El presidente de Cuba, Raúl Castro, anunció el cese paulatino de una de las restricciones más cuestionadas de la Revolución: la de entrar y salir libremente del país.
En agosto pasado, Castro ya había anticipado las reformas en temas migratorios. “Abordé públicamente el tema y expuse que nos encontrábamos trabajando para instrumentar la actualización de la política migratoria vigente”, dijo el presidente cubano ante el segundo plenario anual de la Asamblea Nacional.
Y añadió: “Hoy ratifico todos y cada uno de los planteamientos realizados en aquella oportunidad al tiempo que reafirmo la invariable voluntad de introducir paulatinamente los cambios requeridos”.
Hoy en día, algunos cubanos pueden obtener un permiso de 30 días para salir del país y el mismo se puede renovar hasta diez veces. Si el ciudadano no vuelve tras este periodo es declarado “desertor” y pasa a ser “emigrante definitivo”, lo que implica que el gobierno le confiscará sus bienes.
El nuevo proyecto prevé que esa autorización se extienda de 11 meses a 2 años, renovables. Pero además, los bienes no serán confiscados si la persona no regresa a tiempo y poseerá siempre la posibilidad de retorno.
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