Emsley presentó la pintura en la National Portrait Gallery, donde reveló que su intención era captar la naturalidad de Kate.
“El resumen era que debía ser un retrato que de alguna forma expresara su personalidad natural en lugar de su personalidad oficial”, dijo el artista.
“Cuando la conoces, eso realmente se cumple. Ella de verdad es esa clase de persona. Es muy agradable estar con ella, es auténtica y sentí que si la pintura puede comunicar algo de eso entonces tendrá éxito”, agregó.
La duquesa y la familia real quedaron satisfechos con el resultado, pero los críticos no estuvieron de acuerdo. Algunos dijeron que Kate se veía avejentada y opaca.
Además, muchas personas comenzaron a burlarse del retrato generando sus propias versiones.
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