MARCHA EN CAPITAL POR LAS MUERTES Y LA REPRESION EN JUJUY
Déjà vu de Julio
Déjà vu de Julio
(AW) La multitudinaria marcha organizada por el espacio Memoria, Verdad y Justicia y la CCC partió ayer por la tarde desde el Congreso hacia Plaza de Mayo, con el objetivo de exigir el castigo para los todos los responsables de las tres victimas fatales ocurridas en la toma de Libertador General San Martín, Jujuy durante la madrugada del pasado jueves, la liberación de los detenidos, y el cese de la represión policial en las protestas sociales.
Por Amalia Colombo
Buenos Aires, 3 de agosto de 2011.
Una fijación con el mes más frio, Julio, tienen los Blacquier, dueños del poderoso Ingenio Ledesma en Jujuy, y curiosamente con la noche y su ocaso, la madrugada. Parece ser que les gusta amedrentar a quienes se interpongan a sus fines, en la oscuridad. Fue así en Julio de 1976 cuando cortaron el suministro eléctrico para que las fuerzas represivas secuestraran a más de 400 trabajadores, desapareciendo a 33 (incluido el entonces Intendente, Luis Arédez) que fueron llevados a los campos de concentración que la propia Ledesma proporcionó.
La noche del 28 de Julio pasado, los Blacquier repitieron la receta, salvando las distancias, como en un macabro déjà vu de muerte y violencia. Otra vez la noche. Otra vez la represión. Otra vez la muerte. Otra vez el nombre de un poderoso señorío provincial atrás de todo: Ledesma.
Aunque en las primeras horas de ayer la Cámara de Diputados de la provincia de Jujuy aprobara la expropiación de 40 hectáreas de tierras, pertenecientes a Ledesma para la construcción de viviendas, y la creación de una Comisión para investigar las muertes, el reclamo llegó a Buenos Aires.
La manifestación partió desde el Congreso con inmensidad de personas de organizaciones sociales de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, Capital Federal y diversos lugares del interior del país. La sangre derramada de Félix Reyes de 21 años, Ariel Farfán de 17, Juan Velásquez de 37, y un policia, los ha convocado por Avenida de Mayo.
A paso tranquilo pero seguro, fueron llegando hasta la Casa de Gobierno, con intervenciones para recordar el por qué de la convocatoria: "Las políticas represivas de este gobierno han llevado a la muerte en el ultimo año a 14 luchadores sociales. ¡Basta de represión y muerte!", vociferaba desde el camión que iba adelante, uno de los oradores.
Las vallas policiales esperaban como esperan siempre cuando una protesta se da cita en la Plaza. Esta vez como en el día de la Memoria el 24 de marzo, los reclamos por tierra, viviendas, y el repudio a la represión policial en distintas zonas del territorio nacional se elevaron en la gélida tarde porteña: el Indoamericano, los Qom de Formosa, los docentes de Santa Cruz, los petroleros, Julio López, Luciano Arruga, y demás, para hacerse uno.
La noche del 28 de Julio pasado, los Blacquier repitieron la receta, salvando las distancias, como en un macabro déjà vu de muerte y violencia. Otra vez la noche. Otra vez la represión. Otra vez la muerte. Otra vez el nombre de un poderoso señorío provincial atrás de todo: Ledesma.
Aunque en las primeras horas de ayer la Cámara de Diputados de la provincia de Jujuy aprobara la expropiación de 40 hectáreas de tierras, pertenecientes a Ledesma para la construcción de viviendas, y la creación de una Comisión para investigar las muertes, el reclamo llegó a Buenos Aires.
La manifestación partió desde el Congreso con inmensidad de personas de organizaciones sociales de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, Capital Federal y diversos lugares del interior del país. La sangre derramada de Félix Reyes de 21 años, Ariel Farfán de 17, Juan Velásquez de 37, y un policia, los ha convocado por Avenida de Mayo.
