Saif al Islam, detenido al sur de Libia
Saif al Islam, hijo del asesinado mandatario libio Muamar al Gadafi.
Saif al-Islam, segundo hijo de Muamar Gadafi llamado a ser su sucesor y reclamado por el Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPI) acusado de «crímenes de guerra», fue capturado ayer por las nuevas autoridades libias cuando, según dijeron, trataba de abandonar Libia en dirección a Níger. Su detención desató el júbilo de los libios, que volvieron a tomar las calles de las principales ciudades para celebrar la noticia, y fue saludado también por EEUU y las potencias occidentales, que lo consideraron un paso hacia la «democratización» del país.
El primer ministro interino libio, Abdurrahim el-Keib, anunció formalmente la detención de Saif al-Islam, portavoz del régimen gadafista, y prometió que tendrá un «juicio justo». Para El-Keib, su captura supone la «coronación a los esfuerzos de nuestro pueblo» frente al gadafismo. Este hito, según El-Keib, permitirá «pasar página de la fase de la revolución y supone el inicio de la construcción de un estado de libertad, ley, justicia y transparencia».
«Aseguramos a los libios y al mundo entero que Saif al-Islam recibirá un juicio justo (...) bajo los procesos legales justos de los que nuestro pueblo se ha visto privado durante los últimos 40 años», proclamó en rueda de prensa desde Zintan, donde se encuentra detenido Saif al Islam. Afirmó que «a pesar de ser uno de los símbolos del viejo régimen, será tratado como un prisionero de guerra conforme a las leyes internacionales», algo que no sucedió con Muamar Gadafi y su hijo Mutassim, ejecutados tras ser capturados, por lo que numerosas voces pidieron ayer que sea puesto a disposición del TPI, que recordó la «obligación» de las autoridades de entregar a los fugitivos.
La Fiscalía General del TPI contactó inmediatamente con el CNT para asegurarse de que cualquier procedimiento «sea acorde con la ley». Su fiscal jefe, Luis Moreno-Ocampo, dijo que esta semana viajará a Libia para cooperar con sus autoridades judiciales.
«Pidió ser ejecutado»
Ali al-Atiri, responsable de la brigada que capturó al único hijo de Gadafi que seguía en Libia, señaló que «pidió ser ejecutado de un disparo en la cabeza, pero nosotros decidimos contactar con la base aérea de Trípoli para que enviara un avión en el que pudiéramos evacuarlo vivo y en buen estado de salud hacia Zintan».
Al-Atiri indicó que la brigada viajó a la región de Obari, 800 kilómetros al sur de Trípoli, para vigilar el triángulo fronterizo entre Argelia, Libia y Níger, y en el transcurso de la misión, el pasado jueves, fueron informados de que «una importante personalidad» del régimen anterior se dirigía hacia Níger. Según su relato, en la emboscada tendida en la región de Ramila interceptaron dos vehículos todoterreno, en uno de los cuales viajaba el segundo hijo de Gadafi, que iba ataviado con vestimenta tuareg y se identificó con un nombre falso, aunque fue rápidamente reconocido y detenido sin oponer resistencia.
Tras su captura, Saif al-Islam aseguró que se encontraba bien, aunque tuvo que ser atendido por unas heridas en tres dedos de su mano derecha producidas, según relató a Reuters, durante un ataque aéreo de la OTAN el mes pasado. También negó que hubiera contactado con el TPI para negociar su posible entrega, como se había especulado hace unas semanas. «Es todo mentira», dijo.
Sea juzgado en Libia o en La Haya, la detención de Al-Islam pone fin al epílogo de un régimen que comenzó con la revuelta popular iniciada el 17 de febrero y que fue ganando terreno con ayuda de la OTAN.
Los miembros del clan Gadafi fueron cayendo o abandonando el país. Saif al-Arab, hijo de Gadafi, murió el 20 de abril en un bombardeo de la OTAN contra el complejo residencial del líder libio en Trípoli.
El 29 de julio, tres de sus hijos, Mohamed, Aisha y Hanibal, y su segunda esposa, Safía, encontraron refugio en Argelia.
Un mes después, otro hijo de Gadafi, Jamis, moría en combate en Tarhuna.
En setiembre Saadi, jugador de fútbol profesional, huía a Níger, y finalmente, el 20 de octubre, pocas horas después de que se anunciara la caída del último bastión de Sirte.
