PALESTINA*
LA FLOTILLA Y OTROS SÍNTOMAS
ISRAEL PSICÓTICO Y NEURÓTICO
por Khalid Amayreh
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El reciente comportamiento de Israel ante una
serie de cuestiones y acontecimientos muestra un
Estado que vive una angustia existencial. Por
ejemplo, fue claramente histérica la respuesta
del gobierno israelí ante la movilización de
unos pocos barcos cargados con ayuda humanitaria
para la bloqueada Gaza, caricaturizando la
respuesta de un Estado que reacciona con fobia a
peligros y amenazas que en realidad no existen.
Los voluntarios a bordo de los buques eran
personas de diferentes culturas y religiones que
dejaron muy claro que su misión era entregar la
necesaria ayuda humanitaria a la población de la
Franja de Gaza, sitiada herméticamente por
Israel desde hace cinco años consecutivos, y sin
ofrecer razones convincentes para hacerlo.
Otro mensaje de estos valientes hombres y
mujeres, que representan la verdadera conciencia
de la humanidad, es poner de manifiesto la
ilegitimidad absoluta, la ilegalidad y la
inmoralidad del asedio criminal que condena a
morir de hambre y estrangula a 1,8 millones de
seres humanos cuyo único "delito" es su
perdurable determinación de buscar la libertad
de los nietos y bisnietos del holocausto.
No hay duda de que los líderes israelíes y los
funcionarios saben todo esto muy bien. Sin
embargo, esto no impidió que el deshonesto
primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu,
afirmase que la flotilla de Gaza llevaba armas a
Hamás, una afirmación que, obviamente, no
contenía ni un ápice de verdad.
Otros mentirosos menos profesionales de la
camarilla del gobierno israelí afirmaron que la
flotilla llevaba grupos armados que planeaban
invadir Israel, atacar a su armada y dañar a sus
soldados. Pero tendríamos que dejar de pensar
como humanos para llegar a creer que unos pocos
cientos de activistas por la paz, muchos de
ellos ancianos y mujeres mayores de 70 años,
planeaban una campaña contra el poderoso
ejército israelí.
Sin embargo, Israel no es un caso clásico de
neuróticos y psicóticos. Israel sabe
perfectamente y es consciente de que se trata de
mentir al mundo y para el mundo.
Hace varios meses, Israel afirmó que estaba
imponiendo un asedio tipo nazi en Gaza porque
los habitantes de Gaza eran una "lluvia" de
cohetes sobre las ciudades israelíes (en
realidad estamos hablando de proyectiles casi
inocuos que hacen muy poco daño). Ahora, la
mentira está siendo sustituida por otra mentira,
a saber, que Gaza pone en peligro la seguridad
de Israel e incluso su propia existencia.
Pero, de nuevo, habría que ser extremadamente
ingenuo para tragarse tales mentiras casi
pornográficas. De hecho, uno siempre tiende a
preguntarse cómo es posible que en un entorno de
personas atormentadas, totalmente desnutridas y
bombardeadas, muchas de ellas que ni siquiera
pueden llevar comida a sus hijos, ¿realmente
representan una amenaza real para un país con
uno de los ejércitos más poderosos del mundo,
una potencia nuclear, con 200 a 300 bombas y
cabezas nucleares en su arsenal, y que cuenta
con el presidente de Estados Unidos, los medios
de comunicación y el Congreso, a su completa
disposición?.
En los últimos días, las autoridades israelíes
han declarado el estado de emergencia en el
aeropuerto Ben Gurion, para detener a activistas
internacionales pacifistas que manifiestan su
solidaridad con el pueblo palestino.
Las autoridades israelíes cesaron pronto de
llamar terroristas a los activistas, y muchos de
ellos llegan de Estados que mantienen estrechas
relaciones con Israel. De hecho, el tono
utilizado por la mayor parte de los medios de
comunicación israelíes, en referencia a estos
activistas pacíficos era claramente convulsivos
e histéricos, como si la llegada de una docena
de activistas por la paz a la ocupada Palestina
constituyese una amenaza mortal para el Estado
de apartheid.
No hay que ser un gran analista psicológico para
observar el patrón de conducta sintomático de
que un país no tiene seguridad en su
credibilidad moral. Esta falta absoluta de
credibilidad moral se vio descaradamente hace un
par de semanas, cuando el ejército israelí
recibió la orden de disparar a matar a los
refugiados palestinos que se manifestaban en la
frontera norte de la ocupada Palestina. Y el
resultado fue la muerte de varias personas
inocentes que nunca supusieron un peligro real o
una amenaza para Israel.
Sin embargo, Israel tiene un miedo mortal de
perder su llamada legitimidad. Y constantemente
trata de mantener esta "legitimidad" sea matando
o mintiendo.
Como observador del conflicto en Palestina desde
hace tantos años, realmente no veo que Israel
(estoy hablando de Israel, y no del pueblo
judío) tenga ninguna auténtica legitimidad,
aparte de la legitimidad de los hechos consumados.
En el análisis final, Israel se basa en la
limpieza étnica, el robo de la tierra y el
terror organizado. Por lo tanto, Israel no puede
tener ningún átomo de legitimidad moral, ni
ahora ni dentro de cien años. El hecho de que
los estados poderosos reconozcan a esta entidad
odiosa y racista no significa mucho en términos
morales.
Huelga decir que cuando un país carece de las
credenciales morales, como Israel, obviamente,
ese país se pone en un proceso de
autodestrucción, y que llegará tarde o temprano.
La fuerza militar y el poder económico podrían
prolongar su vida útil basada en la opresión y
la "ilegitimidad", pero su desaparición
definitiva será el destino ineluctable de los
estados ilegítimos.
Numerosos israelíes saben en lo profundo de sus
corazones que están viviendo en una tierra que
pertenece a otro pueblo, que residen en hogares
cuyos propietarios reales fueron expulsados por
el ejército terrorista de Israel llegado de las
cuatro esquinas del globo.
Sin embargo, prefieren mantenerse en estado de
hibernación moral perpetua y detestan cualquier
pensamiento o a cualquier persona que pueda
recordarles la inmensa opresión que han
infligido a sus víctimas, al pueblo palestino.
En unas pocas décadas, el mundo probablemente
experimentará profundos cambios históricos que
serán ciertamente negativos para Israel y el
sionismo. Algunos de los precursores de estos
cambios ya están en ciernes, mientras que otros
aún están por emerger.
El sionismo con toda seguridad, se enfrentará al
momento agonizante de su muerte y extinción.
En cuanto a los palestinos, las víctimas del
despojo, la limpieza étnica y la persecución
sistemática, deben tener un vitalidad duradera,
y que vaya más allá de la evaluación del día a
día de los hechos.
Y su último objetivo no debe ser menos que tener
el Estado completo y totalmente limpio.
Traducido para Rebelión por Marwan Pérez
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