“Podemos lograr maravillas si los tratamos en un primer momento”: niño mellizo experimenta cambio de sexo como “Nicole”
Kathleen Gilbert
BOSTON, 16 de diciembre de 2011 (Notifam) – Un artículo en primera plana publicado el domingo 11 de diciembre en la edición dominical del periódico The Boston Globe destacó el trabajo de un prestigioso hospital en Massachusetts, Estados Unidos de América, que bloqueó y alteró el desarrollo del cuerpo de un muchacho para que coincida con su auto-identificación como muchacha.
Wyatt Maines, que ahora tiene 14 años de edad, es el gemelo idéntico de su hermano Jonas – pero gracias a las poderosas drogas que bloquean las hormonas, él es una niña 13 centímetros más baja y con varios kilos menos que Jonas, luce rasgos más femeninos y se lo conoce por el nombre “Nicole”. “La idea de ser un muchacho me avergüenza”, dijo Maines. “Yo simplemente no podía serlo”.
Dentro de poco, Maines planea para comenzar a tomar estrógenos para desarrollar las caderas y hacer crecer sus pechos, un cambio irreversible que causará una esterilidad permanente. En la última fase – lo que el Globe llama “el paso último de Maines en su camino para ser mujer” – se efectuará una operación quirúrgica para quitar el pene de Maines y crear una estructura similar a una vagina.
La familia Maines dijo que optó por el tratamiento para remediar el Trastorno de Identidad de Género (TIG) del joven Wyatt, reconocida como un trastorno psiquiátrico por la Asociación Americana de Psiquiatría. El Manual de Diagnóstico y Estadísticas de esta Asociación afirma que sólo un número muy pequeño de niños con TIG mantiene los síntomas en la adolescencia tardía o en la edad adulta.
El endocrinólogo Norman Spack, co-fundador de la Clínica para Servicios de Administración del Género en el Hospital de Niños de Boston, comenzó a bloquear el desarrollo de Wyatt a los 11 años de edad para asegurarse que no desarrollara rasgos masculinos. Cuando los niños son todavía jóvenes, señaló, la percepción de género es más flexible: “Apuesto a que podría ir a cualquier clase de cuarto o quinto grado, cortar el cabello de los niños, poner aretes en varios niños, cambiar su ropa, y podríamos enviar a todos esos niños a los baños del sexo opuesto y nadie diría nada”.
“Podemos hacer maravillas si los tratamos en un primer momento”, dijo el médico.
Spack también jugó un papel importante al tranquilizar a los progenitores de los mellizos, en particular a su padre, quien dijo que estaba angustiado por la pérdida de su hijo. Wayne Maines señaló que Spack fue particularmente útil para conseguir acostumbrarse a la idea, después de haber tenido una larga experiencia con “padres que simplemente deliran”.
“Yo no estaba siempre a bordo”’, dijo el padre. “Kelly y yo no estábamos en la misma página. Mi pregunta era: ¿qué está haciendo el doctor? Me dio miedo. Yo estaba apenado. Estaba perdiendo a mi hijo”. Al principio, Wayne dijo que luchó para aceptar el cambio de identidad de su hijo, pero con el tiempo aprendió a nombrar a Wyatt como “Nicole”. “Una vez que di ese paso, me doy cuenta que nunca tuve un hijo”’, dijo él.
La terapia de reasignación de sexo sigue siendo una práctica altamente controvertida entre la comunidad psiquiátrica. Paul McHugh, el presidente del Departamento de Psiquiatría en la Universidad Johns Hopkins, llegó a la conclusión que para llevar a cabo dichos cambios en un individuo que padece confusión de género había que “cooperar con una enfermedad mental en lugar de tratar de curarlo”. La Universidad Johns Hopkins cerró su clínica de género después que McHugh encontró en evaluaciones posteriores que no había mejorado el funcionamiento psicológico de los pacientes transexuales.
Walt Heyer, un ex transexual que se aferró a su identidad masculina después de años de intentar vivir como una mujer, dijo que los intentos de cambiar el cuerpo de Wyatt era sólo una solución temporal que no tiene en mente el interés superior del niño.
“Ellos sólo están buscando una ‘solución’ en el corto”. Pero en diez, quince o veinte años hay un remordimiento tremendo, invariablemente acompañado por el alcoholismo, la adicción a las drogas e inclusive intentos de suicidio”, le dijo Heyer a Brian Camenker, de Mass Resistance. Heyer intentó suicidarse después que su propia operación de reasignación de género.
Sarah Allis Yang, de Los Ángeles, otro ex transexual, testificó ante la legislatura de Massachusetts a principios de este año que él que aprendió a abrazar su feminidad después de 19 años sintiéndose como un hombre, a pesar que ella dice que sus primeras palabras como niño fueron: “soy un niño”.
“Si alguien pudo afirmar que ellos ‘nacieron así’, esa fui yo”, dijo Yang, quien ahora dice que ella está felizmente casada con un hombre. “Pensé que no tenía más remedio que operarme o seguir saliendo con mujeres como un hombre atrapado en el cuerpo de una niña”.
“Me convertí en suicida, no debido a presiones sociales o a la falta de comprensión o aceptación de los demás, sino porque yo personalmente no quiero vivir de esta manera, porque era un estilo de vida perjudicial y doloroso, y nadie me ofreció otra opción o alternativa sino la de ser de esta forma”.
El investigador y médico Michael L. Brown, autor del libro en inglés A Queer Thing Happened to America (Algo ’gay’ le sucedió a Estados Unidos de América), le dijo a LifeSiteNews/Notifam lo siguiente: “Ciertamente necesitamos una gran compasión al ser cristianos que afrontamos estos temas, pero en este caso debe haber seguramente una forma mejor que alterar la vida de un niño de tal forma significativa y luego preparar a este niño para un futuro en el que él ya no será completamente hombre y nunca será totalmente mujer”.
¿Esto es lo mejor que podemos hacer?”
Versión original en inglés en http://www.lifesitenews.com/news/we-can-do-wonders-if-we-get-them-early-young-twin-boy-undergoes-sex-change
Traducción por José Arturo Quarracino
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