El Frente de Liberación de Libia confirma la captura de Saif al Islám pero niega la muerte de la resistencia
noviembre 19, 2011
La TV Al Rai que emite desde Siria y el Frente de Liberación de Libia han confirmado la captura por parte de mercenarios del CNT del nuevo líder de la Yamahiriya árabe libia y de la Resistencia nacional.
El Frente de Liberación ha emitido un comunicado en el que analiza la situación creada por este golpe exitoso de las fuerzas imperialistas que intentan aplastar la resistencia nacional y someter al digno y patriótico pueblo de Libia.
Afirma que esta detención no cambia nada en la realidad de las cosas. No se cumplirá el sueño de los agresores de Libia que buscan consolidar su dominio sobre el país. Los que asocian la resistencia a la familia de Muamar al Gadafi sueñan y pronto comprobarán que tras esta captura la resistencia continuará rechazando esta colonización y a los traidores que colaboran indecentemente con ella. Este arresto desenmascara a quienes no ayudan a la resistencia y a los pesimistas que pedían al Líder y a su hijo Saif al Islám que hiciese el milagro de vencer al enemigo aunque ellos se mantenían lejos de la pelea.
El pueblo libio se encuentra ante el mayor desafio de su historia y debe elegir entre dos opciones: o combate para recuperar su derecho o,por el contrario, reconoce su impotencia y aceptar ser colonizado. El Frente de Liberación ha elegido el camino de la resistencia. El enemigo debe entender que no puede acabar con todos los hijos e hijas de Muamar al Gadafi porque son millones. Hoy es el fin de la separación entre la palabra y la acción y los jóvenes tomarán su lugar para que la Bandera Verde no caiga nunca. Estamos convencidos que el desafio pondrá en evidencia a nuevos dirigentes que nadie conoce pero que se impondrán en el campo de batalla. Los medios de comunicación se verán obligados a hablar de ellos por su heroismo y las operaciones que realicen. A partir de hoy mismo están invitados a hablar porque los movimientos de resistencia no mueren sino que se fortalecen después de la muerte o captura de sus dirigentes.
Saif al Islam, hijo del asesinado mandatario libio Muamar al Gadafi.
Saif al-Islam, segundo hijo de Muamar Gadafi llamado a ser su sucesor y reclamado por el Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPI) acusado de «crímenes de guerra», fue capturado ayer por las nuevas autoridades libias cuando, según dijeron, trataba de abandonar Libia en dirección a Níger. Su detención desató el júbilo de los libios, que volvieron a tomar las calles de las principales ciudades para celebrar la noticia, y fue saludado también por EEUU y las potencias occidentales, que lo consideraron un paso hacia la «democratización» del país.
El primer ministro interino libio, Abdurrahim el-Keib, anunció formalmente la detención de Saif al-Islam, portavoz del régimen gadafista, y prometió que tendrá un «juicio justo». Para El-Keib, su captura supone la «coronación a los esfuerzos de nuestro pueblo» frente al gadafismo. Este hito, según El-Keib, permitirá «pasar página de la fase de la revolución y supone el inicio de la construcción de un estado de libertad, ley, justicia y transparencia».
«Aseguramos a los libios y al mundo entero que Saif al-Islam recibirá un juicio justo (...) bajo los procesos legales justos de los que nuestro pueblo se ha visto privado durante los últimos 40 años», proclamó en rueda de prensa desde Zintan, donde se encuentra detenido Saif al Islam. Afirmó que «a pesar de ser uno de los símbolos del viejo régimen, será tratado como un prisionero de guerra conforme a las leyes internacionales», algo que no sucedió con Muamar Gadafi y su hijo Mutassim, ejecutados tras ser capturados, por lo que numerosas voces pidieron ayer que sea puesto a disposición del TPI, que recordó la «obligación» de las autoridades de entregar a los fugitivos.
La Fiscalía General del TPI contactó inmediatamente con el CNT para asegurarse de que cualquier procedimiento «sea acorde con la ley». Su fiscal jefe, Luis Moreno-Ocampo, dijo que esta semana viajará a Libia para cooperar con sus autoridades judiciales.
