HONDURAS*
*
*
*La ofensiva mediática que se aproxima*
*por Fernando Buen Abad Domínguez*
************************************************
*
*
No hay que ser adivino para saber que el pueblo Hondureño será, en lo
inmediato, blanco de una ofensiva mediática descomunal financiada por las
oligarquías para impedir la unidad, para criminalizar la lucha y para
satanizar a sus líderes. La burguesía local quiere desmoralizar a los que
luchan. Pagarán cualquier costo para dividir, atomizar, debilitar y diluir
la fuerza extraordinaria que ha crecido gracias a la lucha contra el golpe
de estado que derrocó a Mel Zelaya.
No es necesario ser ?pitonisa? para ver venir las operaciones
que fraguan compulsivamente los dueños de los medios golpistas. Harán de
todo para aniquilar, desde sus bases materiales hasta sus repercusiones
anímicas, el poderío revolucionario de un pueblo que ha tomado la decisión
de no tener miedo, de demostrar que ?si se pudo? y de garantizar que puede
mucho más.
Pero de nada sirve verlos venir si no somos capaces de
movilizarnos para defendernos y, sobre todo, para construir un proyecto de
comunicación popular, de base, amplio y dinámico, capaz de derrotar desde el
principio al arsenal mediático que vendrá acompañado por canalladas sin fin.
La oligarquía hondureña se prepara y llama a los ?think tanks? más
virulentos que operan bajo la escuela de comunicación golpista desde, por
ejemplo, Miami. Los oligarcas hacen su alcancía para contratar al belicismo
mediático más costoso, y más odioso, que ha esparcido recientemente su
veneno en Venezuela, en Ecuador, el Libia? también ahorran para contratar
?intelectuales? serviles al golpismo, ?periodistas? mercenarios y, desde
luego, ?analistas? sesudos listos para fabricar matrices ideológicas
burguesas capaces de probar que los pueblos no pueden dirigir sus propios
destinos y que la clase trabajadora necesita de la moral del patrón y del
bienestar del patrón para ser felices.
Si sabemos que la oligarquía se organiza para golpearnos y
dividirnos, bien pudiéramos nosotros llamarnos a la unidad y a la
organización de la lucha con un plan, desde abajo, que nos deje comprender
con toda claridad que la unidad de la lucha en Honduras no es un problema
local sino que es una demanda continental. Si Honduras logara en el plazo
corto un acuerdo de unidad capaz de incluirse en un programa de lucha
revolucionario y verdaderamente democrático, regalaría al mundo, y al
continente nuestro, un ejemplo fenomenal que se propagaría muy rápidamente
por todas partes. Es así de importante la tarea de la unidad.
Esta es una hora magnífica para los medios alternativos y
comunitarios. Hay que probar en la práctica la capacidad de unidad y
respuesta inmediatas. Los medios alternativos y comunitarios de todo el
continente están obligados a dar una respuesta monumental y contundente. No
hay tiempo que perder.
Si ya sabemos que ellos se disponen a descarrilar la lucha que llevó de
regreso a Mel Zelaya, nosotros debemos: repudiar permanentemente el Golpe de
Estado, monstruosidad inmensa contra los pueblos. Hacer visible que los
golpes de estado son golpes contra la clase trabajadora. Exigir justicia y
cárcel para los golpistas, exhibir sus nombres y sus rostros. Hacer visible
su canallada y garantizar que nunca más opere el engaño. Llamar a la
solidaridad internacionalista. Mantener viva la movilización y alertar a la
defensa. Exigir, de todos, acción directa, no sólo palabras bonitas. Acción
judicial contra un delito de lesa humanidad consistente, entre mil cosas, en
traicionar la voluntad democrática del pueblo. Ningún medio alternativo y
comunitario debería estar ajeno a estas tareas. Hay que derrotar a los
golpistas.
Se trata de actuar organizados, con disciplina de combatientes
comunicacionales, por una comunicación democrática que enfrente la
obscenidad golpista, en Honduras y en todo el continente. Esta es una de las
urgencias de mayor envergadura y desafío. Tenemos a la vista el plan de las
oligarquías, tenemos frente a nosotros su calaña y sus servidumbres
traidoras. Tenemos a la vista la dimensión criminal de la que son capaces y
tenemos a la vista el origen y los fines de sus perversiones asesinas. ¿Qué
nos falta?
Urge que nos preparemos para esta etapa y las que siguen. Oportunidad
magnífica para que el conjunto de los medios alternativos y comunitarios de
toda Latinoamérica también se una y sirva a la unidad del pueblo hondureño.
Esta es una oportunidad para sincronizar las agendas y tareas bajo un plan
conjunto internacionalista y democrático capaz de influir decisivamente a
favor de la unidad. Esta es una hora magnífica para actuar con claridad y
sin demora. Es buena la hora. No podemos desperdiciarla.
