Noam Titelman:
Este movimiento debe abarcar a todos
por Rubén Andino Maldonado
Estudia ingeniería comercial, también literatura y lingüística. Cuando el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), Noam Titelman Nassau (24), aún tenía tiempo libre, lo utilizaba leyendo buena literatura. ?Admiro a muchos escritores. Me gustan Manuel Rojas, José Donoso y entre los poetas, Pablo de Rokha. En la literatura universal: Dostoievski, Hemingway y Camus?.
¿Qué está pasando con el movimiento estudiantil en la UC?
?La Feuc participó el 2011 como no lo había hecho desde hace 50 años. Hay muchas cosas que aprendimos. Nos articulamos con los centros de alumnos de cada carrera, con profesores, funcionarios y autoridades. Tomamos contacto con los estudiantes de otras universidades, con los rectores y con una serie de organizaciones, con las que deseamos fortalecer vínculos, para enfrentar este año.
Queremos una reforma interna en la UC; porque es la más elitista, con los aranceles más caros del Consejo de Rectores y escasa participación de la comunidad universitaria en la toma de decisiones. Hay mucho que avanzar en lo que se refiere al rol público de la universidad.
La NAU, el colectivo del que provenimos Giorgio Jackson y yo, y al que han pertenecido las cuatro últimas directivas de la Feuc, se ha inspirado en el movimiento de 1967. Entonces la UC fue la primera en rebelarse, participar y tener un rol protagónico en las transformaciones de nuestro país. Las ideas fuerza de entonces eran, universidad para todos y democratización. Universidad para todos buscaba que el acceso no estuviera vinculado al lugar de nacimiento de las personas y que el conocimiento que produjera la universidad estuviera al servicio de las grandes mayorías. Democratización, a la manera como nos organizamos como universidad, como sociedad y como república. Estas ideas siguen siendo tan fuertes hoy como antes.
En 1990 recuperamos la democracia y ahora estamos recuperando la capacidad de soñar con un cambio radical del sistema; con el aporte de nosotros, que somos jóvenes, y de algunos que tienen más edad pero que piensan como jóvenes. No podemos repetir los mismos errores de esa época. El movimiento del 67 nos permitió tener al único rector electo de la UC en toda su historia y grandes avances democratizadores; pero las fuerzas reformistas se dividieron y ganó una directiva contraria, vinculada a la derecha. Con el golpe de Estado del 73, todo lo avanzado se perdió.
Ahora somos menos ingenuos y sabemos que este movimiento debe abarcar a toda la ciudadanía, e incluir reformas estructurales en nuestro sistema de enseñanza, nuestra democracia y nuestra sociedad. Hay que obligar a las autoridades políticas a hacerse cargo de estas demandas. En las universidades aparecen ideas de vanguardia, pero son espacios a los que no ingresa la mayoría del pueblo. Aunque logremos un apoyo masivo, seguimos circunscritos al espacio universitario. El gran desafío radica en que estas ideas se proyecten hacia los movimientos populares a través de nuevas organizaciones políticas?.
¿Cómo se rompe el duopolio político?
?Muchos lo han intentado y han fracasado. Mientras este duopolio no vea el peligro de perder sus posiciones de poder, defenderán el sistema político. El gobierno se ha manejado mal y muchos en la Concertación quieren volver a hacer lo mismo, sin asumir la derrota ni recoger la crítica. Cuando se pierde, hay dos posibilidades: se cambia o se espera hasta las próximas elecciones para hacer lo mismo de antes. Mientras los últimos predominen, será difícil que la Concertación juegue todas las fichas para cambiar el binominal. En la derecha sucede lo mismo, mientras haya quienes consideran que el sistema les conviene, van a seguir defendiéndolo. Hay que remecer el barco y demostrar que este modelo no es sostenible, porque la ciudadanía tiene un descontento profundo con la forma como se está llevando a cabo la democracia?.
¿Qué opina sobre la represión desatada contra los movimientos sociales?
