La fábrica de marihuana mejor diseñada del mundo fue cerrada tras ser descubierta por la policía en los túneles abandonados Faenol, en el parque Menai Businnes de Bangor, en Gales del Norte.
Sus dueños aseguraban que cosechaban hongos pero tras un allanamiento las autoridades encontraron una plantación de marihuana valuada en 350 mil dólares que en un año daba una ganancia de al menos 3 millones de dólares.
Los dueños de la fábrica fueron identificados como Gerald Davies y Kenneth Vincent, un albañil retirado y un maestro de obras, que confesaron haber producido y comercializado marihuana. Ambos fueron condenados a tres años y cuatro meses de prisión.
Dado sus conocimientos en construcción, los hombres habían acomodado las instalaciones de manera muy sofisticada.
Los accesos estaban diseñados con tal prolijidad, que una especie de cabina en la superficie daba acceso a un subterráneo que conectaba cinco ambientes.
La fábrica contaba con ventilación, energía eléctrica y un circuito cerrado de televisión perfectamente instalados.
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