martes, 23 de noviembre de 2010

La diputada Elsa Álvarez dice que la apretaron.

Sin opción, la diputada Elsa Álvarez reconoció que la llamó Granero, Gleadell y De Vido


Elsa Álvarez, la diputada santacruceña del Radicalismo que no atendió nuestro llamado para confirmar o desmentir la información que manejábamos, debió reconocer ante la Comisión del Congreso que las tres personas que se comunicaron con ella, pidiéndole que se levantara de su banca, fueron las que expresamente apuntamos un día después de la sesión en Diputados.

Diálogo entre el Jefe de Prensa de la diputada Elsa Álvarez y la Redacción de OPI:

JP – ¡Hola, si!

OPI – Buen día, necesitaríamos hablar con la diputada Elsa Alavarez

JP – (Muy atento) ¡Hola, que tal?, mirá yo estoy yendo a cubrir mi otro trabajo, con uno no alcanza, pero la verdad es que Elsa quiere estar tranquila porque su teléfono no para de sonar, entenderás?

OPI – Si, claro… nos interesaría saber qué tiene ella para decir…

JP – Si, te entiendo, pero por el momento no quiere hacer más declaraciones …
……………………

OPI intentaba ratificar o rectificar, en los dichos de la propia diputada, la información que tenía en su poder, no más de una hora y media después de que Álvarez dijera en la sesión Legislativa que había recibido tres llamadas de dos personas.

La legisladora no nos atendió, hecho que nos obligó a hacer lo que siempre hacemos cuando nos cierran los teléfonos: publicamos la información para que después sean los mismos interesados quienes deban salir a aclarar (generalmente por otros medios), lo que podrían habernos aclarado a nosotros que le ofrecemos la oportunidad de expresarse libremente y sin limitaciones.


Puntualmente, dijimos que los llamados fueron tres pero de tres personas distintas y que la legisladora había ocultado la verdad en todos los medios a los que fue (incluyendo la mesa de Mirtha Legrand). Entonces relevamos lo que realmente pasó: la habían llamado Granero, Nelson Gleadell (Intendente de San Julián) y De Vido.

También, apoyados en nuestra fuente altamente confiable, señalamos que el ocultamiento del llamado de Gleadell, correspondía a la necesidad de la diputada de preservar la institucionalidad del gobierno de su pueblo, que también es el de Granero y que precisamente porque ellos tres (Granero-Alvarez y Gleadell), son oriundos de la misma ciudad de San Julián, fueron elegidos por De Vido para que se transformaran en transmisores del mensaje, que de otra manera al Ministro de Planificación le era difícil hacerle llegar a la diputada.

Una vez que salió a la luz nuestra información, Nelson Gleadell comenzó a ser llamado por todos los medios nacionales para que ratificara o rectificara lo que habíamos informado. Sin opción, el Intendente dijo que había llamado a la diputada pero descartó que fuera “un apriete” ya que le expresó solamente que si no aprobaban el presupuesto, estaban en riesgo las inversiones para San Julián. Por lo tanto Gleadell planteaba el siguiente silogismo: “Álvarez es de San Julián, si las obras no se hacen en el pueblo porque el presupuesto no se aprueba y la diputada colabora para que ello suceda no dejando su banca vacía: Elsa Álvarez será la culpable de que San Julián quede postergada”.

Sin embargo, el ocultamiento inicial de la diputada y la salida posterior de Gleadell a reconocer la existencia de la llamada, además de dejar desubicada a Elsa Álvarez ante la opinión pública y hacerla cómplice de no haber dicho todo lo que sucedió esa noche, podría haberse evitado, si la legisladora nos hubiera atendido. Sabiendo que tal información estaba en nuestro poder y la haríamos pública, podría haberla “blanqueado” desde el primer momento, sin necesidad de quedar sospechada (como ahora) de haber dicho una verdad a media, que es igual a decir una media mentira.

Esto dijo Álvarez ante la Comisión

A su turno, la diputada radical santacruceña Elsa Alvarez apuntó a José Granero, Secretario de Programación de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico, y al ministro de Planificación, Julio De Vido. Relató que cerca de las 21:30 recibió cuatro llamados a su celular para pedirle que se levante de su banca. Primero la llamó “Bochi Granero”, el sobrenombre del funcionario también santacruceño -“al que conozco por ser de mi pueblo”, dijo-, le preguntó “qué grado de compromiso” tenía con el proyecto opositor, y si le “causaría mucho prejuicio ausentarme”.

Tras responderle que no se iba a ir de la sesión, recibió el segundo llamado, esta vez del intendente de su localidad (Puerto San Julián), Nelson Gleadell, que estaba en Buenos Aires. Estaba preocupado: “Guarda, porque se pueden caer varias obras para Puerto San Julián”, le dijo. Alvarez le explicó que “no es tan así, porque vamos a votar otro proyecto”, y el intendente al parecer “se quedó tranquilo”.

El tercer llamado fue a los pocos minutos, desde un teléfono desconocido. “No me dio su nombre, pero se identificó como el secretario privado del ministro Julio De Vido que quería comunicarse conmigo. Corté”.

La cuarta vez que sonó el celular era de nuevo Granero. “Me preguntó si seguía en mi posición de no retirarme del recinto”. Cuando la diputada le dijo que sí, Granero le peguntó “si podía comunicarme con De Vido. Le dije que no y corté”. Según ella, porque “conozco las prácticas en mi provincia”, de cambiar obras por votos. Alvarez dijo que así fueron los hechos del miércoles en lo que a ella se refiere. Sin embargo, aclaró que “en ningún momento” recibió ofertas de sobornos, sino solo este tipo de presión.

Fuente: Agencia OPI Santa Cruz

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