jueves, 4 de octubre de 2012

La familia Grillo ha estado recibiendo la visita de un enorme oso negro recientemente en su casa en los EEUU.



La dueña del lugar estaba harta de que el oso merodeara en su patio trasero y se lo hizo saber.
El gigante peludo se dirigía alegremente por las escaleras del deck, cuando salió Nishanto, quien de pie a pocos metros de distancia, en voz alta y firme le dio las órdenes para que se marchara.
Y mientras la mujer gritaba “¡Al suelo, ahora!” el oso no perdió tiempo en dar marcha atrás y salir corriendo hacia el bosque.

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