A paso tranquilo pero seguro, fueron llegando hasta la Casa de Gobierno, con intervenciones para recordar el por qué de la convocatoria: "Las políticas represivas de este gobierno han llevado a la muerte en el ultimo año a 14 luchadores sociales. ¡Basta de represión y muerte!", vociferaba desde el camión que iba adelante, uno de los oradores.
Las vallas policiales esperaban como esperan siempre cuando una protesta se da cita en la Plaza. Esta vez como en el día de la Memoria el 24 de marzo, los reclamos por tierra, viviendas, y el repudio a la represión policial en distintas zonas del territorio nacional se elevaron en la gélida tarde porteña: el Indoamericano, los Qom de Formosa, los docentes de Santa Cruz, los petroleros, Julio López, Luciano Arruga, y demás, para hacerse uno.
Tras cantar el himno Nacional se pasó a dar lectura a una carta escrita por Quique Mosquera, Coordinador de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) de Libertador General San Martin. En las primeras líneas Mosquera valora la solidaridad de buena parte del país para con lo ocurrido en el pequeño pueblo jujeño, donde a diferencia de Europa nunca hubo una caída del feudalismo, sino más bien un apogeo.
"Nadie nos creyó que íbamos a osar tomar tierras a la empresa Ledesma, que tiene 150.000 hectáreas (ha). Tomamos solo 15 ha de la empresa que tiene solo 38.000 en producción, y que en el último año tuvo una ganancia neta de $ 158.000.000, y se da el lujo de negar un aumento de $150 como plantearon los obreros del azúcar en el último año".
Seguidamente decía que el Ingenio Ledesma paga $9,14 de impuesto inmobiliario por ha. Además que solo le cobran el 1.6 % de ingresos brutos, cuando las cooperativas de viviendas de los desocupados pagan el 2,5 %, y por Alumbrado, Barrido y Limpieza paga menos que la feria Municipal de fruta.
Ledesma cuenta con todo lo que el dinero puede comprar, incluido claro esta la impunidad de cada día: seguridad privada, servicios de inteligencia propios que monitorea, según Mosquera, todo lo que ocurre en Libertador San Martin, perros entrenados, armas, vehículos.
"Osamos en tomar tierras de la empresa a la que la Municipalidad le tiene que pedir permiso para acceder al rio. Nos pusimos de pie y cuando eso pasa no hay terrateniente, ni monopolio, ni empresa asociada a los imperialismos, ni gobierno servil, no hay fuerzas represivas que pueda derrotarnos".
Otro dato de la carta, es la faceta "poética e histórica" de Pedro Blaquier, dueño de Ledesma. Según Mosquera, en el primer aspecto no hace ninguna rima sobre la contaminación ambiental a la que son sometidos los pueblos azucareros, como Libertador, donde cada niño que nace tiene problemas respiratorios. Y en el segundo en el de "pseudo historiador" reivindica la figura de quien seria una pariente lejano suyo: Julio Argentino Roca, ejecutor de la "Campaña del desierto", que dio muerte a los pueblos originarios, para hacer esclavas a las mujeres y a los niños y repartir las tierras del centro y sur en unas pocas manos terratenientes.
"El gobierno nacional hizo un repudio pero con eso no basta, exigimos que desmantele el ejercito privado de los Blaquier, y que pague con la cárcel común", prosiguió el orador leyendo la carta de Mosquera.
"Nadie nos creyó que íbamos a osar tomar tierras a la empresa Ledesma, que tiene 150.000 hectáreas (ha). Tomamos solo 15 ha de la empresa que tiene solo 38.000 en producción, y que en el último año tuvo una ganancia neta de $ 158.000.000, y se da el lujo de negar un aumento de $150 como plantearon los obreros del azúcar en el último año".
Seguidamente decía que el Ingenio Ledesma paga $9,14 de impuesto inmobiliario por ha. Además que solo le cobran el 1.6 % de ingresos brutos, cuando las cooperativas de viviendas de los desocupados pagan el 2,5 %, y por Alumbrado, Barrido y Limpieza paga menos que la feria Municipal de fruta.
