sábado, 28 de enero de 2012

Sara Rus.



Sara Rus, es la protagonista de una historia llena de dolor y tristeza, pero a pesar de ello nunca dejó de sonreír. Sobrevivió a los campos de concentración nazi, escapó a la Argentina tras la guerra y en los 70, durante la última dictadura, uno de sus hijos fue secuestrado y desaparecido.
En una entrevista que le ofreció a la BBC, esta valiente mujer relató con lágrimas en los ojos los momentos más oscuros de su vida, que la obligaron a transitar por dos exterminios.
Sara tenía 12 años cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Pertenecía a una familia judía de clase media que residía en un amplio departamento en Lodz, Polonia. La primera imagen de horror que recuerda, es la de un soldado alemán destruyendo su violín.
Junto a su familia fue obligada a mudarse a la miseria de un gueto, donde pasó tres años de hambruna. Allí su madre concibió a dos hermanitos, algo muy esperado por Sara durante muchos años, aunque nunca imaginó que llegarían en esas circunstancias. El primero murió de hambre a los pocos meses de vida y el segundo fue asesinado por los soldados nazis cuando nació.
Lo único bueno que rescata de esos años, es haber conocido a Bernardo, quien después se convertiría en su esposo y padre de sus hijos. Él le había dicho que uno de sus familiares había huido a Buenos Aires y que si sobrevivían a la guerra se encontrarían en la capital argentina el 5 de mayo de 1945.
Luego fue traslada en un tren a Auschwitz. Allí fue separada de su padre, de quien ni si quiera pudo despedirse. Nunca más lo vio. En medio de la desesperación enfrentó a un soldado, para que no la separaran también de su madre y milagrosamente no fue asesinada porque hablaba alemán, y eso impresionó al militar.
Finamente fue rescatada por los aliados, pesaba 27 kilos y su madre 26. “Los soldados nos veían y se ponían a llorar. Yo estuve tres meses mantenida con suero, porque no retenía el alimento. Había gente que cuando comió se murió, porque el organismo no podía”, relató. “¿Sabes qué fecha era cuando nos rescatan? 5 de mayo de 1945. La fecha que Bernardo me había dicho para encontrarnos en Buenos Aires”.
Concluida la guerra, Sara huyó a la Argentina junto a su madre y Bernardo. Tuvo que entrar ilegalmente por Paraguay ya que el presidente de ese entonces, Juan Domingo Perón, no aceptaba a los judíos refugiados. Pero Bernardo le escribió una carta a Eva Duarte en polaco, contándole sus penurias y al poco tiempo recibieron los permisos para quedarse en el país.
Sara se casó con Bernardo y contra todos los pronósticos médicos, tuvo dos hijos, Daniel y Natalia. Los especialistas le habían dicho que nunca iba a quedar embarazada por las graves lesiones que había recibido en los campos de concentración.
Su vida en Buenos Aires parecía haberle devuelto algo de la felicidad que la guerra le había arrebatado. Pero en 1976 comenzó la peor dictadura de la historia argentina y fue entonces cuando su hijo Daniel fue secuestrado y nunca más se supo de él. Pasó a formar parte de las listas de las 30.000 personas desaparecidas.
Sara entonces comenzó una lucha interminable para saber el paradero de su hijo y se unió a las Madres de Plaza de Mayo (línea fundadora). Ella cree que Daniel fue llevado a la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), donde la mayoría de las 5.000 personas secuestradas fueron asesinadas.
Su lucha continúa hoy en día en defensa de los derechos humanos y a pesar de todo el dolor, Sara no ha perdido la sonrisa.

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