El deja vú de los okupas y la constante filosofía del delito

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Villero delincuente que se tropezó con un pedazo de su propia medicina. Luego pediría por favor que le devuelvan su herramienta de trabajo. Una señora sale en las noticias, con anteojos oscuros, diciendo que tiene 10 hijos pero no tiene plata. Sin embargo, pesa más de 100 kilogramos y dos de los chicos que se ven, tienen sobrepeso. Ocupó ilegalmente un complejo de viviendas destinado a (paradójicamente) otra gente “sin casa y sin plata” que fue quitada de otra toma ilegal (el Parque Indoamericano). Dice que si les dan una casa se van, que no tienen nada en contra de los ocupantes legales (lo que indica que sabe de su delito), pero olvida decir que al momento de la nota, todos los departamentos a estrenar fueron saqueados rápidamente para dejarlos más pelados que Lex Luthor. Más adelante parece recordarlo, aunque de una manera extraña: “cuando nosotros llegamos los departamentos ya los habían saqueado, nosotros no pudimos”. Para el que no entienda la problemática, hubo gente que usurpó terrenos para hacer una villa; luego ellos mismos usurpan un parque para seguir con el negocio inmobiliario; no contentos con eso, se van por ley pero ganan otra casa en otro lugar; y ahora, al momento de las entregas, otros usurpadores aparecen buscando 100 años de perdón. Esa doña dice también dice que gente del macrismo la estafó y que pagó 8.000, 10.000 y 12.000 pesos por tres departamentos. Un periodista que cumplió su función, le preguntó cómo pudo pagar esas cifras si ella no tiene plata. La mujer dudó un momento, pero dijo que sacó un préstamo “en el banco supervil”. Pero luego el periodista perdió su rol y olvidó aclarar que para conseguir un préstamo por unos $30.000 se necesita un sueldo muy abultado y una propiedad (o varias) que la señora dice no poseer. Yo, hoy, alquilando y con un sueldo mayor al promedio, no puedo ni siquiera aplicar con la mitad de los requisitos de los bancos. Se despacha después con que la Policía Metropolitana de Mauricio Macri golpeó a todos (si, a todos, no perdonó ni a uno), inclusive a chicos chiquitos. Pero pareció no ver que el 90% de la policía presente era de la Federal, correspondiente a la de Cristina Kirchner (perdón, doña Nilda Garré); y también parece olvidar la lógica de que, si eso hubiese ocurrido realmente, la Federal habría detenido o frenado la super-hiper-violencia-macrista o habría algún video de 15 policías pegándoles a 140 familias. No se pone colorada al decir que ya tendría que tener tres departamentos, pero que se los tomaron a todos. Y para hacer justicia, ella hace lo mismo hoy. Dice que en Madres de Plaza de Mayo le habían dicho que le iban a dar un departamento, pero que mintieron; sin embargo, de alguna manera rara, intenta desdecirse diciendo que la culpa es de Macri y sus punteros estafadores. También, por supuesto, dice que la única que los ayudó fue una Diputada kirchnerista (olvidó aclarar quién es y desde cuándo los ayuda…) y que pese a la toma, ya había llamado a SUS abogados para que la protejan y le den la casa. Le pregunto, lector, ¿cuántos abogados tiene usted? Más allá, una señora que vive hace años sobre la vereda a metros de los departamentos, dice que la gente que usurpó el complejo habitacional ya tienen varias casas y también negocios. Dice que a algunos de los que como ella ocupaban un lugar en la vereda, ya los habían robado, y que en la misma toma, fueron rompiendo casillas y golpeando gente. Sí, la misma pobre gente que ahora no tiene casa ni dinero, pero que tienen escuadrones de abogados, ayuda kirchnerista y recibe préstamos del Supervil por ser buenos y tener tantos hijos simpáticos. Nuevamente en la toma, la otra mujer que toma los micrófonos tiene un discurso muy parecido, casi calcado, y con un léxico que se esfuerza en pronunciar. Casi como si fuese un panfleto escrito por esferas lejanas a ellos, que se hubieran tenido que aprender de memoria para poder cobrar la continuidad de algún plan choricero. Otra vez apunta a Macri, fueron estafados y no tienen dinero. Eso sí, ellos no pagaron nada todavía, lo iban a hacer cuando les adjudicaran el departamento (supongo que abonarían con hijos, porque si plata no tienen…). Parece que el Supervil no les da nada si no tienen menos de 10 hijos. Se despacha también contra la Metropolitana que “hasta golpeó a un bebé de 8 meses y a muchos otros bebés y nenes inválidos”. Los hospitales deberían estar llenos de ellos, dada la cantidad de la prolífica prole reclamante. También la calle debería estar llena de niños y adolescente en sillas de ruedas, aunque tal vez las dejen en la casa que no tienen para venir a robarnos de a pie lo que no tenemos. En todos los casos se recalca que van a pagar la vivienda, que les digan cuánto es. Pero sin dinero alguno, no creo que puedan hacerlo. No hay Supervil que aguante (o tal vez sí, si nosotros le