sábado, 28 de enero de 2012

La voz y la experiencia de lucha de la nueva camada de dirigentes estudiantiles chilenos.

CHILE
Gabriel Boric, nuevo líder estudiantil de la FECH
?Las instituciones no dan el ancho?


Disfruta de las relaciones con sus amigos y familiares, practica fútbol y es buen lector. Gabriel Boric Font (25), presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) y militante de Izquierda Autónoma, añora su región, Magallanes, y una vez titulado espera ejercer allá la profesión de abogado.

Usted ha enfatizado la necesidad de una autocrítica, ¿a qué se refiere?
?Es muy importante para el movimiento social reflexionar sobre nuestras propias acciones, porque si somos autocomplacientes y no tenemos un análisis crítico de lo realizado, será muy difícil seguir avanzando. Aunque hubo muchos aciertos, los peores errores cometidos el año pasado estuvieron relacionados con descuidar la alianza con otros sectores sociales, y dentro del movimiento estudiantil, con los secundarios; porque la lucha que estamos llevando a cabo es la misma. Nos dejamos llevar por la inercia y esa inercia nos condujo por caminos separados. Fue un error político, que en su momento no supimos enfrentar de la manera correcta.
Otro error fue fetichizar ciertas formas de movilización. Convocar a marchas todos los jueves hizo que se perdiera el sentido de esas marchas. Las formas de movilización deben ser funcionales a objetivos políticos y por lo tanto, tiene que haber un proceso de reflexión cotidiano acerca de cuál es ese objetivo político.
Si determinada forma de movilización no nos sirve para alcanzar nuestros objetivos, hay que desecharla. En un momento estábamos llamando a marchar por marchar; respondiendo a la necesidad de movilizarse, pero sin un análisis de para qué nos movilizabamos. Eso terminó con el desgaste de la movilización. No fuimos inteligentes para manejar ese tema?.
¿Qué viene ahora?
?El año pasado fuimos capaces de instalar ciertas demandas, pero nos faltó trabajar su contenido. Cuando hablamos de desmunicipalización, hay que explicar qué sistema escolar estamos buscando; cuando decimos fin del lucro, tenemos que detallar cómo llevaremos eso a cabo. Si no tenemos claridad en estos temas, terminaremos respondiendo a iniciativas ajenas, como nos sucedió al final del conflicto el año pasado, cuando delegamos en diputados y senadores toda la discusión del Presupuesto 2012.
Quedó demostrado que las instituciones no dan el ancho para resolver las demandas del mundo social. Por lo tanto, es importante que podamos construir nuestras propias propuestas y no estar a la espera de que otro lo haga?.
Ustedes están en un proceso de acercamiento al mundo popular. ¿Tienen conciencia que son parte de la elite de esta sociedad, que ha estado muy lejos del pueblo?
?Pertenecemos a un sector privilegiado y por lo mismo, buscamos ampliar nuestro marco de alianzas. Por ejemplo, estamos debatiendo sobre el ingreso de las universidades privadas a la Confech. Cuando uno habla de universidades privadas, se imagina la Adolfo Ibáñez, la Mayor o la del Desarrollo; pero universidades privadas son también la de Las Américas, la Bernardo O?Higgins o la Central. A estas asisten mayoritariamente hijos de trabajadores, que viven en carne propia las contradicciones más violentas de este modelo mercantilista de educación.
Cuando era más joven me costaba entender lo que decía Allende acerca de que la revolución no pasa por la universidad. Yo decía, ¿por qué?, si en la universidad todos son tan revolucionarios. Ahora entiendo que la revolución se tiene que hacer desde el sector productivo, desde la clase trabajadora, desde los explotados, que no son los mismos de antes. Hoy el explotado no sólo anda con un casco y un martillo; también lo es el trabajador precarizado que labora para la clase rentista; puede usar cuello y corbata, y es igualmente explotado.
Tenemos que ampliarnos también hacia los pobladores, los medioambientalistas o los consumidores, porque entendemos que la pelea que estamos dando no tiene que ver sólo con la calidad de la educación, sino con la calidad de la democracia que tenemos. Esto no lo vamos a resolver este año, porque la descomposición del tejido social en Chile es muy profunda y recién empezamos a organizarnos?.
