte de las viviendas son los privados, que, por supuesto, ó son muy pequeños constructores reducidos, por sus propias capacidades, a un radio mínimo de acción, ó son empresas extranjeras.

La improvisación cuando se junta con la corrupción es una mala mezcla y el resultado está a la vista ¿ Cuantas viviendas ha construido el gobierno en los últimos doce años? Y ¿ Cuantas ha construido el sector privado? ¿Alguien de verdad cree que por decretos o leyes improvisadas esta realidad va a cambiar?

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