«Pidió ser ejecutado»
Ali al-Atiri, responsable de la brigada que capturó al único hijo de Gadafi que seguía en Libia, señaló que «pidió ser ejecutado de un disparo en la cabeza, pero nosotros decidimos contactar con la base aérea de Trípoli para que enviara un avión en el que pudiéramos evacuarlo vivo y en buen estado de salud hacia Zintan».
Al-Atiri indicó que la brigada viajó a la región de Obari, 800 kilómetros al sur de Trípoli, para vigilar el triángulo fronterizo entre Argelia, Libia y Níger, y en el transcurso de la misión, el pasado jueves, fueron informados de que «una importante personalidad» del régimen anterior se dirigía hacia Níger. Según su relato, en la emboscada tendida en la región de Ramila interceptaron dos vehículos todoterreno, en uno de los cuales viajaba el segundo hijo de Gadafi, que iba ataviado con vestimenta tuareg y se identificó con un nombre falso, aunque fue rápidamente reconocido y detenido sin oponer resistencia.
Tras su captura, Saif al-Islam aseguró que se encontraba bien, aunque tuvo que ser atendido por unas heridas en tres dedos de su mano derecha producidas, según relató a Reuters, durante un ataque aéreo de la OTAN el mes pasado. También negó que hubiera contactado con el TPI para negociar su posible entrega, como se había especulado hace unas semanas. «Es todo mentira», dijo.
Sea juzgado en Libia o en La Haya, la detención de Al-Islam pone fin al epílogo de un régimen que comenzó con la revuelta popular iniciada el 17 de febrero y que fue ganando terreno con ayuda de la OTAN.
Los miembros del clan Gadafi fueron cayendo o abandonando el país. Saif al-Arab, hijo de Gadafi, murió el 20 de abril en un bombardeo de la OTAN contra el complejo residencial del líder libio en Trípoli.
El 29 de julio, tres de sus hijos, Mohamed, Aisha y Hanibal, y su segunda esposa, Safía, encontraron refugio en Argelia.
Un mes después, otro hijo de Gadafi, Jamis, moría en combate en Tarhuna.
En setiembre Saadi, jugador de fútbol profesional, huía a Níger, y finalmente, el 20 de octubre, pocas horas después de que se anunciara la caída del último bastión de Sirte.
El Frente de Liberación de Libia confirma la captura de Saif al Islám pero niega la muerte de la resistencia
noviembre 19, 2011
La TV Al Rai que emite desde Siria y el Frente de Liberación de Libia han confirmado la captura por parte de mercenarios del CNT del nuevo líder de la Yamahiriya árabe libia y de la Resistencia nacional.
El Frente de Liberación ha emitido un comunicado en el que analiza la situación creada por este golpe exitoso de las fuerzas imperialistas que intentan aplastar la resistencia nacional y someter al digno y patriótico pueblo de Libia.
Afirma que esta detención no cambia nada en la realidad de las cosas. No se cumplirá el sueño de los agresores de Libia que buscan consolidar su dominio sobre el país. Los que asocian la resistencia a la familia de Muamar al Gadafi sueñan y pronto comprobarán que tras esta captura la resistencia continuará rechazando esta colonización y a los traidores que colaboran indecentemente con ella. Este arresto desenmascara a quienes no ayudan a la resistencia y a los pesimistas que pedían al Líder y a su hijo Saif al Islám que hiciese el milagro de vencer al enemigo aunque ellos se mantenían lejos de la pelea.
El pueblo libio se encuentra ante el mayor desafio de su historia y debe elegir entre dos opciones: o combate para recuperar su derecho o,por el contrario, reconoce su impotencia y aceptar ser colonizado. El Frente de Liberación ha elegido el camino de la resistencia. El enemigo debe entender que no puede acabar con todos los hijos e hijas de Muamar al Gadafi porque son millones. Hoy es el fin de la separación entre la palabra y la acción y los jóvenes tomarán su lugar para que la Bandera Verde no caiga nunca. Estamos convencidos que el desafio pondrá en evidencia a nuevos dirigentes que nadie conoce pero que se impondrán en el campo de batalla. Los medios de comunicación se verán obligados a hablar de ellos por su heroismo y las operaciones que realicen. A partir de hoy mismo están invitados a hablar porque los movimientos de resistencia no mueren sino que se fortalecen después de la muerte o captura de sus dirigentes.
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