miércoles, 27 de abril de 2011

En efensa de las Univwersidades Bonaerenses.


Alberto Sileoni, ministro de Educación, señaló que “las universidades creadas hace pocos años en el conurbano bonaerense tienen sentido y sostenibilidad, ya que responden a la necesidad de muchos estudiantes que son la primera generación de universitarios en sus familias, y que de no haber tenido esa posibilidad, no hubieran seguido estudiando”.
“Muchos de los 3.000 alumnos que se anotaron en la universidad de Florencio Varela, una de las más nuevas, probablemente no lo hubieran hecho en otra universidad. No son alumnos que se les saca a la UBA o a La Plata”, agregó Sileoni a Télam.
En ese sentido manifestó que “el 50% de los estudiantes inscriptos trabaja; sólo el 5% tiene padres que hicieron algún estudio universitario y el 40% vive en calles de tierra”.
Desde el 2003, fueron creadas nueve universidades, cinco están en el conurbano bonaerense en Avellaneda, Moreno, Merlo, Florencio Varela y José C. Paz y las otras cuatro en Río Negro, Tierra del Fuego, Chaco y San Luis.
La importancia refleja el aumento de la cantidad de estudiantes, las matrículas en el conurbano crecieron un 13%.
Sergio Caletti, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, argumentó que “en el proceso de creación han aprendido las dificultades que hay que afrontar”.
“Han aprendido lo que hay tener en cuenta para poner en pie una universidad, una decisión muy compleja que no implica sólo la voluntad de crearla”, agregó Caletti, quien calificó como “positiva la descentralización universitaria en un mapa que estaba altamente concentrado”.
Por ese motivo, “es bueno que esas universidades les saquen alumnos a la UBA. Es importante generar polos de inversión universitaria que puedan vincularse a necesidades locales o regionales, cosa que en muchos casos la UBA no está en condiciones de hacer”, aseguró el sociólogo.
En la misma línea, Alberto Dibbern, secretario de Políticas Universitarias, expresó que “la educación superior no es competitiva, es un bien público y los que van a la universidad no son clientes, son estudiantes. No se debe discutir su expansión sino la calidad de esas nuevas propuestas”.
Dibbern concluyó “las distancias y las dificultades de traslado son elementos que juegan a la hora de evaluar los proyectos institucionales”.

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