domingo, 14 de noviembre de 2010

Gran Bretaña permite la instalación de otra plataforma petrolera en las Islas Malvinas.


El gobierno británico volvió a desafiar a la Organización de las Naciones Unidas y particularmente a la Argentina al permitir la construcción de una segunda plataforma petrolera en las Islas Malvinas.

Amparándose en su potencialidad únicamente, Gran Bretaña acataron la carta de intención de la firma Eirik Raude “para iniciar las tareas de exploración” y la consecuente instalación de una plataforma sumergible.

Las tareas de exploración se llevarían a cabo al sur de las islas, territorio no reconocido de la Argentina. El gobierno nacional y organismos regionales como la OEA han rechazado estos avances británicos, mientras que la ONU ha pedido no innovar.

Para ser más contundentes, el artículo 4º de la Resolución 31/49 de la ONU lee: “Insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las Islas están atravesando por el proceso recomendado en las resoluciones arriba mencionadas”.

La Organización de las Naciones Unidas no puede dar órdenes, pero sí instar y recomendar a los países a que se acaten los acuerdos internacionales. La garantía de ese cumplimiento viene dada por la voluntad de cooperación pacífica.

Su formación fue ideada por el Primer Ministro británico Winston Churchill y el Presidente de los Estados Unidos Franklin Roosevelt en una reunión en New Foundland (actualmente territorio de Canadá) durante la Segunda Guerra Mundial, en 1941.

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