sábado, 26 de marzo de 2011

El nazikirchnerismo.


Los argentinos no nos oponemos al nazismo

— PiensoLuegoPiensoLuegoExisto.
Imagen de BolsonWeb.com.ar
Me parece realmente curioso como a veces la historia se presenta de manera similar en distintos puntos temporales, pero la gente le dá significados opuestos en cada uno de ellos. Lo que a veces en ciertas oportunidades se considera un delito aberrante, en el hoy es justificable (y viceversa). Eso me retrotrae a una de las épocas que más enseñanzas nos dejan (o debería dejarnos) y que solemos olvidar.
Hitler, qué gran tipo. No lo digo por la ‘grandeza’ propia de los que pueden ser etiquetados como héroes, sino por lo que logró a lo largo de su historia (y que aún sigue logrando a través de diversos ecos). Creo que nadie puede negarle esa medalla, cuando las páginas de la historia se han encargado de volúmenes completos que arrastraron a innumerables países y personas a través de sus acciones.
Pero la ‘grandeza’ de alguien (ya sea por héroe o anti-héroe) no es únicamente un mérito propio, sino también el de la gente circundante a ese personaje y el de la sociedad integrante que lo vivió. Si Hitler no hubiese tenido generales o secretarios de propaganda y la gente no lo hubiese apoyado, hoy sería (a lo sumo) un par de líneas sin particular interés en los anales de la historia alemana. Pero la realidad fue muy distinta, y eso a veces se ve una vez transcurrido todo el camino; porque los pasos pequeños a veces no se notan, sino hasta que se recorrieron varios metros. Muchos siguen pensando que Hitler fue un autobot que con su sola presencia (y los rayos láser de sus ojos, que quemaban a los opositores y a los judíos) realizó todos sus actos, pero es claro que el paquete completo hizo que él lograra sus objetivos (el menos en parte).
Si bien no voy a exponer la historia completa de esa aleccionadora época, quiero resaltar algunos puntos interesantes que la gente suele olvidar/malentender, o que simplemente desconoce:
  1. Hitler surgió como visible líder en una época tumultuosa y rara en Alemania. No sólo por las secuelas económicas y políticas de las Primera Guerra Mundial, sino también porque la gente pedía algún tipo de cambio en la conducción.
  2. Las reuniones nacionalsocialistas en las que Hitler hablaba, ya desde los inicios (sin siquiera ser todavía un partido a ser tomado en serio) poseía fuerzas de choque para aplacar a los opositores violentos o que presentasen argumentos con algún tipo de lógica (a los demás se los dejaba en paz, porque no revestían peligro). Esas fuerzas también se encargaban de vitorear al orador, dijese lo que dijese. También se enviaban manifestantes violentos a apedrear y golpear a los considerados ‘enemigos acérrimos‘, como los integrantes del Partido Comunista (también violentos).
  3. De igual forma, desde el inicio, gran parte de lo recaudado a traves de los mitines, era volcado para panfletos propagandísticos y ‘personal de seguridad’ (luego agrupados en las SA, y más adelante en las SS). La captación de nuevos integrantes era realizada por gente con fuertes convicciones con la ideología del partido, de forma cuasi-gratuita (con favores que iban desde posibilidades de viajes, comida, algún monto mensual en efectivo e inclusive puestos de poder zonales).
  4. Siempre supo que para poder sumar adherentes y fortalecer su ideología, tenía que señalar a un único enemigo que el público pudiese visualizar, y que englobaba a todo aquello que iba en contra del partido y de la Nación toda (el hambre, las enfermedades e inclusive la falta de patriotismo o la decadencia en la proliferación, eran culpa de un solo ente malévolo). Esos enemigos eranintercambiables según la época (primero fueron los rojos, luego los negros y gitanos, finalmente los judíos)
  5. Fue arrestado por sus actos de violencia, pero dentro de la cárcel escribió su famoso “Mi Lucha” y se hizo de contactos muy importantes entre los delincuentes, a los que luego les daría lugares preferenciales entre su ‘escuadrón de lucha’.
  6. Siempre se autoproclamó como defensor de los derechos y libertades de todos los alemanes (y de allí masificó el concepto de ‘raza incomprendida’). Aunque esa defensa quedaba anulada si eran opositores o neutrales a la causa (sin importar la ‘raza’). Y no tuvo problemas en aplicar la violencia física o verbal para reforzar esa paradoja.
