jueves, 31 de enero de 2013

Pamela Vedovotto es una de las sobrevivientes de la tragedia desatada en la disco Kiss en el estado de Santa María, Brasil, donde murieron 234 personas por un incendio.



Pamela recuerda a quien ella denominó “su ángel guardián”, Rafael De Oliviera, un joven que la rescató del pero momento pero que lamentablemente también murió en la tragedia.
“No tengo palabras para agradecerle”, dijo Pamela a la CNN. “Si no fuera por él yo estaría entre todas esas personas que murieron. Él me dio una nueva vida”, agregó la joven.
Ella confirmó que el fuego comenzó cuando uno de los integrantes de la banda que tocaba en el escenario en ese momento encendió la pirotecnia. Las chispas llegaron al techo , donde había espuma utilizada como aislante acústico.
Pamela comenzó a correr cuando advirtió el fuego pero fue empujada contra una baranda sin poder respirar. “Una chica cayó bajo la barrera y todo el mundo seguía empujando… su cuello se quebró y quedó muerta en el suelo”, dijo la estudiante entre sollozos. “Todo el mundo gritaba, Dios sácame de aquí”.
En ese momento apareció Rafael, quien la ayudó a salir de ese sector. El joven le puso el vestido en la boca para que ella no inhalara el humo tóxico que invadía toda la disco.
Pero cuando llegaron a la salida, todo empeoró ya que los empleados de seguridad habían cerrado las puertas, pensando que los jóvenes querían salir del lugar sin pagar.
“Abrieron las puertas otra vez, pero cuando lo hicieron ya había muchas personas en el suelo, gritando”, añadió Pamela.
Pero finalmente logró salir gracias a la ayuda de Rafael. Pero el joven decidió entrar para rescatar a otras personas, decisión que le costó la vida.
Pamela a los días, fue a la morgue donde se enteró que el joven que le había salvado la vida se encontraba entre las victimas fatales. Conoció a sus padres y les pidió perdón.
“Les pedí perdón por no impedirle que volviera a entrar… lo pude haber agarrado, lo pude haber detenido”, dijo la joven en medio de lágrimas incontenibles.
Hasta el momento la justicia ha detenido a dos dueños del club y a dos miembros del grupo cuyos juegos pirotécnicos iniciaron el incendio.
Pamela dijo que no siente compasión por ellos. “Todo el mundo está muerto, todo el mundo está muerto por culpa de ellos… deberían pudrirse en la cárcel, ellos no perdieron a nadie”, dijo.

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