pagamos el préstamo sin darnos cuenta). Una arriesga que puede pagar 50 o 70 pesos por mes, bastante cararrota sabiendo que el promedio de recarga de los celulares es de $40; más si tenemos en cuenta que las tres casas que pidió son para hijos adultos, y con ella y su marido sumarían 5 mayores (al menos) que pagarían unos $200 en celular por mes. El chico que está detrás de ella, tiene una camiseta oficial de Messi, que sale unos $350. La señora dice que de otra forma no tiene acceso a una vivienda, sin saber que el resto de los argentinos (los que trabajamos, no delinquimos y tenemos un IQ superior al de Forest Gump con borrachera), tampoco. También en todos los casos se reportaron entre 100 y 140 familias que ocuparon todos los departamentos. Pero ni los okupas ni los periodistas parecen haber aprobado matemáticas, porque habiendo 240 departamentos, no pudieron haber sido tomados todos con esa cantidad de familias. A menos que, naturalmente, varios integrantes hayan tomado varios departamentos. A falta de una casa, mejor son 3 o 4, con termotanques y cocinas saqueables… La toma, por supuesto, fue espontánea según casi todos ellos. Espontáneo es un cacerolazo en Plaza de Mayo (método común en un lugar lógico), una toma de un edificio de departamentos un domingo a la madrugada por habitantes de una misma villa, no lo es. Y antes dije “según casi todos ellos” porque una admitió que se concertó esa toma en un comedor comunitario, aclarando que los comedores también pueden ser una buena escuela de planeamiento y ejecución del delito que nos cuesta millones al mes a los que trabajamos y nos cuesta poder alimentar a nuestros hijos a costa de lujos que ellos (los desamparados) sí pueden darse. También recalcaron que “no tienen agua ni comida (en la toma) y que ni la leche ni los pañales de los bebés dejan pasar. La policía los quiere matar y lo van a lograr”, olvidando el obvio hecho de que no tendrían que llevar a bebés a delinquir y que no los deberían utilizar para protegerse de la policía, como así tampoco para lograr mayores favores del Estado o de sus (legales) ocupantes. El deber de protección de los hijos es de los padres; llevarlos a una toma ilegal es también ilegal. Pero la culpa siempre es del otro. Dentro de poco los vamos a ver estrellándolos contra el piso con un “Macri lo quiso y lo hizo” al primer micrófono que se presente. Y allí es cuando entrarían los Derechos Humanos y los del Niño para patalear por la violenta represiome (represión a la gente siome), a la vez que hacen la vista gorda de los delitos de lesa humanidad que los mismos padres cometieron durante toda la vida del chico. Otra vez la misma historia de siempre. Pasa desde hace años, tuvimos grandes tomas como la del Indoamericano el año pasado, y nada parece ir ni para atrás ni para adelante. Dejémosnos de joder con el temita de las tomas y la típica historia mentirosa y circular del “pobre vándalo incomprendido”. Son chorros de la clase populista, manejados por el kirchnerismo de siempre, y que los ponen contra nosotros solamente para ganar más votos o bajar a algún candidato que consideren medianamente fuerte. Las tomas en sí son un delito, deberían estar presos. Si se cumpliera con la Ley hoy estaríamos avanzando como Tren Bala (el europeo, no el K), no nos preocuparíamos de que los delincuentes siempre nos saquen ventaja en cualquier escenario y también regresaríamos a casa vivos y con lo mismo con lo que salimos. Otro punto clarificante es que el IVC (organismo dueño del complejo que pende de Macri) sabía de las ocupaciones, pero no realizó la denuncia hasta que empezaron a saquear los departamentos. Los esperaron para que se retiren por voluntad propia (bastante naiveel pensar que un delincuente dejará de lado las armas para hacerle caso a un político que no le paga). Y mientras esperaban al juez para que haga desalojar todo, la Ministra Nilda Garré pidió una prórroga a esa orden de desalojo para poder extender el delito en tiempo, costos y formas. Les recuerdo que Garré se encarga de la Seguridad de toda la Argentina, no es de Desarrollo Social ni parte de la Cosa Nostra… Basta de mentiras, basta de manejos, basta de echarle la culpa a los que intentamos hacer las cosas bien. Los okupas son delincuentes y me chupa un reverendo huevo la filosofía del delito que intentan hacer pasar como benévola y prioritaria.Piedra libre para los delincuentes de siempre que intentan convencernos que el delito está bien. Y eso va para los tres principales delincuentes que hunden al país: los villeros violentos y ventajeros, el Gobierno y las organizaciones de Derechos Humanos. Cuando ninguna de esas tres cosas existan, recién vamos a poder vivir en paz y poder empezar a pensar en un país en serio, uno en el que nuestros bisnietos puedan vivir como se debe. Uno en el que lo único que deberemos pagar serán mejoras para la gente que lo merece, y no la forma de vida de los delincuentes de siempre. PLPLE