  7. También visualizó el poder de la propaganda masiva. Sin siquiera haber asumido ningún cargo, los gastos en promoción ymárketing eran enormes. Todas las calles estaban todas empapeladas con consignas de su partido, se repartieron 8 millones de folletos y se entregaron de forma gratuita 12 millones de periódicos (con una visión parcializada o errónea, en clarísima línea nacionalsocialista).
  8. El primer grupo de defensa (o de ataque) fue desordenado y escueto, pero con tácticas de guerra fueron agrupándose mejor y con más preparación: fue el momento de formar las SA. Antes de intentar asumir la conducción del gobierno, no dudó en eliminarlos como organización (porque era mal vista por los votantes, que consideraban que podía tomar el control total del país). Luego de dar marcha atrás con la medida, Alemania sufrió la época más violenta en mucho tiempo (marchas por doquier con ataques y decenas de muertos). Sólo en Prusia y por 20 días, hubo más de 450 batallas campales con un resultado de más de 80 muertos y 400 heridos. Las SA costaban en ese entonces cerca de 2 millones de marcos semanales.
  9. Una vez que las SA demostraron su valía, tomó a sus mejores exponentes, se contrataron ‘maestros’ con experiencia y se formó la ya tan conocida por todos SS. Y por supuesto, otra vez disolvió y le dió la espalda a las SA.
  10. Pese a lo que muchos creen, Hitler asumió de forma constitucional (aunque no por voto mayoritario o popular). Si bien sus campañas le habían asegurado lugares en el Reichstag (similar a nuestro Congreso), su 30-40% de adhesión para la presidencia no lo dejó asumir las veces que se presentó a elecciones. Luego de varias personalidades políticas que dimitieron rápido y en un Estado convulsionado, se llegó a un acuerdo con Hindenburg (el que manejaba todo tanto de forma legal como tras bambalinas, y al que hasta ese momento no le había gustado Hitler) para que asumiese el control del país. No fue elegido de forma directa, pero asumió constitucionalmente gracias al sistema político del país, el visto bueno de una personalidad política, y al nivel de adhesión que logró de una minoría del pueblo.
  11. Aunque ya había logrado el control del país, no tenía un poder total. Y a Hitler no le gustaba eso. Envió a su SA y al ‘hablador/golpeador de turno’ (Goering) a que ‘convenciese’ a la oposición y a los neutrales (en el Reichstag habían perdido puestos y poseían sólo 3 de 11 gabinetes ministeriales). Como no se tuvo éxito, se pidió la disolución del Reichstag para volver a llamar a elecciones (cosa también sin éxito).
  12. De a poco se hizo con el control de los medios (radios y periódicos) a la vez que cerraba los opositores (comunistas y judíos) y no tuvo reparos en conminar por esos medios a llamamientos para eliminar toda oposición al partido, que tan mal le hace a toda Alemania‘.
  13. Se dio la orden directa a la policía de no atacar a ninguno de los grupos de fuerza nazi (SA y SS). Los pocos encarcelados o con juicios pendientes, fueron liberados para reinsertarse en las filas correspondientes.
  14. En este escenario y ‘casualmente’… el Reichstag se incendia y se señala a los comunistas como los culpables. Gracias a esto, no sólo se hace una disolución momentánea del parlamento, sino que se suspenden las garantías constitucionales del pueblo ‘como medida defensiva contra actos comunistas de violencia‘. Fue el momento en que toda oposición fue acallada y Hitler se hizo con el control total de los medios. Sospechas del momento e investigaciones posteriores, dan cuenta que los mismos nazis fueron los que cometieron tan importante incendio.
  15. Hitler siempre fue dual con sus discursos y hechos. Dos claros ejemplos son que mientras éstas cosas sucedían en las calles de Alemania, daba discursos por la paz y el desarme (que era bien visto en el exterior); y pese a firmar acuerdos de no agresión con varios países (ejemplos como Polonia y hasta con su máximo enemigo, Rusia), no tuvo problemas en romper esas relaciones unilateralmente para seguir sus caprichos.
  16. Bajo su mandato, se suprimió la libertad de expresión, se destruyó a los partidos políticos, se expulsó a los ‘enemigos del régimen’ (negros, judíos, comunistas, opositores sin bandera, etc) y se les expropiaron sus negocios y pertenencias. También pasó a controlar de forma directa el Poder Judicial.
