La Cámara de Representantes de los Estados Unidos, aprobó anoche un voto de castigo contra Barack Obama más que a su política exterior, a través de la mayoría republicana. Así le negaron el apoyo para continuar la intervención en Libia, debido a su supuesto incumplimiento de la ley que obliga el permiso del Congreso antes de realizar una acción militar. Si bien la oposición no consiguió cortar los fondos para la guerra, la acción le da un respiro a Muamar el Gadafi.
La Cámara rechazo una propuesta conjunta de los senadores John Kerry y John McCain, demócrata y republicano respectivamente, por el número de 295 contra 123. Muchos republicanos y demócratas consideran que Obama no merece el apoyo por haber actuado sin el consentimiento de la Cámara.
Por otra parte, desde la Casa Blanca se juzgó de “decepcionante” la actuación de la Cámara, que aseguraron “será revertida por el Senado”. Sin embargo no se puede ocultar la repercusión política y las consecuencias de la decisión; la división interna en los asuntos de política exterior se hizo visible.
Los defensores de esta polémica propuesta en la Cámara de Representantes han explicado que no pretenden tanto impedir la intervención militar en Libia como frenar lo que consideran un abuso de poder de parte de Obama.
Las leyes estadounidenses indican que el presidente debe poner fin a la participación que no haya sido autorizada a los 60 días de haber comunicado su inicio al Congreso, plazo que venció el 26 de mayo. Para continuar debería haber buscando la aprobación del Parlamento.
El resultado de ese enfrentamiento es un choque de competencias institucionales que crea divisiones también entre la opinión pública norteamericana.
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