COLOMBIA
Guerrilla colombiana del ELN denuncia
que Santos bloquea la paz
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) denunció que el presidente, Juan Manuel Santos, habla de sus intenciones de lograr la paz pero "traza políticas que impiden el acercamiento y bloquea las posibilidades de caminar" hacia ella.
En una nota divulgada en ?Voces de Colombia?, su sitio en internet, el grupo insurgente advirtió que cuando el Mandatario habla de paz lo hace para "despercudir su imagen de hombre de guerra" y de los "falsos positivos" (ejecuciones extrajudiciales).
"Para justificar su aversión a la paz, (Santos) pone como condición para abrir los diálogos que arranque por un imposible: La desmovilización y el desarme", señala.
La organización juzgó como "tramposa" la estrategia del Ejecutivo, "sin dar señas de los cambios que el país requiere y por los que lucha la guerrilla y el pueblo".
Según el ELN, Santos, a quien catalogan como continuador de las políticas del ex presidente Álvaro Uribe, le apuesta a la intensificación de la guerra para doblegar la guerrilla y aplastar a la oposición política, "incómodas para el proyecto de acumulación de la oligarquía y los intereses imperialistas".
Consecuente con esta posición tiene cerradas las puertas y ventanas a las facilitaciones, a los intentos de búsqueda hasta romper con la tradición de nombrar Comisionado de Paz, critican.
En el texto también sostienen que Santos se acostumbró a recitar el estribillo, cuando se ve forzado a hablar de paz, de "que la llave de la paz no la ha tirado al mar" y "la tiene disponible para cuando la guerrilla de muestras de entregarse y deponer las armas".
De acuerdo con el ELN, son varios los intentos hechos por la insurgencia en favor de ese objetivo, pero todos "fallidos ante la falta de voluntad política de los Gobiernos de turno".
A su vez, denuncian que el Gobierno persigue a personalidades como la ex senadora Piedad Córdoba, de quien destacan su hondo sentido humanitario y desinteresado por la superación del conflicto armado interno.
Añaden que los diálogos se convirtieron en una "mesa destartalada de sordos, donde no se avanza porque se parte de conceptos y propósitos totalmente opuestos".
El grupo insurgente reiteró que continuarán defendiendo y proclamando la paz como expresión de justicia social, de soberanía y apertura a los cambios que el país necesita.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, el ELN, con unos tres mil miembros, mantiene en su poder a por lo menos 98 personas secuestradas, mientras las FARC, con unos ocho mil insurgentes, tendrían unos 200 rehenes, entre ellos militares y policías, algunos con 13 años de cautiverio.
En este mes, surgieron algunas posibilidades de diálogo entre los movimientos insurgentes y el Gobierno, gracias a la mediación del movimiento civil Colombianos y Colombianas por la Paz, que encabeza la ex senadora, Piedad Córdoba, quien propuso la instalación de una mesa de negociación.
Tras los pronunciamientos de las FARC y el ELN de aceptar la propuesta planteada por la organización civil, Córdoba tuvo que abandonar Colombia tras recibir amenazas de muerte.
Guerrilla colombiana del ELN denuncia
que Santos bloquea la paz
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) denunció que el presidente, Juan Manuel Santos, habla de sus intenciones de lograr la paz pero "traza políticas que impiden el acercamiento y bloquea las posibilidades de caminar" hacia ella.
En una nota divulgada en ?Voces de Colombia?, su sitio en internet, el grupo insurgente advirtió que cuando el Mandatario habla de paz lo hace para "despercudir su imagen de hombre de guerra" y de los "falsos positivos" (ejecuciones extrajudiciales).
"Para justificar su aversión a la paz, (Santos) pone como condición para abrir los diálogos que arranque por un imposible: La desmovilización y el desarme", señala.
La organización juzgó como "tramposa" la estrategia del Ejecutivo, "sin dar señas de los cambios que el país requiere y por los que lucha la guerrilla y el pueblo".
Según el ELN, Santos, a quien catalogan como continuador de las políticas del ex presidente Álvaro Uribe, le apuesta a la intensificación de la guerra para doblegar la guerrilla y aplastar a la oposición política, "incómodas para el proyecto de acumulación de la oligarquía y los intereses imperialistas".
Consecuente con esta posición tiene cerradas las puertas y ventanas a las facilitaciones, a los intentos de búsqueda hasta romper con la tradición de nombrar Comisionado de Paz, critican.
En el texto también sostienen que Santos se acostumbró a recitar el estribillo, cuando se ve forzado a hablar de paz, de "que la llave de la paz no la ha tirado al mar" y "la tiene disponible para cuando la guerrilla de muestras de entregarse y deponer las armas".
De acuerdo con el ELN, son varios los intentos hechos por la insurgencia en favor de ese objetivo, pero todos "fallidos ante la falta de voluntad política de los Gobiernos de turno".
A su vez, denuncian que el Gobierno persigue a personalidades como la ex senadora Piedad Córdoba, de quien destacan su hondo sentido humanitario y desinteresado por la superación del conflicto armado interno.
Añaden que los diálogos se convirtieron en una "mesa destartalada de sordos, donde no se avanza porque se parte de conceptos y propósitos totalmente opuestos".
El grupo insurgente reiteró que continuarán defendiendo y proclamando la paz como expresión de justicia social, de soberanía y apertura a los cambios que el país necesita.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, el ELN, con unos tres mil miembros, mantiene en su poder a por lo menos 98 personas secuestradas, mientras las FARC, con unos ocho mil insurgentes, tendrían unos 200 rehenes, entre ellos militares y policías, algunos con 13 años de cautiverio.
En este mes, surgieron algunas posibilidades de diálogo entre los movimientos insurgentes y el Gobierno, gracias a la mediación del movimiento civil Colombianos y Colombianas por la Paz, que encabeza la ex senadora, Piedad Córdoba, quien propuso la instalación de una mesa de negociación.
Tras los pronunciamientos de las FARC y el ELN de aceptar la propuesta planteada por la organización civil, Córdoba tuvo que abandonar Colombia tras recibir amenazas de muerte.
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