  17. Tuvo estrechas relaciones (pre y en guerra) con otro dictador de similares características: el italiano Benito Mussolini.Entre ambos intercambiaron entrenamiento, estrategias y se potenciaron a través de los medios de comunicación (que ambos controlaban en sus respectivos países). Inclusive tenían su propia cadena de inteligencia cooperativa que funcionaba con muy bajo perfil, y que tenían fachadas de entidades ‘de bien común’ (en donde captaban integrantes contrarios a ambos gobiernos que luego ‘desaparecían’ o eran aleccionados de forma anónima, mientras mantenían su disfraz benévolo que esquivaban sospechas).
  18. Bajo este mando y con nuevas elecciones, es votado por el 90% de los ciudadanos (recordemos que ya no había oposición). Es cuando gana el poder total y su título de Fuhrer.
  19. Los desocupados (que eran muchos) pasaron a formar parte del personal de seguridad de Hitler (sólo las SA tenían por ese entonces 2 millones de integrantes), quienes recibían un sueldo magro a cambio de golpear contrarios o ‘difundir la ideología‘. Luego, al comienzo de la guerra, serían emplazados como soldados en la primer línea de batalla.
  20. Goebbels (Ministro de Propaganda) se encargó de todo lo mediático con mucho éxito. Sus tareas iban desde al armado del discurso presidencial, hasta el elegir qué noticias publicar, reglamentar la forma de redacción, cambiar titulares y (más adelante) hacer la campaña (por todos los medios) de convencer al pueblo de que el país iba siempre viento en popa y que estaban ganando por amplio margen la guerra (inclusive cuando los rusos ya casi estaban en Berlín).
  21. La educación se nazificó, desterrando (y quemando) libros que fueran contrarios a la ideología hitleriana. La formación política se daba ya desde los inicios y “Mi Lucha” fue declarado como manual educativo. La historia fue falseada imponiendo la única versión de Hitler, y en todas las escuelas ya se preparaba a los chicos (a partir de los 6 años) para la futura “Juventud Hitleriana” (que serviría primero para imponer el régimen a nivel intelectual desde edades adolescentes, para luego servir como ‘comunicadores de la verdad’ entre la sociedad (jóvenes y adultos), y, finalmente, para mandarlos a morir a la guerra cuando ya quedaban pocos soldados).
  22. Frente a la nueva ola de desocupación, el gobierno tomaba empleados y los disponía en los puestos que considerara necesarios (y no para los que estaban realmente capacitados). Esos lugares iban desde efectivos para la SA, periodistas (sobraban medios oficialistas, pero no comunicadores comprometidos), maestros para la ‘nueva juventud’ o, simplemente, señaladores (cazadores de enemigos del país). También se usaron como ‘civiles agresivos’ que atacaban a sus contrarios por sus convicciones individuales nacionalistas (y no porque fuesen pagados de forma oficial y colectiva). Todos esos puestos pagaban sueldos ínfimos, pero eran compensados con ‘clubes de la alegría’ (en donde el esparcimiento pasaba por un espíritu de camaradería entre ‘compañeros’ que defendían la misma causa).
  23. Bajo su mandato, también se crea la Gestapo (policía secreta del Estado). Su misión consistía en detener a los adversarios a Hitler a través del desaliento y el temor (insultos, amenazas, golpizas) o del asesinato (previas torturas, las cuales eran legales). La justicia tenía prohibido tratar cualquier acto de la Gestapo.
  24. Durante toda su vida, Hitler siempre dijo que fue un libertador y protector del pueblo, pese a los números que arrojan la realidad histórica.
  25. Durante la guerra, muchos países o decisiones fueron tomados por caprichos propios del Fuhrer, aunque fuesen desaconsejados expresamente por sus ministros (Checoslovaquia y hasta la misma invasión a Rusia son claros ejemplos). No era raro preguntarle por motivos y recibir por toda respuesta un ‘porque yo lo quiero así!‘.
  26. Tanto él como Goebbels consideraban que la repetición constante de mentiras, servía no sólo para sembrar dudas (en los no adeptos y hasta en los opositores) y formar conciencia (en los ya captados), sino que esa modificación de la realidad en la gente (el vulgo, como los llama en “Mi Lucha”) podría convertir esas mentiras en verdad.