?Somos enfáticos en condenar la violencia, porque la consideramos un medio inútil para nuestro movimiento y vamos a hacer todo lo posible por conseguir la paz social. Pero consideramos que la paz es, en última instancia, obra de la justicia. La lucha por la educación es también la lucha por la paz. El día que el gobierno entienda que la mejor manera de tener paz social no es con allanamientos y Carabineros reprimiendo, será el día en que efectivamente podremos evitar estos conflictos.
Estamos preocupados por la tramitación de la ?ley Hinzpeter?, que busca criminalizar los movimientos sociales y que va en la dirección contraria a las necesidades de un sistema democrático en el que puedan participar con éxito los distintos actores ciudadanos. El año que viene tendremos que canalizar nuestra energía en propuestas organizativas y de coordinación de una base social amplia, que incluya a muchos actores. En primer lugar, queremos sumar a la discusión a quienes no han estado participando tan activamente, como las universidades privadas, los institutos profesionales y los centros de formación técnica?.
Los estudiantes técnico-profesionales se quejan de que el sistema de selección no les da oportunidad de ingresar a la universidad.
?Tenemos un sistema educacional único en el mundo: establece una discriminación perfecta, a través de escuelas municipales, particulares subvencionadas, con copago y particulares pagadas, que permiten discriminar a los estudiantes según su nivel socioeconómico. La Prueba de Selección Universitaria (PSU) no mide adecuadamente las habilidades ni predice el rendimiento que tendrán los estudiantes. Discrimina según la institución básica o secundaria a la que asistió el alumno y no según la calidad y los méritos de cada estudiante. Estudios demuestran que al medir conocimientos y no aptitudes, la PSU discrimina negativamente a los alumnos de liceos municipales y no predice bien el rendimiento en la educación superior. Hay que modificar la prueba y agregar otros criterios de selección, como un ranking que premie a los estudiantes secundarios que hayan destacado en sus promociones.
La ?clase política? teme también entregar recursos al Estado para que se haga cargo del derecho social a una educación igualitaria. Mientras no rompamos con estos prejuicios, estamos condenados a mantenernos en estos continuos ajustes cosméticos de una beca más o menos, o de aumentar en un diez o veinte por ciento la subvención?.
Fuente: ?Punto Final?
Este movimiento debe abarcar a todos
por Rubén Andino Maldonado
Estudia ingeniería comercial, también literatura y lingüística. Cuando el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), Noam Titelman Nassau (24), aún tenía tiempo libre, lo utilizaba leyendo buena literatura. ?Admiro a muchos escritores. Me gustan Manuel Rojas, José Donoso y entre los poetas, Pablo de Rokha. En la literatura universal: Dostoievski, Hemingway y Camus?.
¿Qué está pasando con el movimiento estudiantil en la UC?
?La Feuc participó el 2011 como no lo había hecho desde hace 50 años. Hay muchas cosas que aprendimos. Nos articulamos con los centros de alumnos de cada carrera, con profesores, funcionarios y autoridades. Tomamos contacto con los estudiantes de otras universidades, con los rectores y con una serie de organizaciones, con las que deseamos fortalecer vínculos, para enfrentar este año.
Queremos una reforma interna en la UC; porque es la más elitista, con los aranceles más caros del Consejo de Rectores y escasa participación de la comunidad universitaria en la toma de decisiones. Hay mucho que avanzar en lo que se refiere al rol público de la universidad.
La NAU, el colectivo del que provenimos Giorgio Jackson y yo, y al que han pertenecido las cuatro últimas directivas de la Feuc, se ha inspirado en el movimiento de 1967. Entonces la UC fue la primera en rebelarse, participar y tener un rol protagónico en las transformaciones de nuestro país. Las ideas fuerza de entonces eran, universidad para todos y democratización. Universidad para todos buscaba que el acceso no estuviera vinculado al lugar de nacimiento de las personas y que el conocimiento que produjera la universidad estuviera al servicio de las grandes mayorías. Democratización, a la manera como nos organizamos como universidad, como sociedad y como república. Estas ideas siguen siendo tan fuertes hoy como antes.