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*La ofensiva mediática que se aproxima*
*por Fernando Buen Abad Domínguez*
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No hay que ser adivino para saber que el pueblo Hondureño será, en lo
inmediato, blanco de una ofensiva mediática descomunal financiada por las
oligarquías para impedir la unidad, para criminalizar la lucha y para
satanizar a sus líderes. La burguesía local quiere desmoralizar a los que
luchan. Pagarán cualquier costo para dividir, atomizar, debilitar y diluir
la fuerza extraordinaria que ha crecido gracias a la lucha contra el golpe
de estado que derrocó a Mel Zelaya.
No es necesario ser ?pitonisa? para ver venir las operaciones
que fraguan compulsivamente los dueños de los medios golpistas. Harán de
todo para aniquilar, desde sus bases materiales hasta sus repercusiones
anímicas, el poderío revolucionario de un pueblo que ha tomado la decisión
de no tener miedo, de demostrar que ?si se pudo? y de garantizar que puede
mucho más.
Pero de nada sirve verlos venir si no somos capaces de
movilizarnos para defendernos y, sobre todo, para construir un proyecto de
comunicación popular, de base, amplio y dinámico, capaz de derrotar desde el
principio al arsenal mediático que vendrá acompañado por canalladas sin fin.
La oligarquía hondureña se prepara y llama a los ?think tanks? más
virulentos que operan bajo la escuela de comunicación golpista desde, por
ejemplo, Miami. Los oligarcas hacen su alcancía para contratar al belicismo
mediático más costoso, y más odioso, que ha esparcido recientemente su
veneno en Venezuela, en Ecuador, el Libia? también ahorran para contratar
?intelectuales? serviles al golpismo, ?periodistas? mercenarios y, desde
luego, ?analistas? sesudos listos para fabricar matrices ideológicas
burguesas capaces de probar que los pueblos no pueden dirigir sus propios
destinos y que la clase trabajadora necesita de la moral del patrón y del
bienestar del patrón para ser felices.
Si sabemos que la oligarquía se organiza para golpearnos y
dividirnos, bien pudiéramos nosotros llamarnos a la unidad y a la
organización de la lucha con un plan, desde abajo, que nos deje comprender
con toda claridad que la unidad de la lucha en Honduras no es un problema
local sino que es una demanda continental. Si Honduras logara en el plazo
corto un acuerdo de unidad capaz de incluirse en un programa de lucha
revolucionario y verdaderamente democrático, regalaría al mundo, y al
continente nuestro, un ejemplo fenomenal que se propagaría muy rápidamente
por todas partes. Es así de importante la tarea de la unidad.
Esta es una hora magnífica para los medios alternativos y
comunitarios. Hay que probar en la práctica la capacidad de unidad y
respuesta inmediatas. Los medios alternativos y comunitarios de todo el
continente están obligados a dar una respuesta monumental y contundente. No
hay tiempo que perder.
Si ya sabemos que ellos se disponen a descarrilar la lucha que llevó de
regreso a Mel Zelaya, nosotros debemos: repudiar permanentemente el Golpe de
Estado, monstruosidad inmensa contra los pueblos. Hacer visible que los
golpes de estado son golpes contra la clase trabajadora. Exigir justicia y
cárcel para los golpistas, exhibir sus nombres y sus rostros. Hacer visible
su canallada y garantizar que nunca más opere el engaño. Llamar a la
solidaridad internacionalista. Mantener viva la movilización y alertar a la
defensa. Exigir, de todos, acción directa, no sólo palabras bonitas. Acción
judicial contra un delito de lesa humanidad consistente, entre mil cosas, en
traicionar la voluntad democrática del pueblo. Ningún medio alternativo y
comunitario debería estar ajeno a estas tareas. Hay que derrotar a los
golpistas.
Se trata de actuar organizados, con disciplina de combatientes
comunicacionales, por una comunicación democrática que enfrente la
obscenidad golpista, en Honduras y en todo el continente. Esta es una de las
urgencias de mayor envergadura y desafío. Tenemos a la vista el plan de las
oligarquías, tenemos frente a nosotros su calaña y sus servidumbres
traidoras. Tenemos a la vista la dimensión criminal de la que son capaces y
tenemos a la vista el origen y los fines de sus perversiones asesinas. ¿Qué
nos falta?
Urge que nos preparemos para esta etapa y las que siguen. Oportunidad
magnífica para que el conjunto de los medios alternativos y comunitarios de
toda Latinoamérica también se una y sirva a la unidad del pueblo hondureño.
Esta es una oportunidad para sincronizar las agendas y tareas bajo un plan
conjunto internacionalista y democrático capaz de influir decisivamente a
favor de la unidad. Esta es una hora magnífica para actuar con claridad y
sin demora. Es buena la hora. No podemos desperdiciarla.
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