  27. Las estadísticas indican que antes de la guerra, el costo de la maquinaria propagandística de toda índole y de coimas variadas, alcanzaban el 80% de la recaudación de toda la nación. El porcentaje destinado a publicidad nunca bajó del 40% (ni siquiera cuando los rusos pisaron Alemania, en plena recesión y destrucción nacional).
Todavía me sorprende la gente que no une estos hechos históricos con la actualidad indiscutible de la Argentina bajo el mando de la pareja Kirchner. No hay más que volver a leer los puntos arriba mencionados, cambiando los nombres y situaciones por las que vivimos hoy. Y a veces, ni siquiera hace falta cambiar ni una simple coma.
Hoy tenemos a la Presidente Cristina Fernández y a su marido (Néstor Kirchner) con las mismas tácticas, el mismo porcentaje de voto, el mismo ánimo para con el Congreso y la Justicia, los mismos dobles discursos (liberadores en la TV, opresores en los papeles), la misma estrategia de señalar a los opositores como un único ente del mal (‘oligarcas antipatria’ o ‘gorilas’ para los civiles, ‘monopolios fascistas’ para empresas y medios, y con amplios lazos cooperativos entre ambos para dar el énfasis malévolo necesario), similares formas caprichosas de tomar decisiones, la misma forma de organizar grupos de choque (que también se encargan de tocar bombos en los actos oficiales cuando no hay gente que golpear en las plazas), las divisiones entre tipos de fuerza de choque (están los que se agrupan en pequeñas ONG que hacen el trabajo más sucio, hasta los que actúan con impunidad desde el manto protector del Frente Para La Victoria), los mismos estilos de captar gente bajo su mando (poco inteligentes, comprometidos con la causa y/o desocupados), porcentajes similares en cuanto a malversación de fondos para derivarlos en publicidad mediática que arroje imagen positiva o que intente convencer de actos benévolos (cuando en realidad son lo contrario), idéntico ímpetu de querer controlar todos los medios a toda costa, la misma forma de aplacar a la oposición y sus voces (sean del partido que sean, inclusive hasta a las que no tiene partido), hasta la misma idéntica forma de asunción al poder.
También tenemos distintos nombres en juego. Ya no hay Goerings, Goebbels o Mussolinis. Pero tenemos a Aníbal Fernández, Julio De Vido, a Hugo Moyano, los lazos cooperativos con otro dictador en el mismo continente (Hugo Chávez, quien ya tiene su propia Juventud Hitleriana para “guerrilla comunicacional“) y cientos de otros nombres que cumplen su función en la política nazi. También cuentan con varias SA y SS, como pueden ser las organizaciones Barrios de Pie o Quebracho (a quienes no tuvieron miedo en darles las espaldas cuando no fueron más necesarios como golpeadores de turno) y las emblemáticas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo (que mientras bogan por el “nunca más”, festejan atentados nacionales e internacionales y defienden a entidades delictivas como Montoneros).
Tampoco olvidemos a grandes estandartes hitlerianos, como el propagandista Diego Gvirtz y sus payasos de turno (como Weinreich, Schultz o Tognetti, que hasta sus apellidos suenan a ítalo-germanos) quienes, a traves de Caballos de Troya mediáticos como TVR, Duro de Domar y 678, intentan convencer al pueblo (gracias a la disectación informativa y a las mentiras repetidas, tácticas que todo Fuhrer debe aplicar) que el gobierno actual es el mejor que hubo en toda la historia mundial. Inclusive se hacen las mismas fiestas que los “clubes de la alegría” de mediados del siglo pasado (autoproclamadas como “reuniones de la mierda oficialista”), para lograr así el espíritu de adhesión y pertenencia requerido para mantener activistas unidos sin necesidad de discursos lógicos.
Y éstas son algunas de las muestras que la historia y la realidad nos enseñan. Hay muchas más en los puntos que dí arriba, pero hay una infinidad de concordancias si estudiamos la época entera. El gobierno Kirchner va con paso firme sobre las huellas dejadas por el nacionalsocialismo a lo largo de su mejor época (que trajo, y no casualmente, las peores épocas para el resto del mundo). Y en ésto, no creo que haya demasiada discusión. Las pruebas están servidas y demostradas en hechos de hace mucho tiempo.
