domingo, 28 de octubre de 2012

A medida que se acerca el famoso siete de diciembre o “7D” como lo llaman desde el kirchnerismo, se multiplican también las dudas sobre qué harán desde el gobierno, más allá del multimedios Clarín, con el resto de los concentradores de opinión que, a diferencia de la banda de los Magnetto’s boys, no están (al menos circunstancialmente) enfrentados con el poder ejecutivo nacional.


7D: hacete amigo del juez



O dicho sin tantas vueltas, sería bueno saber cómo se va a aplicar la ley de servicios de comunicación audiovisual en aquellos multimedios a los que en la jerga cotidiana se los denomina como “amigos” de los K, y que al igual que Clarín se exceden en la cantidad de medios que poseen de acuerdo a la normativa vigente.
Pues bien, disculpen que les saque la duda con tanta anterioridad, pero es la misma ley la que indica cómo serán tratados. Ya el artículo 161 de la ley, el que habla de desinversión, aclara que vencido el plazo en el que los multimedios deben desinvertir, “serán aplicables las medidas que al incumplimiento -en cada caso- correspondiesen”. Y acá vamos con el primer detalle de escritura abogadil. No es lo mismo escribir en una ley que “serán aplicables” como marca el texto, que “se aplicarán”, como debería decir si quisiéramos que fuera obligatorio aplicarlo.
O sea, que el artículo de desinversión avisa que serán aplicables pero no necesariamente que se aplicarán, dependiendo de la autoridad de aplicación que el “serán” se convierta en un hecho concreto…
Pero además, aunque se aplique sanción a multimedios “amigos”, el artículo 110 de la ley aclara que la sanción que se imponga se graduará teniendo en cuenta la gravedad de las infracciones cometidas anteriormente, la repercusión social de las infracciones, y el beneficio que haya reportado al infractor el hecho objeto de la infracción. Nuevamente, será la autoridad de aplicación, de la que el kirchnerismo tiene el control, la que definirá qué tan grave se considera la falta generada.
Ya hay una pista de cómo actuarán, cuando escuchamos a autoridades del AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) decir que algunos multimedios “amigos” han mostrado intención de desinvertir, lo que, traducido al castellano, implica que no es taaan grave la cosa con ellos, aunque sigan pasados en cantidad de emisoras de radio y/o televisión.
Si a esto le sumamos que, al momento de poner multas, el artículo 103 de la ley en su inciso “c” dice que se pueden cobrar hasta 100 veces más baratas a un medio que a otro, (del 0,1% al 10% de la facturación de publicidad obtenida en el mes), ya vamos teniendo en claro la diferencia que, aun aplicando a rajatablas la ley de medios, va a haber entre un multimedio y otro.
Y lamentablemente nos están acostumbrando a desconfiar. Porque bien podría aplicarse la misma vara a todos los multimedios, porque un multimedio ya por definición es malo, más allá de que uno comparta o no lo que difunden.
Pero no desesperéis multimedios del país. Varios han ido y han vuelto desde y hacia el kirchnerismo, razón por la cual no podemos menos que esperar que el libro de pases continúe abierto; si al fin de cuentas, el costo de la libertad de expresión ya lo hemos pagado varias veces en los últimos doscientos años en este país generoso.
Pablo Gómez

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