lunes, 15 de agosto de 2011

EL LIBRO DE NICOLÁS MÁRQUEZ DE LECTURA OBLIGATORIA.


Cultura: un libro “de lectura obligatoria”

Así calificó el intelectual y escritor argentino Enrique Arenz al libro “El Canalla”, de Nicolás Márquez, en donde se retrata de un modo crítico y biográfico la vida del terrorista Ernesto Guevara de la Serna. En términos muy elogiosos, Arenz desmenuzó el polémico ensayo.

EL CANALLA, LIBRO DE NICOLÁS MÁRQUEZ DE LECTURA OBLIGATORIA

Por Enrique Arenz.
Acabo de leer el libro El Canalla del escritor e historiador marplatense Nicolás Márquez. He quedado impresionado con esa lectura intensa y a la vez amena hasta el extremo de no poder dejar el libro, porque cada página despierta una mayor avidez por saber más de ese relato estremecedor.
No puedo sino recomendarlo a todos mis amigos. No se pierdan esta lectura porque constituye un eslabón indispensable en el conocimiento de la cadena de mitos y falsedades que construyó el comunismo para rodearse de una aureola de romanticismo que esconda las atrocidades que este régimen provocó sin atenuantes tanto en Cuba como en lo que fue la URSS y otros países comunistas.
Yo conocía muchos aspectos parciales de la verdadera historia de ese personaje de mirada soñadora que vemos en las remeritas de jóvenes de clase media en todo el mundo, pero estaba lejos, lejísimo de imaginar hasta que abismos terribles fue capaz de descender su alma de psicópata.
Es el retrato de un asesino como tal vez no se hayan visto muchos casos en la historia de la humanidad, de un ser perverso que disfrutaba con matar gente e imponer su justicia arbitraria y caprichosa incluso a sus propios combatientes. Alguien capaz de hacer fusilar a un guerrillero por la sola sospecha de algún acto de deslealtad o indecisión. Márquez retrata a este siniestro personaje de una manera metódica, serena, sin adjetivaciones ni subjetividades, y abruma al lector con una cantidad de información que asombra por el solo hecho de haberla reunido pacientemente. Es el trabajo de un investigador que ha devorado todo lo que se ha escrito sobre la vida de este hombre (cita un centenar de  libros, artículos periodísticos y documentos de archivo) y que además ha indagado, ha entrevistado testigos, ha buscado pruebas y toda clase de elementos con los que fue delineando la verdadera historia y el perfil de increíble perversidad con que nos asombra desde esas páginas electrizantes y cargadas de sólida información.
Los que estamos acostumbrados a leer advertimos de inmediato cuando un libro histórico es serio, documental y excento de toda fantasía, parcialidad o exageración subjetiva. Es sabido que Márquez está lejos de ser un autor con alguna simpatía por las utopías de la izquierda, más bien habría que decir que en lo personal aborrece toda forma de totalitarismo y negación de los derechos humanos. Sin embargo en este libro no se nota inclinación personal alguna. Se mantiene objetivo a lo largo de todo el relato. Nos muestra incluso algunas opiniones disidentes, o la posibilidad de que determinado hecho no sea verdadero, es decir, no abandona nunca la distancia que debe tener siempre un historiador cuando investiga sucesos y personalidades controvertidas.
Lo que el libro nos va mostrando en una alucinante sucesión de escenas, es que la audacia del Ché Guevara, que no se detiene ante nada ni ante nadie, es en realidad una loca carrera de fracasos, una épica de la autodestrucción. “¡Hasta la derrota, siempre!”, como bien se lee en la portada del libro. Fidel Castro se lo saca de encima, deambula por Praga, planea su aventura en Bolivia donde Fidel le promete ayudarlo pero lo abandona a su suerte, el Partido comunista Boliviano le resta todo apoyo y hasta es delatado por el intelectual francés Regís Debray que estuvo un tiempo con él en la selva boliviana. Es en realidad un suicida, alguien que viene buscando su propia muerte, por eso de fusilador termina en fusilado, como subtitula Márquez uno de los segmentos del último capítulo titulado: “Suicidio en Bolivia”. Encontró finalmente lo que buscaba: dejar este mundo que no comprendía y al que despreciaba profundamente.
Márquez finaliza su libro con estas reflexiones, mezcla de melancolía y amarga ironía: “Guevara hoy es un chiche de la trivialidad contemporánea. Una de las tantísimas formas de identificarse con algo al que poco (o nada) se conoce, pero quien lo exhibe cree experimentar por un rato un ‘compromiso social’ y además le permite presentarse ante sus semejantes con una ligera posición disconformista (…) Atrás quedó la máquina de matar para dar paso a la de facturar, oficiando el Ché Guevara de exitoso amuleto comercial sometido no a los dogmas de los estímulos morales sino de la oferta y la demanda. Patria o muerte, venderemos”.
Nicolás Márquez, autor, entre otros importantres libros, de La otra parte de la verdad , La mentira oficial y El Vietnam argentino (este último aún no lo he leído) ha hecho un extraordinario aporte a la verdad histórica conEl Canalla. Quizá los diarios importantes no tengan por el momento mucho interés en resaltar el valor de este trabajo, pero en tiempos de Internet podemos lograr su difusión.

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