Pero hay un punto que intenté obviar hasta el final, y no por olvido. Al término de la Segunda Guerra Mundial (y por mucho tiempo después), el mundo entero se preguntó: ¿Cómo es que el pueblo alemán nunca vió hacia donde iba todo? ¿Cómo permitió que su país se destruyese por completo, llevando a sus ciudadanos (y al resto del mundo) a la muerte de una guerra irrelevante? ¿Acaso eran fantasmas, que nadie movió un dedo para detener lo que fue?
La respuesta es dura, pero cierta: los alemanes permitieron al nacionalsocialismo y que Hitler hiciese lo que hizo. Pero ‘permitir‘ no es sinónimo de ‘apoyar‘; uno permite que algo surja de dos únicas maneras: avalándolo, o dejándolo surgir. Y la única forma de dejar que lo segundo pase, es no oponerse. Y con oposición no me refiero a algún escrito maldiciendo en dónde estamos y hacia dónde vamos, sino a una oposición real, en cuerpo y alma, en pos de la defensa del presente y el futuro de Argentina (nuestra y de todas las generaciones por venir).
Y aquí, es en dónde más se nota esa falta de oposición a la enfermedad que corroe nuestro país. Todavía recuerdo una entrevista a un ciudadano alemán (en donde se le preguntaba lo que exponía antes sobre su falta de conocimiento u oposición) en donde decía: “(Hitler)fue elegido de acuerdo a la Constitución, todo fue de forma legal. Vimos que las cosas no iban bien, pero le permitimos seguir, esperando un cambio de dirección en su política que tenía muchas cosas buenas. Hubo grupos que quisieron que dimitiera, pero no podía unirme a un movimiento ilegal y anti-alemán. Además tenía esposa e hijos, y no quería peligros para ellos“. No sé si les suena conocida esta explicación. Porque yo me he hartado de escuchar el “hacen las cosas mal, son delincuentes y destruyen al país, pero dejémoslos terminar con sus mandatos“. Se presume que tienen fecha de vencimiento, aún cuando las encuestas actuales dan como claro ganador en las próximas elecciones a Néstor Kirchner a la presidencia (gracias a la división de la oposición y al cúmulo de medidas explicadas anteriormente).Seguimos esperando a que los nazis dejen el poder por voluntad propia o por caducidad de sus fechorías. Hitler debe estar riéndose en su tumba ante tanta candidez (a la vez que debe estar maldiciendo el no haber nacido aquí).
En el 2001 quitamos del cargo a un Presidente por mucho menos de lo que los Kirchner han hecho hoy. En ese momento fuimos ‘libertadores‘, hoy se nos llama ‘destituyentes‘ o ‘golpistas‘. Me pregunto cómo hubiera sido llamado el pueblo alemán de haber bajado a tiempo a Hitler de su cargo. Y me pregunto qué tipo de historia hubiesemos tenido sin ‘ese gran tipo’ entre las líneas de sus numerosos volúmenes, y qué tipo de vida hubiesen llevado los que seguirían vivos de no haberse producido esa contienda.
Hoy, seguimos frenándonos. La oposición no cuenta si no hay gente que no se oponga. Nos seguim0s contando (y creyendo) el cuento de que dejar en su lugar a un poder malversador y asesino es más justo que sacarlos lo más rápido posible, antes de que terminemos en un no-país. Es tan lógico como decir que vamos a dejar que nos violen y nos apuñalen hasta que se materialice un policía o hasta que el delincuente se canse. Eso no es justo, no es alabable, no es lógico; eso es no oponerse a la destrucción. Y esa no-oposición no hace más que darle un guiño alegre a otros delincuentes a que vengan a apuñalarnos y violarnos cuando quieran y cuanto quieran.
Es por eso que los argentinos, definitivamente, avalamos al nazismo. Tal vez no lo apoyemos, pero definitivamente dejamos que suceda y se perpetúe. Y los pasos ya no son tan graduales, porque hay un manual llamado “Historia” que se ha encargado de detallarnos lo que ocurrió, lo que ocurre, y lo que va a ocurrir. Y nosotros, no nos oponemos a que la historia se repita. Y no hablamos de una historia de dictadura normal, sino de una dictadura nazi, en donde hasta ya tienen sus razas enemigas bien definidas y en la mira (‘cacerolas Essen’, ‘gente del campo’ o ’4×4′, como claros ejemplos).
