viernes, 18 de noviembre de 2011

Donación de órganos.


Steve Jalsevac
18 de noviembre 2011 (Notifam) - Un artículo sobre la donación de órganos que fue publicado el jueves 3 de noviembre, constituye una reivindicación importante de muchos informes de LifeSiteNews/Notifam (LSN) sobre este tema divulgado en el pasado. Los médicos y otros han advertido que hay mucho más en la industria de la donación de órganos que lo que se le ha dicho al público. Hemos recibido muchas críticas por esos informes, por parte de algunas personas en la comunidad médica/ética, inclusive de algunos en la comunidad religiosa.
El punto principal del artículo: Los donantes de órganos (para todas las donaciones más importantes de órganos vitales) de hecho están siempre realmente vivos cuando son asesinados por sus órganos. Sí, son asesinados.
Eso no quiere decir que ellos no están gravemente enfermos y muy cercanos a la muerte, si bien no están cercano a la muerte inminente y ya no están conscientes. Generalmente lo están, pero algunos logran sobrevivir cuando experimentan una recuperación dramática y repentina, en el momento en que están a punto de ser asesinados o cuando los familiares piden poner fin al procedimiento,  sintiendo que es necesario que haya más tiempo para ver si se pueden recuperar. Hemos publicado muchas historias de tales sucesos escalofriantes en los últimos años.
Sin embargo, algunas donaciones de órganos siguen siendo éticas, tal como lo ha explicado el doctor John Shea en una entrevista en el 2006 de LSN.
Shea declaró que “los órganos no vitales pueden ser donados. La donación más común de órganos en vida son los riñones. El cuerpo tiene dos riñones, y cuando se dona uno, el riñón restante crece en tamaño con capacidad para compensar el órgano faltante. Además, un donante vivo puede donar una parte del hígado, ya que el órgano vuelve a crecer. También un donante vivo puede donar parte de un pulmón o una parte del páncreas. Si bien estos órganos no vuelven a crecer, las personas son capaces de funcionar con capacidad reducida”. Él también declaró que después de la muerte real “las córneas y la médula ósea” se pueden seguir utilizando y es ético que sean trasplantadas.
Pero para todo lo demás, según Shea y otros críticos de los trasplantes de órganos, el paciente debe haber fallecido en forma genuina y verificable, para que sea ético trasplantar órganos vitales de esa persona a otras personas que necesitan esos órganos. La única manera que esto puede entonces ser permisible no es para que la profesión médica siga elaborando nuevas definiciones de la muerte que no son realmente la muerte, como los médicos exponen en el artículo ya citado del 3 de noviembre, sino trabajar para encontrar una manera de recolectar los órganos vitales después que una persona está realmente muerta.
Mejor aún sería una investigación intensiva para eliminar la necesidad de participar en toda esta práctica frankestiniana y problemática de los trasplante de órganos vitales de un ser humano a otro. La existencia misma de la actual industria floreciente del trasplante de órganos, entorpece la motivación para financiar la búsqueda de otras soluciones a las situaciones trágicas de los órganos enfermos en su fase terminal, o que están dañados, que amenazan la vida de los individuos sanos de todas las edades.
Yo personalmente nunca consentiría a la donación de mis órganos vitales. Los especialistas de la persuasión, para la industria de los órganos, tienen demasiado interés egoísta (mucho dinero) en asegurarse de conseguir mis órganos, si de alguna manera se puede justificar. Los médicos y los miembros de la familia están sometidos a una presión sutil pero poderosa, deliberadamente cuando se encuentran más vulnerables, para estar de acuerdo con lo que siempre se presenta como una noble oportunidad.
La admisión publicada en el artículo citado, por los médicos de donación de órganos, en el sentido de que los donantes están vivos cuando se les extraen sus órganos, también parece estar relacionada con el hecho de que la mayoría de los principales defensores del aborto admiten ahora que cada aborto mata a un ser humano. Sin embargo, aunque la pretensión de que el feto no es humano o es sólo un trozo de tejido ha decaído en estos momentos, no obstante, ellos dicen que está justificado que una mujer haya matado a su hijo por nacer. Se dice que la decisión arbitraria de una mujer invalida los derechos del niño por nacer.
Toda extracción de órganos todavía es justificada por los médicos en el artículo citado, incluso después que admiten que los donantes están vivos cuando se lleva a cabo la extracción. Su justificación es que el fin justifica los medios.
¿Dónde parar? Esa es la gran pregunta.
Hemos visto que ha sido muy común para la China comunista matar a un gran número de prisioneros, por encargo, en respuesta a las solicitudes de órganos humanos específicos. Hay todo tipo de abusos de derechos humanos que han surgido en otras naciones también,en relación con este macabro comercio de la carne humana.
Una vez que los serios principios éticos son violados o falseados, con el tiempo todo se justifica y es posible, sin importar cuán extraño o totalmente inaceptable que pueda parecer en este momento.
Nota: Se le recomienda la lectura del artículo relacionado con este propio artículo, tituladoConmoción: asegurarse de la muerte antes de la donación de órganos es innecesario, dicen expertos
Traducción por José Arturo Quarracino

No hay comentarios:

Publicar un comentario