Ledesma cuenta con todo lo que el dinero puede comprar, incluido claro esta la impunidad de cada día: seguridad privada, servicios de inteligencia propios que monitorea, según Mosquera, todo lo que ocurre en Libertador San Martin, perros entrenados, armas, vehículos.
"Osamos en tomar tierras de la empresa a la que la Municipalidad le tiene que pedir permiso para acceder al rio. Nos pusimos de pie y cuando eso pasa no hay terrateniente, ni monopolio, ni empresa asociada a los imperialismos, ni gobierno servil, no hay fuerzas represivas que pueda derrotarnos".
Otro dato de la carta, es la faceta "poética e histórica" de Pedro Blaquier, dueño de Ledesma. Según Mosquera, en el primer aspecto no hace ninguna rima sobre la contaminación ambiental a la que son sometidos los pueblos azucareros, como Libertador, donde cada niño que nace tiene problemas respiratorios. Y en el segundo en el de "pseudo historiador" reivindica la figura de quien seria una pariente lejano suyo: Julio Argentino Roca, ejecutor de la "Campaña del desierto", que dio muerte a los pueblos originarios, para hacer esclavas a las mujeres y a los niños y repartir las tierras del centro y sur en unas pocas manos terratenientes.
"El gobierno nacional hizo un repudio pero con eso no basta, exigimos que desmantele el ejercito privado de los Blaquier, y que pague con la cárcel común", prosiguió el orador leyendo la carta de Mosquera.
Fuentes no oficiales estiman que son unas 25.000 personas en toda la provincia las que necesitan una vivienda.
Yo estuve ahí
Entre la multitud esta Noemí. Ella es jujeña pero no vive ahí, fue a visitar a su familia, en Ledesma o Libertador General San Martin, es conocido con los dos nombres, cuando se topó con la toma. Se acercó para apoyar a sus compañeros, y pronto empezaron a reprimir. Afortunadamente salió ilesa y detalla la vida en la provincia.
Según sus palabras para los más humildes el trabajo pasa por las cosechas, y cuando eso se acaba también la plata. Viven familias de 8, 9,10 hermanos con su mamá en una casita. Los chicos se dedican a tener hijos desde muy jóvenes. Lógicamente todos quieren salir de ahí. Pero es prácticamente imposible encontrar un lugar. Construyen algunas casas y los políticos te dicen "si votas a tal la vivienda es tuya, después entregan algunas pocas a los que están más acomodados". La situación, dice Noemí cuyo nombre es ficticio para resguardarla, de ir a tomar tierras es porque la gente esta harta ya, todos los campos los tienen los terratenientes. Aun así explica que mucha a gente, por vergüenza quizás, no le gusta ni un poco la idea de tomar tierras, quieren a su Municipio.
Entre la multitud esta Noemí. Ella es jujeña pero no vive ahí, fue a visitar a su familia, en Ledesma o Libertador General San Martin, es conocido con los dos nombres, cuando se topó con la toma. Se acercó para apoyar a sus compañeros, y pronto empezaron a reprimir. Afortunadamente salió ilesa y detalla la vida en la provincia.
Según sus palabras para los más humildes el trabajo pasa por las cosechas, y cuando eso se acaba también la plata. Viven familias de 8, 9,10 hermanos con su mamá en una casita. Los chicos se dedican a tener hijos desde muy jóvenes. Lógicamente todos quieren salir de ahí. Pero es prácticamente imposible encontrar un lugar. Construyen algunas casas y los políticos te dicen "si votas a tal la vivienda es tuya, después entregan algunas pocas a los que están más acomodados". La situación, dice Noemí cuyo nombre es ficticio para resguardarla, de ir a tomar tierras es porque la gente esta harta ya, todos los campos los tienen los terratenientes. Aun así explica que mucha a gente, por vergüenza quizás, no le gusta ni un poco la idea de tomar tierras, quieren a su Municipio.
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