¿Qué esperan lograr?
?Estos procesos son lentos y hay que construir perspectivas políticas de largo aliento. Estamos en un proceso de recomposición de la organización social y corremos el riesgo de ser cooptados por los interese de la elite. Por lo tanto, tenemos que ser muy responsables, para que al final de este año estemos orgullosos de lo que hayamos logrado.
Cada día que pasa sin transformaciones dentro del sistema educacional, significa exclusión e inequidad. Más niños que van al colegio a no aprender nada hace cundir la frustración. Hay que obtener logros concretos. Es un equilibrio difícil de conseguir, entre nuestras perspectivas de largo plazo y los logros que necesitamos a corto o mediano plazo. Eso quiere decir, por ejemplo, que no podemos cerrarnos a negociar con el gobierno avances concretos en materia educacional?.
¿En la dicotomía revolución o reforma, con cuál se queda?
?En el colectivo en que milito, Izquierda Autónoma (IA), nos sentimos parte de una Izquierda revolucionaria. La palabra revolución tiene ahora una carga semántica llena de nostalgia y derrota. Nosotros queremos recuperarla y volver a dotarla de sentido político. Revolución hoy no significa andar con un fusil y una mochila, ni andar con poncho escuchando al Quilapayún. Es tomar conciencia de que las condiciones de vida en nuestro país son paupérrimas, debido a la explotación que lleva adelante un sistema neoliberal que solamente favorece a la elite empresarial. Nosotros apostamos a transformar esas condiciones materiales.
La revolución es un proceso permanente y tenemos que ser capaces de ir prefigurando en nuestras propias prácticas cómo nos gustaría que fuera la sociedad que buscamos. El análisis de IA tiene que ver con una crítica desgarradora a la Izquierda en el siglo XX. Que más allá de sus aportes al progreso de la Humanidad, fracasó; y el proyecto que imaginó no llegó a concretarse. Los socialismos reales derivaron en totalitarismos absurdos, que no tienen nada que ver con el comunismo al cual se aspiraba. No formo parte de la beatería de Izquierda que cree que estos temas no hay que discutirlos y no tengo empacho en criticar al régimen de Corea del Norte, que es a todas luces una dictadura personalista al estilo de la novela 1984 de George Orwell.
Hay que ?reimaginar? a la Izquierda, pero ese proceso no puede derivar en que solamente tratemos de ponerle un rostro humano al capitalismo. No nos hace sentido la ?renovación? del PS, que de un partido revolucionario que trató de aprender de sus errores, terminó por convertirse en un partido funcional a los intereses del modelo.
Como IA sabemos que solos no somos suficiente y que hay que apostar a la unidad de la Izquierda. En la Confech existen múltiples colectivos, fuera del PC, que hoy están separados por intrigas pequeñas y desconfianzas. Si no somos capaces de unirnos, vamos a terminar llevando agua al molino del sistema. La Unidad Popular tuvo mucho de popular y poco de unidad; tenemos que aprender de nuestra propia historia para no cometer los mismos errores?.
¿Cree que el PC sea parte de esa ?clase política? que ustedes critican?
?Miramos al PC como un impor-tante aliado en los cambios hacia los que hay que avanzar en Chile. No nos parece su intento de pasar de pacto instrumental con la Concertación a un pacto más político; porque cualquier iniciativa nacida hoy desde la Concertación, es una iniciativa que nace muerta y nosotros no estamos disponibles para formar la Concertación 2.0. Eso no impide reconocer que dentro de la Concertación hay personas que son muy valiosas y que en algún momento nosotros podemos apostar también a construir con ellas una mayoría para hacer los cambios que necesitamos.
Hacer política es transformar la realidad y no solamente tener un sentido principista de las cosas que me impida conversar con otros; porque finalmente me quedaré solo y sin fuerzas para avanzar. El PC se ha equivocado, pero también ha aportado mucho a este país y no podemos seguir con estas divisiones dentro de la Izquierda. Hay que apostar a trabajar con ellos?

(Fuente: El Clarín de Chile)

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