Y les dejo un párrafo para que se estudien para repetir cuando todo termine de la peor forma. A la pregunta al mismo ciudadano alemán del por qué, despues de ver cómo era realmente Hitler (ya luego de ser Fuhrer), siguieron sin hacer nada. El interpelado respondió: “… porque ya las SA y SS ganaron las calles y no se podía hacer nada. La Justicia y los medios respondían a Hitler. Hasta mis propios amigos y compañeros en la fábrica trabajaban con él. Todo era tan distinto, se había hecho tan grande, que no hubo forma de detenerlo. Sabía que la Alemania que conocía no existía más, pero de todas formas algo dentro de mí confiaba y tenía esperanza en que todo cambiase. Tampoco quise poner en riesgo a mi familia, quise protegerlos siempre por encima de todo. Mi miedo era… terrible. Tuve que acceder a lo que ellos quisiesen hasta que todo pasara y nos dejaran en paz. Hasta que acabase esa pesadilla.
Cabe aclarar que el hijo del entrevistado murió en las primeras filas de batalla del lado nazi, su mujer y una de sus hijas fueron violadas y asesinadas cuando tomaron su casa (el paradero de la otra hija aún se desconoce), y el mismo entrevistado fue juzgado y ejecutado por los Aliados tiempo después, por ser considerado parte de la maquinaria nazi: vivía a metros de uno de los campos de concentración más grandes de Europa y en su dominio hospedaba a altos mandos que visitaban el predio…
Si no somos oposición, somos parte del problema. Bienvenidos al Tercer Reich argentino.
Sieg HeilHeil, mein Fuhrer! Heil Kirchner!
PLPLE
PDDesde que terminé el post hace unos días, se sumaron:
1- La nueva salida de otro medio (diario) oficialista que se financiará con nuestro dinero y contará únicamente con ‘gente comprometida‘ (no hace falta ser periodista, Florencia Peña es un claro ejemplo).
2- La suma de Argentina al UNASUR, una especie de coalición sudamericana que ha elegido a Néstor Kirchner como Secretario General. Por supuesto, también están Evo “Coca-Colla pollo-gay” Morales y Hugo “Vergatario báñense-en-3-minutos” Chávez. En la declaración del UNASUR, se lee que la región es la más segura del mundo y que posee libertades en todos los frentes… Por supuesto, uno de los objetivos es “masificar y profundizar las políticas que se vienen aplicando en los países integrantes“…
3- Se están organizando marchas de opositores hacia Plaza de Mayo, y los grupos de izquierda que responden a los Kirchner ya han entrado a los grupos a comentar: primero (al ver que todos poseían pocos adherentes) instaron a quedarse en sus casas “a festejar el día de la Patria”; pero luego, al ver que las adhesiones crecían en todos los frentes, amenazaron con copar la Plaza antes “para proteger al país a los palos y piedrazos si es necesario”. Y la gente, por suspuesto, está evitando sumarse a la marcha para quedarse tocando cacerolas en sus casas.
4- Hoy (14.05.2010) el juez Oyarbide (quien responde íntegramente a los caprichos presidenciales) condenó a Mauricio Macri (opositor que la mayoría de las encuestas daban como ganador sobre el resto de la oposición en las próximas elecciones) por una causa de la que faltan pruebas (siquiera como para armar la causa). (NOTA) Cabe aclarar que todos los juicios en donde el Gobierno se vea envuelto, pasan por ese juez directamente. Fue el mismo que dictó el sobreseimiento de la pareja presidencial por enriquecimiento ilícito (y con el triple de pruebas que con el caso Macri).
5- Hoy (17.05.2010) el INADI (supuesto ente anti-discriminación que responde de forma directa tanto ante el Gobierno como a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; y cuyo actual presidente es Morgan Morgado, kirchnerista a ciegas que ya quiso imponer el canon digital (entre otras trapisondas)), ha anunciado su intención de controlar nada más ni nada menos qu el último medio que faltaba: internet. Lo hacen bajo la excusa de los cyberacosos en Facebook, pero luego (en letra chica) se ve que también apuntan a toda la red, blogs, comentarios en páginas y demás. Aseguran que no hay legislación al respecto (falacia), a la vez que dicen que ahora detectan y envían los casos “a los organismos pertinentes” (¿o sea…?). Y no les tiembla la voz al decir que toman la medida porque “no tienen forma de bajar páginas de forma directa en la actualidad” ni tampoco cuando “actuarían también en caso de agravios” (no más comentarios anti-k)…

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