Tian Xueming, de Huangling, cerca de Chongqing en el sur de China, ha rechazado todas las peticiones para mover el cuerpo de su hijo Qinyuan a una tumba familiar.
El carpintero de 54 años de edad, incluso ha creado una serie de grupos electrógenos de respaldo para mantener el congelador en funcionamiento durante los cortes de luz que son frecuentes en el distrito.
Xueming declaró: “Me hace sentir como si mi hijo nunca me hubiera abandonado”.
El carpintero y su esposa sufrieron en principio la pérdida de su hija de 15 años, quien falleció un día caluroso de muerte súbita y tiempo después el hijo fue diagnosticado con una enfermedad terminal y nada pudieron hacer al respecto.
“Cuando Qinyuan murió, yo no podía hacerme la idea de que no lo iba a ver otra vez, así que decidimos con mi esposa ponerlo en un congelador para preservar su cuerpo.”
Al principio lo mantuvieron en secreto pero luego la noticia se dispersó por el barrio. Mucha gente intentó persuadirlos para que le den al joven un entierro digno, pero ellos se negaron.
Ambos se acercan regularmente al cuerpo congelado cada vez que se sienten desahuciados. “Cada vez que mis esposa no puede dormir, va hasta el freezer, abre la puerta y le dice ‘hola’ a Qinyuan, como si aun viviera”.
Xueming aclara que en algún momento le darán a Qinyuan un lugar más apropiado para descansar eternamente, pero que ahora no es el momento.
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