En 1990 recuperamos la democracia y ahora estamos recuperando la capacidad de soñar con un cambio radical del sistema; con el aporte de nosotros, que somos jóvenes, y de algunos que tienen más edad pero que piensan como jóvenes. No podemos repetir los mismos errores de esa época. El movimiento del 67 nos permitió tener al único rector electo de la UC en toda su historia y grandes avances democratizadores; pero las fuerzas reformistas se dividieron y ganó una directiva contraria, vinculada a la derecha. Con el golpe de Estado del 73, todo lo avanzado se perdió.
Ahora somos menos ingenuos y sabemos que este movimiento debe abarcar a toda la ciudadanía, e incluir reformas estructurales en nuestro sistema de enseñanza, nuestra democracia y nuestra sociedad. Hay que obligar a las autoridades políticas a hacerse cargo de estas demandas. En las universidades aparecen ideas de vanguardia, pero son espacios a los que no ingresa la mayoría del pueblo. Aunque logremos un apoyo masivo, seguimos circunscritos al espacio universitario. El gran desafío radica en que estas ideas se proyecten hacia los movimientos populares a través de nuevas organizaciones políticas?.
¿Cómo se rompe el duopolio político?
?Muchos lo han intentado y han fracasado. Mientras este duopolio no vea el peligro de perder sus posiciones de poder, defenderán el sistema político. El gobierno se ha manejado mal y muchos en la Concertación quieren volver a hacer lo mismo, sin asumir la derrota ni recoger la crítica. Cuando se pierde, hay dos posibilidades: se cambia o se espera hasta las próximas elecciones para hacer lo mismo de antes. Mientras los últimos predominen, será difícil que la Concertación juegue todas las fichas para cambiar el binominal. En la derecha sucede lo mismo, mientras haya quienes consideran que el sistema les conviene, van a seguir defendiéndolo. Hay que remecer el barco y demostrar que este modelo no es sostenible, porque la ciudadanía tiene un descontento profundo con la forma como se está llevando a cabo la democracia?.
¿Qué opina sobre la represión desatada contra los movimientos sociales?
?Somos enfáticos en condenar la violencia, porque la consideramos un medio inútil para nuestro movimiento y vamos a hacer todo lo posible por conseguir la paz social. Pero consideramos que la paz es, en última instancia, obra de la justicia. La lucha por la educación es también la lucha por la paz. El día que el gobierno entienda que la mejor manera de tener paz social no es con allanamientos y Carabineros reprimiendo, será el día en que efectivamente podremos evitar estos conflictos.
Estamos preocupados por la tramitación de la ?ley Hinzpeter?, que busca criminalizar los movimientos sociales y que va en la dirección contraria a las necesidades de un sistema democrático en el que puedan participar con éxito los distintos actores ciudadanos. El año que viene tendremos que canalizar nuestra energía en propuestas organizativas y de coordinación de una base social amplia, que incluya a muchos actores. En primer lugar, queremos sumar a la discusión a quienes no han estado participando tan activamente, como las universidades privadas, los institutos profesionales y los centros de formación técnica?.
Los estudiantes técnico-profesionales se quejan de que el sistema de selección no les da oportunidad de ingresar a la universidad.
?Tenemos un sistema educacional único en el mundo: establece una discriminación perfecta, a través de escuelas municipales, particulares subvencionadas, con copago y particulares pagadas, que permiten discriminar a los estudiantes según su nivel socioeconómico. La Prueba de Selección Universitaria (PSU) no mide adecuadamente las habilidades ni predice el rendimiento que tendrán los estudiantes. Discrimina según la institución básica o secundaria a la que asistió el alumno y no según la calidad y los méritos de cada estudiante. Estudios demuestran que al medir conocimientos y no aptitudes, la PSU discrimina negativamente a los alumnos de liceos municipales y no predice bien el rendimiento en la educación superior. Hay que modificar la prueba y agregar otros criterios de selección, como un ranking que premie a los estudiantes secundarios que hayan destacado en sus promociones.
La ?clase política? teme también entregar recursos al Estado para que se haga cargo del derecho social a una educación igualitaria. Mientras no rompamos con estos prejuicios, estamos condenados a mantenernos en estos continuos ajustes cosméticos de una beca más o menos, o de aumentar en un diez o veinte por ciento la subvención?.
Fuente: ?Punto Final?
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